Hace una semana, apenas empezó a regir la cuarentena tanto las redes sociales como las casillas del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación se empezaron a hacer eco de los reclamos de las personas trans y travestis ante la emergencia sanitaria. Desde los testimonios de parte de las residentes del Hotel Gondolín en Palermo -histórico refugio para muchas de las que llegan a Buenos Aires-, hasta los pedidos de ayuda que provenían de los merenderos donde reciben alimentos muchas travestis en el Conurbano bonaerense, Salta, Tucumán, Río Negro, pasando por consultas que llegaban al Ministerio de las Mujeres en boca de referentes de las organizaciones sociales. El mensaje era claro: un pedido de protección ante la pandemia del coronavirus y que se contemplen las condiciones de vida de la población trans y de qué modo particular las perjudica no poder salir a la calle. “Todos los estudios de población trans dicen que entre el 80 y el 90 por ciento de nuestra población está o estuvo en prostitución. Las organizaciones sociales están siendo cruciales en este punto porque pudieron articular los pedidos de las personas trans en todo el país con el Estado”, relata Alba Rueda, histórica militante trans, que en diciembre de 2019 asumió como Subsecretaria de Políticas de Diversidad de la Nación en el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidades.

La semana pasada circuló por grupos de WhatsApp un listado donde las personas trans podían anotarse para recibir una ayuda económica en medio de la pandemia. Pero, como mucha de la información que circula por estos días, no estaba claro su origen. ¿Provino del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad?
-Sí. Son listas oficiales que pusimos a circular. Estamos recaudando esa información porque logramos, en diálogo con el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, que se abriera a personas trans el programa Hacemos Futuro, que estaba paralizado desde 2019. Se abrió en función de la emergencia, del diálogo político y también en función de que desde los ministerios escuchamos el mandato presidencial de generar transversalidad entre las áreas del Gobierno. El ministro de Desarrollo Social Daniel Arroyo y la ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad Elizabeth Gómez Alcorta dieron a conocer que se incorporaría a personas trans a ese programa. Desde ese momento desde el Ministerio no paramos de enviar a Desarrollo Social los listados que nos van llegando desde todas las provincias.


El programa ofrece una ayuda económica de 8500 pesos a cambio de una contraparte: que la persona se pueda formar en oficios, pueda completar una formación profesional, etc. ¿Pero cómo van a hacer para asistir a lugares de formación si hay cuarentena?

-Justamente. A ese programa lo estábamos preparando a partir de que asumieron las nuevas autoridades en diciembre para relanzarlo ahora. Pero todo cambió con la emergencia. El requisito en este contexto no puede ser, por ejemplo, como estaba pensado, realizar cursos presenciales de oficios o formación para el trabajo. Porque directamente la persona no puede ir. Así que la contraprestación quedará para más adelante.


¿Hay alguna restricción para acceder?
-Primero se hace el ingreso a través de las páginas del Inadi, Desarrollo Social o el Ministerio de las Mujeres. A partir de que te inscribís se evalúan las incompatibilidades en relación con otros programas de inclusión social.

¿Cuánta gente se anotó hasta ahora?
-Hay varias listas. La lista que estamos sistematizando desde el Ministerio de Mujeres por ahora llega a más de 4 mil pedidos de ingreso al programa. No es un número oficial porque faltan las listas de otras áreas. Las personas a las que está dirigido este programa son las que viven en extrema vulnerabilidad. Y eso también es un dato. La mayoría de las personas trans, si bien cuenta con el reconocimiento de determinados derechos, como el de la identidad, padece una violencia estructural que la coloca en esa situación de extrema precariedad a la que se dirige el programa. Aquellas que están en prostitución y no pueden salir por cumplir la cuarentena se encuentran profundamente alejadas de la protección del Estado, o pibes trans que están excluidos del ámbito laboral y son sistemáticamente invisibilizados. Nuestro planteo es que una vez que atravesemos este momento de emergencia podamos retomar nuestro plan de trabajo y ponerlo a dialogar con el contexto económico y social que se constituya, que implica trabajar con los temas pendientes a nuestra comunidad, reparación por la violencia institucional, cupo laboral y la restitución de derechos básicos. El coronavirus nos tomó por sorpresa. Teníamos un plan de trabajo muy amplio para nuestra comunidad. Pero hoy por hoy todo eso se ve redimensionado por estas otras prioridades.

¿Cómo se hace para cobrar el plan Hacemos Futuro?
-
Se cobra a través del Banco Nación. Una vez que la persona está inscripta se genera una cuenta en el banco. Por eso uno de los requisitos es poner el domicilio real porque
de acuerdo a eso se asigna la sede.

La mayoría de los testimonios y reclamos de personas trans coinciden: hoy la urgencia pasa por un lugar donde quedarse, para todas aquellas que viven en hoteles, que siguen cobrando por día, y necesitan comer…
-Sabemos que la emergencia pasa por ahí. Y tenemos en marcha programas alimentarios. Ya existen programas para proveer de alimentos a los comedores comunitarios. Hoy los comedores tienen otra función que es preparar viandas y entregarlas a las compañeras. Buscamos que en esas listas de los comedores se incluya a las compañeras trans en todo el país. Y que lo hagan con las medidas de protección que corresponden. Y también está funcionando la distribución de módulos alimentarios: la distribución de bolsones que se entregan sobre todo teniendo en cuenta a las adultas mayores, las que están en situación de prostitución, las que viven en barrios populares. Todos los estudios de población trans dicen que entre el 80 y el 90 por ciento de nuestra población está o estuvo en prostitución. Miles de ellas son las que están viviendo en el día a día y son a quienes queremos llegar con estas medidas. Muchas veces cuando se habla de pobreza no se tiene en cuenta su textura

