“Hace mucho tiempo tengo ganas de hacer música junto a mis hijos públicamente. Desde la infancia de cada uno de ellos me gusta estar cerca. Siempre he cantado para que duerman”. Con estas sencillas palabras, Caetano Veloso explicó qué fue lo que lo llevó a pensar un concierto junto a sus hijos, Moreno, Zeca y Tom. Todos ellos han estado ligados a la música de diferentes maneras, más o menos directas, pero esta es la primera vez que los Veloso se reúnen en un espectáculo al que llamaron Ofertorio. Lo mostrarán en el Gran Rex con dos conciertos, el 19 y 20 de septiembre próximos.

Los Veloso vienen haciendo este particular concierto en diferentes países y contextos, y de una de las primeras presentaciones, grabada en vivo en 2017 en San Pablo, surgió un disco en vivo. En la Argentina ya lo mostraron: fue en el marco del Lollapalooza, en marzo pasado, como lo hicieron también en Chile. Ya entonces sorprendieron con un concierto que logra ser íntimo y potente al mismo tiempo, con momentos de honda delicadeza, cruzado por himnos (entre ellos, tratándose de padres e hijos, claro, “O leaozinho”, y temas nuevos de cada Veloso, preparados para la ocasión. En aquella oportunidad, como en todas sus presentaciones, dejaron muy clara también la postura familiar ante el actual gobierno del Brasil: “Dictadura Nunca Más”, decía la bandera que desplegaron.

“Cada uno es diferente. A Moreno y Zeca les gustaba que les cantara para que duerman. Tom me pedía que dejara de cantar”, vuelve Caetano en el recuerdo. “Yendo por caminos diferentes, todos se acercaron a la música a partir de un momento de la vida. Moreno, que nació veinte años antes de Zeca, se formó en física. A Tom, que nació cinco años después de Zeca, sólo le gustaba el fútbol. Moreno y Tom ya se profesionalizaron como músicos. Zeca, después de pasar parte de la adolescencia experimentando con música electrónica, comenzó a componer solitariamente”, repasa en la presentación.

“Quiero cantar con ellos por lo que eso representa de celebración y alegría, sin dar importancia al sentido social de la herencia. Es algo más allá del ‘nepotismo del bien’, en la expresión creada por Nelson Motta”, analiza también el bahiano, citando a su coterráneo. El motivo que dio origen, entonces, a este “concierto familiar”, figura entre los mejores posibles: nacieron "de la voluntad de ser feliz", explica el cantautor. Y parece que funcionó: “Ver la luz de la creación, del talento, desarrollarse en mis hijos, es como una experiencia religiosa. Es sentir la reproducción como placer espiritual total”, desanda en la entrevista vía mail con PáginaI12.

El show que hizo con Moreno hace unos años, “atendiendo a una invitación específica”, “fue una de las mejores cosas que me sucedieron en la vida”, califica. “Moreno tiene una línea creativa extremadamente refinada. Los trabajos con el grupo +2 son una marca profunda y duradera de su generación. Su disco individual es uno de los más bellos ejemplos de delicadeza de la historia de la canción brasileña”, alaba a su hijo mayor. En los proyectos de Caetano con la Banda Cê, Moreno estuvo como productor.

“En el medio tiempo, Zeca y Tom fueron creciendo. A Tom, al principio, ni le llamaba la atención la música. Hoy es parte de la banda Dónica y es, de nosotros cuatro, el más naturalmente dotado para las relaciones entre las alturas, los tiempos y todos los signos musicales. Zeca, que siempre adoró la música, justo cuando creía que no había para sí mismo un camino en esa actividad, compuso un grupo de canciones conmovedoras. Al oír una de ellas, Djavan exigió que él la mostrase en público. Se resistió, pero en este show finalmente obedece a Djavan. Tom, en su relación de discípulo con Cézar Mendes, desarrolló una capacidad de ejecución notable. Y luego empezó a componer con su maestro”, sigue contando Caetano sobre el camino que siguieron sus otros hijos. Que siempre tuvo idas y vueltas de intercambio con él: si Tom lo invitó como letrista en una de esas canciones que hizo con Cézar Mendez, ahora se juntan, ya con el hijo como compositor, en una canción de este show.

Más allá de la declamada “voluntad de ser feliz”, “nuestro show también tiene la responsabilidad de presentar números con calidad profesional”, advierte Caetano. “Creo que no somos una familia de músicos, como hay tantos, dado el carácter comprobadamente genético del talento musical. Pero seguramente somos músicos de familia”, concluye el mayor de los Veloso.

-Dice que estos conciertos pensados junto a sus hijos nacieron "de la voluntad de ser feliz". Es un excelente argumento. En el tiempo en que llevan haciéndolos, ¿de qué formas se ha manifestado esa felicidad?

-De muchas formas. Sobre el escenario o en vuelos, en hoteles o trenes, esa serie de conciertos me trajo ya tanta felicidad que ni sé como decirlo. La sola presencia y proximidad física es ya cosa placentera. Y los tres son todos muy inteligentes y distintos entre ellos, así que las charlas son motivo de alegría. Pero ver la luz de la creación, del talento, desarrollarse en ellos, es como una experiencia religiosa. Es sentir la reproducción como placer espiritual total.

-Sus hijos seguramente han aprendido de usted, de diversas maneras, dentro y fuera de la música. Usted, ¿qué puede decir que aprendió de cada uno de ellos?

