Una familia afroamericana atraviesa la ruta en un amplio auto color azul que arrastra un trailer de mudanza: Henry (Ashley Thomas) y su esposa Lucky (Deborah Ayorinde), junto a sus hijas Ruby Lee (Shahadi Wright Joseph) y Gracie (Melody Hurd), abandonan Chatham, Carolina del Norte para buscar un futuro en Compton, California. Algo horrible sucedió en la antigua casa, aún no sabemos qué. “¿Hay muchos negros allí?”, pregunta la hija adolescente del matrimonio Emory mientras hojea una revista con fotos de Marilyn Monroe y Doris Day. El presente se muestra prometedor: la canción Get Happy musicaliza la llegada de esta familia a un nuevo lugar. “Vamos, ponte feliz/Vamos a la tierra prometida”, canta Judy Garland hasta que la voz comienza a distorsionarse cuando se presenta la primera amenaza en persona: a medida que el coche se acerca a la casa donde vivirán descubren que el vecindario es solo de blancxs. Sus sonrisas se desdibujan a la par de quienes lxs miran con desprecio. Una agente inmobiliaria recibe a lxs Emory con el juego de llaves en la mano, solo resta firmar el papel que lxs hace dueñxs de la casa. Pero una cláusula del contrato vuelve a alertarlxs: “En dicha zona no se venderá ningún lote a alguien no caucásico. Ninguna persona de sangre negra ocupará estas viviendas”, informa el documento. Así comienza el primer capítulo de Them: la serie de terror, ambientada en los años 50, que creó el director y guionista afroamericano Little Marvin.

Esta historia dividida en 10 capítulos de 50 minutos dibuja con colores pastel y rojo sangre 10 días en la vida de la familia Emory a partir de que se mudan a Compton. Mañanas, tardes y noches donde las vecinas se sentarán en reposeras con sus melenas rubias y vestidos de falda inflada frente a la casa de lxs Emory observándolxs por las ventanas como si fueran animales del zoológico. Con el correr de las horas el terror y los actos discriminatorios se irán agravando: lxs blancxs cuelgan muñecos del techo de la nueva casa, y escriben con fuego mensajes intimidatorios sobre el césped. Poco importa que la cláusula del contrato que impide vender una propiedad a afroamericanxs ya no tenga vigencia legal: la segregación sigue intacta.

“Es importante que una persona conozca su lugar”, le dice una vecina a lxs Emory. Them también habla del sueño americano, ¿pero qué pasa si son personas afroamericanas quienes alcanzan ese sueño? Cada miembro de la familia afronta una pesadilla personal, carga su propio trauma. Lxs Emory no solo luchan en el exterior, también dentro de la casa. Hay presencias malignas. ¿Son fantasmas? ¿Demonios? Al padre de la familia lo persigue un hombre con ojos enormes, dientes grandes y blancos, el rostro pintado de negro en desprolijo y salvaje blackface. Es como imagina Henry, el padre de familia, que el mundo lo ve. La mirada de odio de lxs blancxs. “Nunca les dejes saber lo que piensas. Harás que nos maten”, repite el personaje mientras lanza una carcajada desaforada. 

Little Marvin escribió esta historia hace 3 años durante un verano en el que sintió que nunca dejaría de despertarse para encontrar en el celular imágenes de afroamericanxs siendo perseguidxs. Marvin conoce ese terror en carne propia, y quiso hacerle saber al público cómo es recibir esa clase de mirada las 24 horas del día. Sea en los años 50 o en 2021. El terror puede graficar las mayores angustias y ansiedades con una contundencia que ningún otro género logra. A veces la única manera de representar la intensidad de un trauma es con un monstruo. En definitiva, para eso se crearon. Los monstruos existen para mostrarnos el peor costado de la sociedad en donde vivimos y el costado más oscuro de nosotros mismos. Acá los monstruos se mezclan con los hechos reales: Them muestra cómo desde los años 30 la Administración Federal de Vivienda tenía mapas codificados por colores. Mapas que determinaban dónde van a poner los fondos y dónde no. Quién consigue hipotecas con bajo interés, quién obtiene períodos de pago más largos y quién no. El verde para los barrios de blancxs, el rojo por supuesto para los barrios de negrxs (o de toda clase de persona que no sea blanca). El terror más indigerible es el que ya sucedió.

Desde 1764, con el castillo de Otranto, pasando por las melancólicas pesadillas de Edgar Allan Poe, los conservadores y a veces racistas terrores de Lovecraft o los novelones de Stephen King, los blancos tuvieron siglos para construir la tradición del género de terror. Para representar sus miedos y amenazas. Teniendo en cuenta esa historia, es relativamente reciente que el género pueda ser narrado desde otros puntos vista, es decir, que putos, tortas, afros y latinxs -muchas veces elegidxs como monstruos o amenazas del terror blanco- empiecen a ser quienes narran estas historias. Si bien este proceso comenzó en los años 90 con Tales from the Hood y Eve´s Bayou fue a partir del éxito de Get Out, la película escrita y dirigida por Jordan Peele, que el cine y la TV mainstream se interesó por esta clase de relatos. Them irrumpe con crudeza para seguir construyendo el terror afro, sumándose a la serie Lovecraft Country. Para escribir Them Marvin se basó en el terror de El bebé de Rosemary y Carrie, películas que llevan al público al límite, pero, a diferencia del cine de los años 60 y 70, esta vez lxs afroamericanxs no son las niñeras, las amas de llaves o los chóferes. Son lxs protagonistas de la historia. “El niño que miraba esas películas no entendía que lo estaban borrando. Porque nunca se vio a sí mismo. Nunca vio a gente como él”, dice Marvin. Hoy es él, ese niño crecido, quien realiza la obra que le hubiera gustado ver de chico.