El nadador rosarino Fernando Carlomagno es hasta el momento el argentino que más alto subió en el podio en estos Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, con su medalla de plata en la competencia de los 100 metros espalda categoría S7 (parálisis cerebral). Pero lejos de celebrar, "Pipo" manifestó un sentimiento ambivalente ya que aseguró que llegó a la capital japonesa "para ganar el oro y se escapó por muy poco".

"Lo que estaba en mis cálculos cuando vine a Tokio era ganar la medalla de oro, porque estaba preparado para eso, pero con lo que no contaba era con que el ucraniano Andrii Trusov fuera tan fuerte y se la terminara llevando él", se lamentó Carlomagno en diálogo con la agencia Télam desde Japón.

Carlomagno, de 28 años, sumó la tercera medalla para la delegación albiceleste el lunes pasado, luego de las dos de bronce que obtuvieron sus compatriotas, la entrerriana de Gualeguaychú, Antonella Ruiz Díaz (lanzamiento de bala F41), y la también rosarina Yanina Martínez (en los 200 metros T36 de atletismo).

"En la final quebré el récord mundial anterior (con 1m08s83/100), pero Trusov me lo batió (1m08s14/100) en la misma prueba, así que puedo decir que la mía es la segunda plusmarca del mundo en la especialidad", comentó con un dejo de disconformidad. La marca anterior pertenecía al también ucraniano Bohdan Hrynenko, con 1m08s92/100 en 2019.

"Sabíamos que el ucraniano era un rival muy duro, pero cometí un error grande en la vuelta americana (un giro sobre sí mismo para retomar los últimos 50 metros de pileta) y eso, a este nivel, se paga muy caro. Pero igual luché y si había cinco metros más de recorrido, seguramente hubiese ganado. Por eso cuando terminó la prueba ya quería tener una revancha inmediatamente", advirtió quien tuvo la mejor marca en semifinales y, por unas horas el récord paralímpico, con 1m09s12/100.

Sin embargo, con el paso de las horas reconoció que se fue calmando, "sobre todo cuando empezaron a caer mensajes de felicitación al celular. Pero especialmente hubo uno, el de mi pareja, que me recordó que la mía era la primera medalla en natación para la Argentina desde los Juegos Paralímpicos de Atenas 2004, cuando en mi misma especialidad la obtuvo quien es mi máximo referente en este deporte, Guillermo Marro".

Herencia y espíritu deportivo

Claro que no solamente Marro es un faro en su carrera deportiva, sino que tiene a alguien mucho más cercano, su propio padre, de quien no solamente heredó la paraparesia espástica con la que nació y que le afecta especialmente la movilidad de sus piernas, sino fundamentalmente su espíritu deportivo.

Fernando Carlomagno padre también fue nadador paralímpico en tres Juegos consecutivos, los de Atlanta 1996, Sídney 2000 y el mencionado de Atenas 2004, cuando Marro cosechó la medalla de plata también en los 100 metros espalda. "Mi discapacidad es motriz y la heredé de mi padre, porque es algo genético, pero a mis dos hermanos, en cambio, no los afectó", puntualizó.

Apoyo y becas

"Pipo", que nació en Rosario el 13 de agosto de 1993, realizó "un posgrado" en River entre 2010 y 2012, cuando vino a buscar un crecimiento en su carrera deportiva y lo logró. "En River di un salto de calidad y además compartí equipo con Marro (diez años mayor que él), el mejor de mi especialidad", refirió.

"Pero lo que en realidad también le brindó un respaldo fundamental a mi trayectoria dentro de la natación fue el Enard (Ente Nacional de Alto rendimiento Deportivo), ya que modificó toda la estructura del deporte olímpico y paralímpico argentino, y le dio un salto de calidad porque lo profesionalizó. Con su beca y la que también me otorga la Secretaría de Deportes de la Nación puedo mantener a mi familia", destacó.

Abanderado de la delegación argentina en la ceremonia de clausura de los Juegos Parasudamericanos de Santiago de Chile 2014, donde registró una actuación consagratoria al obtener cuatro medallas doradas y una de plata, Carlomagno argumentó que "lo que le sucede al deporte paralímpico es que su difusión en los medios debe alcanzar no más del cinco por ciento en comparación con la que se le da al olímpico".

