La escasez del agua en el Chaco salteño se suma a la falta de regularización de la tierra de las comunidades originarias. Con la pandemia se complicó además la posibilidad de subsistir porque no hay más “changas” para hacer alambrados o corrales, trabajos que pagan los criollos. Las comunidades subsisten sin acceder al agua, o porque se rompieron las autobombas, o no tienen dinero para pagar el combustible que consumen los generadores que permiten su funcionamiento. En ese panorama, contar con el riego para sus sembradíos y animales, más en una época en la que a la pandemia se le sumó la sequía, es más que una ilusión.

El 4 de noviembre, con el fin de dar solución a esta situación, se presentó el proyecto de Construcción de Huertas Comunitarias/ Familiares con Riego Para la Producción Familiar en el Plan de Manos a la Obra del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. La intención es mejorar la calidad de vida en cinco comunidades del Pueblo Wichí: La Emboscada, Pozo Hondo, San Ignacio de Loyola, La Victoria, y Lote Fiscal 75, todas ubicadas entre la ruta nacional 81 (a la altura de las localidades de Hickman y Dragones) y Padre Lozano, que se encuentra en la ruta provincial 53. Todas son de la jurisdicción de Embarcación, municipio del departamento General San Martín.

“Gracias a Dios que se dio este proyecto”, agradeció Oscar Cobos, referente del proyecto en la comunidad La Emboscada. Sucede que a la falta de trabajo se suma que solo algunos habitantes reciben beneficios sociales. La subsistencia es posible gracias a la caza en el monte, o los pocos sembradíos que pueden prosperar, generalmente de sandía y zapallo, y que cosechan una vez al año, dependiendo de las lluvias. La cría de animales se dificulta porque, como pasa con muchas otras comunidades, las tierras están en disputa con titulares registrales. “Los que dicen que son dueños de la finca no quieren que se críen animales”, dijo Cobos a Salta/12. Ello pese a que “no están haciendo nada hace como 8 años”. Sólo hay un cuidador en la finca, que es quien baja las disposiciones de los presuntos titulares registrales.

El proyecto, que será dirigido por el veterinario Raúl Marinconz (uno de los técnicos despedidos de la ex Secretaria de Agricultura Familiar durante el macrismo), sostiene como principales problemas de las comunidades: la falta de seguridad en la tierra, la falta de agua para personas y animales, la falta de frutos del monte, cercos de autoconsumo con poca variedad de cultivos y que dependen de la provisión de agua de lluvia, por lo que solo se cosecha una vez al año, y las “pérdidas” por una mala comercialización, ya sea por el escaso dinero que reciben, sobre todo, en los intercambios, donde se les ofrece poco por sus productos y se les entregan mercaderías a precios muy altos.

“Hay gente que hace artesanía solamente en chaguar y uno que otro la hace en palo santo”, contó Cobos al referirse a su comunidad. Durante la pandemia, y ante la falta de más cultivos diversificados “estuvimos sobreviviendo de lo que se consigue en el monte, como la algarroba. La pesca, la miel y la caza también”, sostuvo. Respecto de la posibilidad de regularizar su territorio, dijo que están "peleando, pero como hay pandemia no se puede viajar a Salta y nadie atiende el teléfono”.

Las comunidades a beneficiar

La Comunidad Fiscal Lote 75 se encuentra en la zona periurbana de Embarcación. Aunque tiene un panel solar, la bomba no funciona bien y no tiene la capacidad de caudal para el riego de su huerta ubicada a unos 600 de donde está el pozo, por lo que se pidieron los insumos para disponer las mejoras. 

La Comunidad San Ignacio de Loyola está a 40 kilómetros de Embarcación sobre la ruta nacional 81. Cuenta con pozo de agua y red domiciliaria, y son propietarios de una superficie de 1300 hectáreas. Como el terreno para la huerta está a un kilómetro del pozo de agua, se debe realizar un nuevo pozo más cerca del predio donde se construirá y funcionara la huerta comunitaria. 

En la Comunidad La Victoria, ubicada a 38 kilómetros de Embarcación, se cuenta con pozo de agua que funciona con un grupo electrógeno y una bomba. El problema es que ambos se rompieron, y por eso pidieron el presupuesto para colocar un equipo de panel solar y bomba para la extracción del agua para riego. 

La Comunidad la Emboscada está a 70 kilómetros de la ciudad de Embarcación sobre la ruta nacional 81 y a 20 kilómetros de Hickmann hacia la banda del río Bermejo. Cuenta con pozo de agua con panel solar y bomba, pero que está rota, por lo que se debe comprar una nueva. 

En la Comunidad de Pozo Hondo, ubicada a 80 kilómetros de Embarcación, también sobre la ruta 81, y a 30 kilómetros de Hickmann hacia la banda del río Bermejo, cuentan con pozo de agua. Pero como sucede en otras comunidades, la bomba (que funciona con grupo electrógeno) está rota. Ante ello requieren un equipo de panel solar y bomba para la extracción del agua para riego. En el proyecto se indica que además “se evitaría el uso del grupo electrógeno que por las condiciones socio-económicas y las distancia al pueblo más cercano 30 kilómetros”, a veces no cuentan con dinero suficiente para comprar el combustible que, muchas veces, suele ser más caro por estas zonas.