-Aprendí de mis hijos el amor. Un amor tan absoluto con que yo no podría haber siquiera soñado cuando era joven y tenía la decisión (y la certeza) de nunca tener hijos. El nacimiento de Moreno, cuando yo tenía 30 años, fue la cosa más importante de mi vida adulta. Y después vinieron los otros, y ellos crecieron y me muestran cada día novedades sobre la vida y sobre la música. Con Tom aprendí hasta a interesarme por el fútbol. Moreno me enseña sobre ciencias exactas y sobre cantantes de flamenco. Zeca me enseña sobre lo que puede haber de nuevo. Y pone en cuestión toda realidad creativa de nuestro tiempo.

-Entre nuevos y viejos temas, forma parte del repertorio "O leaozinho". ¿Por qué cree que esta canción ha quedado fijada tan fuertemente en el recuerdo popular, como un himno? ¿Qué le encuentra, a tantos años de creada?

- A mí me gusta mucho esa canción. Le pedí a Moreno que la cantara porque él era un niño cuando la escribí y, oyéndola en casa, me preguntó sí era él el leãozinho. Fui honesto y le dije que había escrito la canción para mi amigo Dadi, el bajista, que es del signo Leo, como yo. Pero la canción se convirtió en un tema que padres cantan para sus niños, y Moreno la canta como canción de cuna a sus hijos. Y lo esencial es que, con Moreno cantándola con su voz delicada, puedo silbar el contrapunto que inventé cuando la compuse, acompañado en unísono por el piano de Zeca. Coon Tom tomando el silbido cuando, al final, canto con Moreno la frase "De estar perto de você e entrar numa"...

-Musicalmente, qué es lo que más le gusta de este concierto, así planteado con los Veloso?

-"O Seu Amor", de Gil, con nuestras voces no tan precisas, pero con timbre peculiar. El bajo de Tom en "Todo Homem". El plato-y-cuchillo de Moreno. El falsete de Zeca.

-En Buenos Aires se los pudo ver en este formato en el Lollapalooza, en un contexto de festival masivo. Estos conciertos serán en el ámbito más formal de un teatro, que por otra parte usted conoce muy bien. ¿Cambia el show de alguna manera de acuerdo a estos distintos contextos?

-Creo que los teatros son más adecuados a Ofertorio que los conciertos al aire libre. Pero también comprobé que el espectáculo muestra su capacidad de mantenerse íntegro frente a multitudes a cielo abierto. Básicamente no cambiamos nada cuando vamos para espacios distintos. El tiempo, sí, cambia el repertorio. En general los conciertos de festival son más cortos. Así tenemos que sacar afuera algunas canciones. Conservando el sentido estructural del show, claro está.

-En ese concierto se pronunciaron muy concretamente en contra de las políticas sociales del gobierno de Jair Bolsonaro, con el cartel "Dictadura, nunca más". ¿Por qué sintieron necesario este pronunciamiento público, con la palabra "dictadura"?

-No me acuerdo de llevar un cartel con esas u otras palabras: en general son otras personas que nos piden que mostremos cosas así. Pero, sí, dictadura nunca más. Hay una ola oficial de celebrar los años de gobierno militar en Brasil. Soy contrario a eso. Moreno algunas veces repite "Lula livre". Nosotros no lo repetimos. Aunque yo estoy convencido de lo abusivo que fue el comportamiento de aquellos que llevaron Lula a la cárcel.

-Dentro de la MPB, muchos colegas suyos se han manifestado públicamente al igual que usted; muchos otros consideran que hablan solo a través de su música; y para otros no es apropiado "mezclar" arte y política. ¿Cuál es el rol que puede jugar la música popular, o los artistas populares, en los reclamos sociales y políticos?

-Un artista puede resultar libertador sin siquiera pensar en serlo. Mucho menos decir explícitamente que lucha por libertad y justicia. Hay hoy una ola reaccionaria en el mundo. Por razones ambientales, la revista británica The Economist escribió que el actual presidente de Brasil es el líder político más peligroso del mundo. La clase artística -así como la prensa- en su mayoría está en desacuerdo con la situación oficial del país. Pero hay también algunos artistas que están fascinados por esa impresión de novedad que da la actitud de nuestro presidente. Personalmente, soy contrario a casi todo lo que dice y hace el gobierno brasileño actual. Pero sigo seguro de que, para ser consecuente, un artista no necesita exhibir su opinión.

-¿Cómo observa ese país suyo en el que de pronto "está prohibido el carnaval", tal como ha cantado con Daniela Mercury? ¿Ve esperanzas de cambio en un futuro cercano?

 

-Canté la canción a pedido de Daniela, que la compuso sola. La reacción del presidente fue horrible. En Brasil siempre se ponen las dos palabras "futebol e carnaval" juntas o cercanas. Yo mismo repito en "A Luz de Tieta" varias veces esa fórmula. Pero la verdad es que en todas las ciudades brasileñas, las multitudes en las calles durante el carnaval repetían gritos contra el presidente. Mientras en los estadios de fútbol él fue aplaudido. También Médici, el dictador más cruel del período militar, fue ovacionado en Maracanã. Los grupos de animadores de equipos de fútbol se parecen más y más a las milicias. Como los hooligans del pasado, se matan en las calles. Muchos ni siquiera saben los nombres de los jugadores. Los grupos de hinchas están teniendo actitudes fascistas. Fueron hostiles a Dilma, con una frase que durante el carnaval el pueblo gritaba contra el actual presidente. La tendencia de los que aman el carnaval es libertadora y anárquica. Es difícil saber lo que será el futuro cercano. Pero no soy pesimista. Si el mundo gana la guerra contra la destrucción ambiental, esos caretas fascistas terminarán como terminaron todos los otros.