"Pipo" entrena y compite en el Echesortu Fútbol Club de su Rosario natal, donde el futsal es el deporte que más representa a esa institución. "No hay un límite etario determinado para dejar de practicar esta actividad, sino psicológico. Porque la natación es un deporte muy duro. Estos fueron mis segundos Juegos después de Río de Janeiro 2016, pero lo bueno es que los próximos de París 2024 ya serán dentro de tres años y no de cuatro", expresó con una cuota del humor que lo caracteriza más allá de alguna meta deportiva transitoriamente no alcanzada.

Protocolos de Tokio 

"Acá estamos llenos de restricciones, almorzamos entre paneles de plástico, no se puede hablar con nadie y tampoco salir de la Villa Paralímpica. Es imposible interactuar con, por ejemplo, grandes atletas de otros países, ni ir a ver otros deportes. Yo quería asistir a los partidos de tenis de Gustavo Fernández y me quedé con las ganas", se resignó.

Sin embargo en el balance de su vida actual tiene más motivos para celebrar que para lamentarse, porque más allá del éxito deportivo que derivó de la medalla de plata que se llevará de la capital japonesa, en el plano personal está atravesando un gran momento porque su pareja "está embarazada de ocho meses. Y a principios de octubre nacerá nuestra primera hija, que se llamará Aurora", comentó con inocultable felicidad.

"Y además estoy terminando mi carrera de docente de escuela primaria", avisó Fernando Carlomagno hijo, cuya madre es profesora de educación física y sus dos hermanos "también son deportistas". "Pipo" tiene apellido de rey, de emperador romano, pero especialmente de una bella familia de atletas.

A centésimas del podio

Por su parte, la rosarina Yanina Martínez quedó a sólo tres centésimas del podio y finalmente fue cuarta en la prueba de los 100m T36. Martínez, que había ganado el oro en esta especialidad en Río 2016 y en está oportunidad conquistó una medalla de bronce en los 200 metros y sumó otro diploma paralímpico para la delegación nacional.

La también abanderada en la ceremonia de apertura, marcó un tiempo de 14s65/100, a tan solo 0s03/100 del bronce y 0s05/100 de la plata. La carrera fue ganada por la china Yiting Shi, que logró un nuevo récord mundial con 13s61/100, seguida por la rusa Elena Ivanova (plata con 14s60/100) y la neozelandesa Danielle Aitchison (bronce con 14s62/100).

Despedidas

En tanto, Antonella Ruiz Diaz -primera medalla para la Argentina con su obtención en lanzamiento de bala- quedó en la 9° posición en lanzamiento de disco con una marca de 21,42 metros y también finalizó su gran participación en Tokio 2020. Por otra parte, la mercedina Romina Fernández culminó sexta en lanzamiento de bala F32 y cerró así su debut a nivel paralímpico. Su mejor tiro en la final en Tokio alcanzó los 4,41 metros.

Antonella Ruiz Díaz, 9na en lanzamiento de disco.

En natación, Nadia Báez finalizó quinta en la final de los 100m pecho (SB11) con un tiempo de 1m30s77/100 y sumó un nuevo diploma paralímpico para la delegación argentina. De esta forma, terminó su participación en Tokio 2020. Además, la chaqueña Daniela Giménez llegó octava en la final de los 200 metros combinados (SM9), con un registro de 2m39s60/100, y acumuló su segundo diploma en Tokio.

Nadia Báez, quinta en la final de los 100m pecho y sumó un diploma.

En el octavo día de competencia de los Juegos, Argentina también participó en el torneo de tenis sobre silla de ruedas. El cordobés Gustavo Fernández, una de las grandes esperanzas de medalla de la delegación, fue eliminado en cuartos de final, luego de perder por 7-5, 3-6 y 6-1 con el británico Gordon Reid en 2 horas y 30 minutos de juego. El "Lobito" consiguió un diploma paralímpico al igual que en los Juegos de Londres 2012 y Río de Janeiro 2016.

Gustavo

Murciélagos

En la madrugada de este jueves, desde las 4.30, Los Murciélagos buscarán su pasaje a la final del fútbol 5 para no videntes ante su par de China. El equipo que tiene al cordobés Maximiliano Espinillo como figura venía de pasar la fase de grupos con puntaje perfecto, mientras que los asiáticos sumaron dos triunfos y una derrota en la otra zona. Más tarde, desde las 7.30, Brasil (9 puntos en primera ronda) se medirá con Marruecos (4) para definir al otro finalista.