El autorretrato de Frida Kahlo titulado “Diego y yo” fue comprado por el empresario argentino Eduardo Constantini por 34,9 millones de dólares en una subasta organizada por la casa de remates Sotheby 's en Nueva York. La obra se convirtió en la más cara del arte latinoamericano, destronando a "Baile en Tehuantepec", un cuadro del muralista Diego Rivera, compatriota y pareja de Kahlo, que en 2016 había sido adquirido también por el fundador del Malba en 15,7 millones de dólares.

"Diego y yo" fue pintada por Kahlo cinco años antes de su muerte en 1954 y es considerado como el último autorretrato que realizó. Por su tamaño reducido -30 centímetros de alto y 22,4 de ancho-, se cree que podría ser una de las pinturas que la artista realizó o retocó postrada en la cama, durante una de sus convalecencias en Casa Azul. La obra, además, tiene una dedicatoria: "Para Florence y Sam con el cariño de Frida".

En la pintura, el rostro de Rivera aparece en la frente de Frida, por encima de sus características cejas y sus ojos oscuros, que derraman algunas lágrimas.

La representación de Rivera -en aquel momento vinculado a la actriz mexicana María Félix- como un tercer ojo simboliza hasta qué punto atormentó sus pensamientos, dicen los expertos en arte. "He tenido dos accidentes graves en mi vida. El primero fue cuando un tranvía me atropelló; el otro fue Diego", había dicho Kahlo.

“Un coleccionista de renombre”

Constantini participó de la subasta por vía telefónica a través de Anna Di Stasi, la directora de Sotheby's para América Latina. La casa de remates reveló su identidad en un mensaje de su cuenta de Twitter en el que definen a Costantini como "un coleccionista de renombre con un compromiso de larga data de apoyar el arte y los artistas latinoamericanos", como Xul Solar, Antonio Berni, Tarsila do Amaral, Ramón Gómez de la Serna y Wifredo Lam, entre otros.

Con esta adquisición, el empresario argentino cuadruplicó el anterior máximo histórico de la propia pintora mexicana de 8 millones de dólares logrado en 2016 y con esta adquisición se convirtió en propietario de las dos obras de arte más caras de la región.

En 1995 Constantini había intentado hacerse con un dúo de obras de los artistas mexicanos, pero al no poder comprar ambas se llevó "Autorretrato con loro y chango" de Kahlo -por el que pagó 3,1 millones de dólares- y dejó escapar "Baile en Tehuantepec" de Rivera.

"No estaba preparado. Hace 21 años que la tengo en mi mente, pero era una obra muy hermética, había desaparecido de los circuitos artísticos", dijo en 2016 el argentino cuando finalmente adquirió la pintura de Rivera por 15,7 millones de dólares.


“Es algo tan biográfico y tan emocional para ella”

"Diego y yo" se había vendido en 1990 por última vez, también en Sotheby's, por 1,4 millones de dólares. La obra pertenecía al magnate inmobiliario Harry Macklowe y a su esposa Linda, una experta en arte que trabaja en el consejo de administración de la Fundación Guggenheim. Se separaron en 2016, después de 57 años de matrimonio. Un juez dictaminó que las propiedades de la pareja, con un valor aproximado de 2 mil millones de dólares, deberían dividirse por la mitad. Es así que el autorretrato fue subastado.

"No podemos hablar de Frida sin hablar de Diego Rivera sobre todo en este caso que está pintado en su frente, entonces es algo tan biográfico y tan emocional para ella”, dijo a Télam hace unas semanas la directora de Arte Latinoamericano de Sotheby 's, Anna Di Stasi.

“Creo que esta obra donde se ve ese drama, ese gran sufrimiento, esa gran relación que tenían, es parte de la lectura adecuada de la misma. Y eso es lo mismo por lo que el público se siente atraído a una obra de Frida Kahlo, es también ese tipo de emoción y relato biográfico", agregó.

La subasta eclipsó el récord anterior para una obra de la artista, tras la venta en 2016 de "Dos desnudos en el bosque" (1939) por 8.000.000 dólares, que a su vez en 2006 había superado los 5.600.000 obtenidos por "Raíces" (1943), ambos en Nueva York.