Socorristas en Red relanzó esta semana la campaña “En un mundo justo las niñas no son madres”, en concordancia con el día de las niñeces y como un acto de politización de los cuidados “porque cuidar lejos está de ser mera responsabilidad individual, es un derecho de todas, todes y todos”, señalan en su declaración. Se trata de una campaña que apuesta a la sensibilización e interpelación de la sociedad, recordando la necesidad urgente de cuidar estas infancias. “Pensamos esta campaña como una apuesta política para fortalecer las tramas de cuidado y para armar un pacto social, es decir, complicidades que abandonen la idea de que los cuidados son del orden privado. Es muy importante insistir con esto porque nos han hecho creer que una no se puede meter, y esta campaña ayuda a poner el centro de la preocupación en la política de cuidado”, señala desde Neuquén, Belén Grosso, de La Revuelta, Colectiva Feminista. 

Marianela Dib, también socorrista cuenta: “En plena cuarentena en Santiago del Estero nos ha sucedido fuerte María, una niña de 12 años, violada, con un embarazo y maternidad forzada. El Estado a través de sus instituciones del área de salud, social y de justicia, la ha desinformado, la ha engañado con las semanas reales de gestación, la ha violentado y le ha negado derechos. Y resulta que son muchas las Marías y en cuarentena también nos enteramos de ellas. Varias Marías internadas de urgencia en el hospital luego de un parto y otras tratadas como adultas gestantes. Es ahí donde el quehacer socorrista nos permite hacer un poquito más justos sus mundos. Alguien les ha comentado de nosotras y nos acerca a esas madres, tías, hermanas, amigas que vienen, muchas desde monte adentro de lugares impensados, en búsqueda de respuestas, contención, información para que acompañemos juntas a esas niñas y adolescentes que en su mayoría han sufrido abusos”. 

Durante 2020 Socorro Rosa Santiago ha acompañado a 35 niñas y adolescentes de 13 a 19 años. “Qué bueno tener donde ayudar a muchas chicas como yo para no perjudicarse la vida desde muy chicas. Ustedes sí que son bien feministas”, les dijo Mariana de 16 años, de un paraje del departamento Moreno. En Misiones la cantidad de embarazos en niñas y adolescentes es abrumadora. Desde allí, Natalia, también socorrista cuenta: “Las niñas, niñes y adolescentes que logran acceder a la posibilidad de una ILE, entran al sistema de salud buscando que se garanticen sus derechos, su bienestar, sus deseos, su decisión, y se topan con un circuito dentro de las instituciones plagado de estrategias pasivo agresivas que son diagramadas para convencerles de que continúen con el embarazo, así sea por cansancio o culpa”.  

En estos casos, gran parte del acompañamiento feminista de las socorristas tiene que ver con correr detrás de articulaciones con profesionales que estén dispuestxs a garantizarles sus derechos sin torturas de por medio, pero también y sobre todo, en esa primera consulta para que le niñx o adolescente pueda entender plenamente sus derechos, se sienta escuchadx, valoradx, cuidadx y respaldadx. “Con esta campaña, insistimos en la sensibilización porque creemos en la responsabilidad colectiva de cuidar estas infancias que están sucediendo ahora. La indiferencia no puede ser más una opción ni para lxs docentes, ni para lxs medicxs, ni para lxs vecinxs, ni para la justicia”; observa Natalia. 

“Ahondar en la fragilidad de los tiempos de la infancia -refuerza Belén Grosso-, cuidar su presente y apostar a las redes de cuidado comunitarias y colectivas. El socorrismo cuida profundamente a las niñas y adolescentes”. Hoy a las 11 horas twitazo: "En un mundo justo las niñas no son madres. Las queremos#VivasYJugando".

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