Salvados por Francisco. Có­mo un joven sacerdote se arriesgó para ayudar a perseguidos por la dictadura (Ediciones B, Buenos Aires, 2019) es el título y el subtítulo del reciente libro del escritor argentino Aldo Duzdevich (65). A lo largo de 240 páginas y 25 entrevistas a protagonistas, el autor pretende poner en evidencia los casos en que Jorge Bergoglio, siendo provincial de la Compañía de Jesús, ayudó a cuidar la vida de víctimas de la dictadura militar, poniendo en riesgo incluso su propia seguridad.

A través de un relato sumamente ágil, ameno y documentado, el investigador, que fue militante de la organización Montoneros –también autor en 2015, junto a Norberto Raffoul y Rodolfo Beltramini, de La lealtad. Los Montoneros que se quedaron con Perón–, presenta los testimonios y la documentación en torno a la actuación de Bergoglio, situándola en el contexto político y eclesiástico del momento, lo que ayuda a los lectores a sacar sus propias conclusiones. No es, por lo tanto, una biografía de Francisco, aunque tiene mucho de ese estilo. Con el Papa como eje de la narración, se hace una descripción de la época, de sus tensiones políticas, de la realidad que se vivió en los años de la represión, y también de algunas facetas de la relación entre la Iglesia y el Estado.

En su texto, Duzdevich asegura que “Bergoglio no tuvo militancia política en los años ‘70”. Pero, sin embargo, “por el papel de responsabilidad que le tocó desempeñar desde 1973 en su cargo como Superior de la Compañía de Jesús, la tragedia lo rozó muy de cerca y lo convirtió en un sobreviviente más”. No obstante lo cual, a partir del miércoles 13 de marzo de 2013, cuando fue electo Papa, “fue sentado sin más en el banquillo de los acusados”, dice.

El pasado 24 de marzo, el libro fue presentado en la sede de la Confederación General del Trabajo (CGT), en Buenos Aires. “El día anterior le había escrito al Papa Francisco para contarle de la presentación del libro”, asegura Duzdevich. “El mismo domingo recibí su respuesta y luego de reflexionar sentí en mi corazón la necesidad de compartirla”.

La respuesta del Papa también fue difundida por la Conferencia Episcopal Argentina. Refiriéndose al autor como “querido hermano”, Bergoglio comienza diciendo que “muchas gracias por su correo... pero mucho más le agradezco su amor a la Patria”. “También yo deseo que el libro no sea la biografía de una persona (a quien las circunstancias la quieren convertir en personaje) sino la historia de la Patria, con ilusiones y contradicciones, sus triunfos y derrotas... la historia de esa Patria que nunca, ni en las buenas ni en las malas, deja de ser la Madre Patria”. 

El libro incorpora los relatos de algunos de los que fueron ayudados personalmente por Bergoglio cuando sus vidas estuvieron en peligro y a los que el entonces sacerdote protegió o ayudó a salir del país. Son ellos curas, laicos y laicas católicos, pero también otros que no tuvieron ninguna relación con la Iglesia y que incluso no conocían antes al jesuita. 

“Nos llevaste en tu auto a San Miguel. Me pediste que tratara de ocultarme y que no mirara el camino que íbamos a hacer. Pensé: ‘¿Se habrá dado cuenta este curita del riesgo al que se está exponiendo?’. Entonces no sabía que eras el Provincial de los jesuitas”, afirma el militante político uruguayo Gonzalo Mosca, hermano menor de un jesuita uruguayo, que había llegado huyendo de su país y al que Bergoglio ayudó a salir de Argentina en 1976. El testimonio consta en el libro de Duzdevich y fue presentado en video durante la presentación de Salvados por Francisco hecha el 13 de marzo en la Cámara de Diputados en Buenos Aires.

“Gracias de nuevo. Y escribo esto, hoy, 24 de marzo, fecha que me trae tantos recuerdos dolorosos. Me uno a mi pueblo en este día”, agregó el Papa, para terminar con un “fraternalmente, Francisco” y el tradicional pedido de oraciones.

Respecto de las fuentes utilizadas, el historiador y periodista señala que además de la lectura de mucho material, especialmente las biografías escritas sobre Bergoglio, usó diarios de la época y los actuales, y recorrió bibliotecas. Pero subraya que los más importante fueron “extensas y valiosas entrevistas con personas que compartieron momentos importantes de su vida con quien hoy es el Papa”. “Dialogué con amigos personales de Bergoglio, algunos de ellos desconocidos para la opinión pública porque nunca antes fueron entrevistados, pero que están muy informados no solo sobre la forma de actuar del entonces padre Jorge Bergoglio sino acerca del espíritu que lo movía y, una cuestión no menos importante, de las estrategias que usó para proteger a muchas personas”.