Donald Trump parece no ver diferencia entre los poderes de su oficina y los de un monarca medieval despótico. Tanto es así a menudo opera con despreocupado desprecio por las sutilezas de la constitución o el papel moderador del Congreso.

Los demócratas ya celebraron su convención, dando ventaja. El Partido Republicano ha tenido la libertad de sentarse y observar la primera reunión totalmente virtual de su oposición, sopesando qué aspectos funcionaron y cuáles no antes de hacer ajustes de último minuto en su propia cumbre Zoom.

Pero los demócratas pudieron recurrir a la experiencia y el poder estelar de los Obama y los Clinton, además de Eva Longoria y Julia Louis-Dreyfus, mientras que no hay posibilidad de que el 43 ° presidente George W. Bush o el derrotado candidato de 2012 Mitt Romney den la cara por Trump. Ambos hombres están amargamente distanciados de su administración. Romney rompió filas valientemente en el Senado para votar por el juicio político de Trump esta primavera. Ha sido una espina clavada en el costado del presidente desde entonces.

En cambio, los republicanos están ofreciendo a los espectadores una "celebración de cuatro días del presidente Donald Trump, que culminará con su discurso de aceptación el 27 de agosto desde los terrenos de la Casa Blanca", como lo expresa la CNBC.

El evento de este año está siendo planeado desde Charlotte, Carolina del Norte. Una disputa con el gobernador del estado por el distanciamiento social hizo que se trasladara brevemente a Jacksonville, Florida, solo para que un nuevo aumento de coronavirus allí provocara una retirada apresurada.

En la noche del miércoles el vice de Trump y candidato a la reelección, Mike Pence, hablaba desde el monumento nacional en Fort McHenry en Maryland. El lugar del discurso del vicepresidente es una elección curiosa. El propio Trump pronunció allí su discurso del Día de los Caídos en mayo, pero previamente lo recordó como el lugar donde los soldados de infantería estadounidenses "se apoderaron de los aeropuertos" durante la Guerra de Independencia en 1775.

En cuanto al propio Trump, el presidente tendrá que seguir el mordaz discurso de aceptación de la "temporada de oscuridad" de Biden con un caso más convincente para una segunda ronda de su liderazgo de lo que ha logrado hasta ahora. Pero Trump tendrá un trabajo difícil para convencer a la mayoría de que están mejor ahora que en 2016 y que una presidencia de Biden empeorará las cosas. ¿Cómo podría hacerlo? Para el propio Partido Republicano, que ha comprado el trumpismo al por mayor y últimamente ha invitado a personas como la "orgullosa islamófoba" Laura Loomer y la teórica de la conspiración de Marjorie Taylor Greene a unirse a sus  filas (ambas recibidas efusivamente por Trump), esta convención Nacional Republicana equivale a nada menos que un último y desesperado lanzamiento de dados.

*De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Páginal12

Traducción: Celita Doyhambéhère