Luego de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) difundiera un duro informe sobre las consecuencias de la deuda contraída con el organismo internacional durante el gobierno del expresidente Mauricio Macri, el presidente Alberto Fernández advirtió: "Nos demandará mucho tiempo reponernos de semejante daño".

A través de un hilo publicado en su cuenta de Twitter, el máximo mandatario indicó que "el FMI ha dado a conocer su mirada sobre como evolucionó el acuerdo que acabó otorgándole a Argentina un préstamo por el que se desembolsaron 44.000 millones de dólares".

En ese sentido, alertó que "es imperioso entender la dimensión de la deuda otorgada por el FMI a la Argentina, con el indudable propósito político de sostener un gobierno que solo lastimó los intereses de nuestro pueblo" y que "nos demandará mucho tiempo reponernos de semejante daño".

El jefe de Estado se ocupó de citar algunos fragmentos del informe, cuya traducción revela que durante el macrismo, "el aumento de los reembolsos, junto con la fuga de capitales de los residentes, ejerció una presión considerable sobre el tipo de cambio".

"A pesar de las intervenciones cambiarias más allá de las disposiciones del programa, el tipo de cambio siguió depreciándose, aumentando la inflación y el valor en pesos de la deuda pública, y el debilitamiento de los ingresos reales, especialmente de los pobres ", tradujo en otra parte.

"La única traducción posible de 'capital flight' es 'fuga de capitales'. No hay una interpretación alternativa. Más allá de los sofismas opositores, el FMI admite que hubo en el período 2018/19 'capital flight', sea o no bajo procedimientos habilitados para ello", concluyó.

Qué dice el informe del FMI

El organismo internacional difundió un informe crítico de la conducción económica del gobierno de Mauricio Macri en el marco del préstamo stand by por US$ 57.100 millones otorgado por el organismo multilateral en 2018, que entre otros cuestionamientos, empeoró la fuga de capitales.

"A pesar de la clara comprensión de las experiencias anteriores, y en ausencia de alternativas de política (reconfiguración de la deuda y MFC), el programa terminó con una postura de política procíclica, posiblemente empeorando la fuga de capitales en lugar de impulsar la confianza", señaló el directorio del FMI en su evaluación del crédito otorgado a la Argentina durante el gobierno anterior.

También afirmó que la reforma tributaria que instrumentó la administración macrista "redujo significativamente la progresividad del sistema tributario y socavó su capacidad de recaudación".

"El Acuerdo Stand By 2018 fue aprobado pocos meses después de que el Congreso Nacional aprobara una reforma tributaria (diciembre de 2017) que, junto con otras medidas tributarias implementadas desde 2016, redujo significativamente la progresividad del sistema tributario y socavó su capacidad de recaudación", precisó el Fondo en su Evaluación Ex Post del crédito otorgado a la Argentina en 2018.

Además, resaltó que "en 2016 se estableció una reducción gradual de las tasas del impuesto a la propiedad mueble, se eliminó el esquema de aumento de las tasas marginales y se suspendió la aplicación del impuesto por tres años para las personas que no ingresaron a la Ley de Amnistía Fiscal de 2016".

"Cabe considerar que en Argentina aproximadamente 750.000 contribuyentes están sujetos al Impuesto sobre la Propiedad Personal, lo que representa el 2,5 por ciento más rico de la Población Económicamente Activa", remarcó el Fondo.

Asimismo, detalló que "otra iniciativa en la misma dirección fue la reducción de las tasas del impuesto a las Ganancias de las sociedades, que pasó del 35 por ciento en 2017 al 30 por ciento en 2019", y añadió que "habría seguido cayendo al 25 por ciento en 2020 pero esta reducción fue suspendida por la introducción de Social Ley de Solidaridad en diciembre de 2019", ya con el gobierno de Alberto Fernández.

"Como resultado, la participación de los impuestos progresivos en los ingresos fiscales totales se redujo significativamente. Los impuestos donde más cayeron los ingresos entre 2015 y 2019 fueron los que gravan la renta, las utilidades y las plusvalías (del 6,46 por ciento al 5,14 por ciento del PBI) y la propiedad (del 0,32 al 0,15 por ciento del PBI)", puntualizó el organismo.

En otra parte, el organismo destacó que "la reforma tributaria implementada por la entonces administración tenía como objetivo mejorar el saldo primario a través de tasas impositivas más bajas, bajo el supuesto de que promoverían una mayor inversión y producción y, por lo tanto, una mayor recaudación tributaria".

Sin embargo, subrayó que "esto no sucedió y, en cambio, provocó una mayor subfinanciación, lo que incidió en la necesidad de reducir aún más el gasto público para alcanzar las metas del balance fiscal primario".

"Esta necesidad fue cubierta en parte por la aplicación de impuestos a la exportación a todos los bienes y servicios, una medida altamente distorsionante. De hecho, las reducciones generalizadas de las tasas impositivas más la crisis económica produjeron una caída de los recursos del Tesoro como participación del PBI de 20,36 por ciento en 2015 a 17,02 por ciento y 18,17 por ciento en 2018 y 2019 respectivamente", informó el Fondo.

Los principales puntos de la auditoría

• El programa fue frágil desde el principio, y la estructura de la economía argentina limitó las opciones de política disponibles.

• El problema fundamental fue la falta de confianza en la sostenibilidad fiscal y externa.

• Los problemas estructurales subyacentes que enfrentaba Argentina, en particular la dolarización, la débil transmisión de la política monetaria, una base exportadora estrecha y una capacidad muy limitada del Estado para obtener préstamos internos, especialmente en pesos, significaban que concentrarse en un problema corría el riesgo de empeorar otro.

• Los inversores nacionales y extranjeros estaban atentos a la historia de crisis de Argentina, lo que los hizo notablemente rápidos para pasar de comprar un bono a 100 años a retirar sus fondos.

• El FMI se rindió a los supuestos de crecimiento de las autoridades; las proyecciones de crecimiento más realistas, aunque debían presentarse en el Primer Examen, pueden haber beneficiado los debates sobre la estrategia y el diseño del programa.

• Fundamentalmente, los riesgos de una depreciación más pronunciada, y las consecuencias para la inflación y el servicio de la deuda, no se incluyeron adecuadamente en las proyecciones alternativas y la planificación de contingencias en una etapa temprana.

• El incipiente marco de metas de inflación se mantuvo inicialmente, aunque no se cumplieron las condiciones previas para el éxito.

• El programa no contemplaba reformas estructurales más amplias (en consonancia también con la opinión de que el problema inmediato era principalmente un choque de liquidez a corto plazo) y acomodaba medidas fiscales de baja calidad.

• A pesar de la clara comprensión de las experiencias anteriores, y en ausencia de alternativas de política (reconfiguración de la deuda y MFC), el programa terminó con una postura de política procíclica, posiblemente empeorando la fuga de capitales en lugar de impulsar la confianza.

• El programa no cumplió con sus objetivos, a pesar de las importantes modificaciones de las políticas económicas.

• El aumento de los reembolsos, junto con la fuga de capitales de los residentes, ejerció una presión considerable sobre el tipo de cambio.

En resumen, el informe concluye que el programa no cumplió con los objetivos de restaurar la confianza en la viabilidad fiscal y externa y, al mismo tiempo, propiciar el crecimiento económico.