La comunidad educativa del Lenguas Vivas exigió explicaciones al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y a las autoridades de la institución tras la remoción de una caldera con asbesto. Este año, el Ministerio de Educación confirmó que el material cancerígeno se encontraba en una caldera que habrían retirado durante el receso invernal. Sin embargo, la comunidad educativa denunció que en otra nota de la cartera que dirige la ministra Soledad Acuña, el gobierno informó que una caldera y el material cancerígeno serán retirados en enero de 2020. “Nuestro principal problema es la incertidumbre. Queremos saber la situación de la escuela”, dijo a Página/12 Tomás Cancela, uno de los tres secretarios generales del Centro de Estudiantes Secundarios del Lenguas Vivas.

Según contó Cancela, la comunidad educativa de la institución se enteró a través de una nota en un diario que el Lenguas Vivas, ubicado en Carlos Pellegrini 1515, era una de las 12 escuelas de la ciudad donde hay asbesto. En la nota, además, especifican que el gobierno porteño llamó a licitación para, afirma el documento, "la contratación del servicio de desmonte, retiro y disposición de materiales compuestos con fibras de asbesto/amianto, con ejecución de nuevas aislaciones en establecimientos educativos".

“Así nos surgió la preocupación y nos comunicamos con la directora de nuestro nivel”, relató Cancela. El estudiante afirmó que, ante el reclamo de la comunidad educativa, recibieron dos notas. “Hay un informe que dice que la obra para remover el asbesto va a empezar en enero y después otro en el que dicen que removieron el asbesto en el receso de invierno”, sostuvo.

En una nota del 21 de octubre, la Dirección General de Infraestructura Escolar del GCBA “llevó adelante una obra” que consistió en “refacción y puesta en valor de la sala de máquinas, reemplazo de caldera y reparaciones de muros, cielorrasos y pintura en general”. Las obras, continúa el documento, se iniciaron el 10 de julio y terminaron el 5 de agosto. Es en esa caldera que se sacó, explicó Cancela, donde se encontraría el asbesto, un material cancerígeno que solía utilizarse como aislante hasta que fue prohibido en Argentina en 2001.

En un comunicado, la comunidad educativa del Lenguas Vivas afirmó que la "simple notificación" de la realización de una tarea "en un caso sensible como este, no es suficiente". “Actualmente, no contamos con la información pertinente. Si la caldera fue removida en el receso invernal, necesitamos saber si vinieron equipos especialistas en la remoción, cómo se manejaron los residuos, si se realizaron las mediciones de aire correspondientes”.

“Si se hizo (la remoción de la caldera durante el receso invernal), queremos que se presente el certificado (de la contaminación del aire luego del retiro del asbesto)”, dijo a este medio Lucía Agulló, docente de lengua y literatura de la secundaria y delegada de Ademys. Agullo explicó que, según los protocolos para remoción de asbesto, se deben esperar al menos 15 días para que vuelvan a entrar personas al establecimiento. “Sospechamos que no se hicieron las cosas como se debe --manifestó la docente--. En el receso, la escuela estaba abierta y había personal adentro. Pedimos que aparezcan las certificaciones que acrediten las condiciones para poder ingresar al edificio”.

Cancela y Agulló señalaron que, en otra nota, el Ministerio de Educación del GCBA confirmó que las obras para la remoción y el traslado del asbesto se realizarán en las 12 escuelas porteñas a partir del 2 de enero de 2020. En este documento, además, se especifica que la remoción debe “efectuarse exclusivamente en verano, momento en que la ausencia prolongada del alumnado permite efectuar labores con todos los debidos recaudos”.

“Hay muchas incongruencias --señaló Cancela--. Sabemos que esa caldera fue retirada, pero no sabemos si se siguieron los protocolos para la manipulación de asbesto. Hay una segunda caldera que no sabemos si tiene o no asbesto”. El dirigente estudiantil sostuvo que “por una fibra de asbesto, uno puede contraer cáncer, entre otras enfermedades” y que exigen saber si la comunidad educativa puede “estar adentro de la institución o no”. “No podemos estudiar respirando un material que nos puede producir cáncer”, aseguró.

El jueves a la mañana, los estudiantes del secundario organizaron una asamblea en la que resolvieron no ingresar a la escuela. A esta medida se plegaron también los docentes, confirmó Agulló, que se declararon en asamblea permanente. Por su parte, los estudiantes repartieron volantes e hicieron una conferencia de prensa junto con representantes de metrodelegados, quienes denuncian la presencia de asbesto en formaciones del subte.

“Hoy (el jueves), la rectora no vino y pidió licencia médica. La supervisora tampoco, está abocada a vender (el proyecto de) Secundaria del Futuro y, además, no quiere dar la cara”, sostuvo Agulló. La delegada de Ademys contó que fue otra supervisora que “sabe lo mismo que nosotros, o sea, nada”. “No vino a traer tranquilidad ni a poner la cara, vino a constatar quiénes estábamos en las aulas para ponernos ausente o presente”, aseguró.

Cancela recordó que este no es el primer problema edilicio que tuvieron este año en el Lenguas Vivas. “Tuvimos un escape de monóxido de carbono, nos inundamos, tuvimos cortes de luz --enumeró--. Nosotros tenemos la voluntad de entrar al colegio, estamos cansados de perder clase, pero no lo vamos a hacer si es poniendo en riesgo nuestra salud”.

Informe: Ludmila Ferrer