¿Qué quiere decir eso?
-Que se hacen más explícitas que nunca las desigualdades de base y vulneración de derechos en la que viven las personas trans. Lo tenemos claro. Y tenemos la convicción de que el Estado tiene que empezar por los sectores más excluidos. Hay que empezar en este caso por las más expulsadas de las instituciones. Esta situación expone las condiciones estructurales de nuestras vidas. Mirá el contraste: hace pocas semanas se entregó en DNI número 9 mil. Es decir, hubo 9 mil personas trans que cambiaron su documento, esto claramente es un subregistro de la dimensión poblacional travesti trans, porque hay personas que decidieron no hacer el cambio registral o no lo hicieron todavía. Pero incluso teniendo en cuenta la falta de datos poblacionales, en pocos días y sólo considerando la lista del Ministerio en el que trabajo ya hay 4 mil personas inscriptas. Nuestro Ministerio en este momento está tratando de facilitar la comunicación entre nuestra comunidad y Desarrollo Social y toda una serie de programas que ya existen pero que no contenían de manera sustantiva a las personas trans. En la gestión del gobierno anterior hablaban de nosotras en clave de “la travaplanera”, que vivimos del Estado, y es todo lo contrario. Estos planes que describo son para personas que realmente no tienen nada de nada. Esto da cuenta de la enorme emergencia y el abandono hacia nuestra comunidad. Hay una enorme ausencia del Estado a lo largo de nuestros trayectos de vida. Hay miles y miles de pibas y mujeres trans que no estaban ni enteradas se la existencia de estos programas, que funcionan hace muchos años. La pandemia impacta primero en las personas más excluidas, y en esa situación crítica de desprotección estamos las travestis y trans. Entonces nos impacta primero a nosotras. Estamos hablando de personas que nunca recibieron nada del Estado, al contrario de lo que se cree.

¿Cómo imaginás el después de la pandemia?
-Las redes que se están estableciendo a partir de esta emergencia quizás nos permitan volver a establecer los vínculos positivos en nuestra comunidad y las instituciones de gobierno. La gestión anterior fue muy excluyente con las organizaciones territoriales de diversidad sexual, eso lo conozco desde mi experiencia en una organización. Ahora en el contexto de la pandemia estos vínculos con las organizaciones resurgen, y esto es vital. Y no se trata de un vínculo unilateral, por ejemplo, sabemos de compañeras travestis y trans que se encuentran detenidas en unidades penitenciarias provinciales, Sierra Chica, que arman barbijos de friselina para la comunidad, y esto es poner en valor todas las redes que empiezan a establecerse nuevamente con valores distintos a la criminalización de nuestra población, podemos aprender mucho en estos contextos tan difíciles, donde las travestis y trans sabemos de sobrevivir.

¿Cómo pueden hacer las personas que quieran anotarse en Hacemos Futuro?
¿A dónde llamar, con quién comunicarse?
-Pueden acudir al Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, al de Desarrollo Social y al Inadi en todo el país. Esas son las tres grandes bocas de ingreso. Nos apoyamos no sólo en las organizaciones sociales porque hay mucha gente que es parte de nuestra comunidad pero también hay otras personas como referentes provinciales de áreas de Diversidad, gente que trabaja en el sistema de salud y conoce a muchas personas trans y ya tiene una articulación. Esas personas que son referentes también crearon sus propias listas y nos enviaron información pertinente al Ministerio. Las compañeras están muchas veces solas pero no están aisladas. El rol de las organizaciones y referentes es muy fuerte porque de verdad en la población trans hay mucha noción de comunidad. Claro que existen casos que no, pero la mayoría sí tiene esta fuerte noción de comunidad. El Ministerio trabaja mucho con esas redes y desde allí llegan muchas de las alertas de dónde hay una compañera y qué necesita. Muchas veces una le dice a otra y funciona por bola de nieve. Pero además tenemos también un mail donde recibimos los pedidos ([email protected] ). Todas las delegaciones del INADI y de Desarrollo Social de todo el país son también bocas de ingreso.

A principios de esta semana se anunció una ayuda de 10 mil pesos para monotributistas y trabajadorxs no registradxs, entre otras situaciones precarias. ¿Va a poder acceder la población trans a este pago de emergencia?
-Sí. Eso se va a pagar en abril. Hay muchas compañeras que están en trabajos como peluquería, costura, y otras profesiones y oficios y tareas que involucran el trabajo monotributista. Pero si cobrás Hacemos Futuro, no podés acceder a este pago de emergencia, por las incompatibilidades.

¿Y en cuanto al acceso a la salud, qué se está haciendo?
-Ahí hay dos grandes problemas referidos a nuestra comunidad: qué va a pasar con
los tratamientos de hormonización y qué va a pasar con las personas que viven con VIH. Estamos trabajando con la Dirección de VIH e ITS de la Nación para generar información: por lo pronto, desterrar un mito: hay que dejar en claro que si estás en tratamiento de VIH, no te ves particularmente expuesto a la pandemia. Por eso lo importante es seguir tomando la medicación. Pronto va a haber más noticias con respecto a la entrega de la medicación. Estamos trabajando en ello. Y también estamos analizando la respuesta que desde el Estado se les va a dar a las personas que están en tratamiento hormonal.