El Partido Republicano avaló este viernes una moción de censura contra dos de sus legisladores por formar parte de la Cámara de Representantes que investiga el asalto al Capitolio. La medida se inscribe en la escalada de la campaña para expulsar a los disidentes considerados desleales al expresidente Donald Trump.

Liz Cheney y Adam Kinzinger, los únicos republicanos que integran el comité de la Cámara de Representantes que investiga el rol de Trump en el motín del 6 de enero de 2021, son considerados adversarios del magnate, quien mantiene un control férreo sobre el partido a pesar de su derrota (que desconoce) en las elecciones de 2020.


Los 168 miembros del comité nacional del partido, reunidos en Salt Lake City, Utah, aprobaron una censura formal
, acusando a los dos legisladores de tener un comportamiento "destructivo para la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el Partido Republicano y la república".

Los leales a Trump de línea dura presionan desde hace meses para que Cheney y Kinzinger sean expulsados, en particular porque la investigación sobre la toma del Capitolio se ha acercado al círculo íntimo del exgobernante.

El 6 de enero de 2021, una turba azuzada por el propio Trump, se reunió frente a la sede del Legislativo, mientras ambas cámaras del Congreso certificaban la victoria de Biden en las elecciones del noviembre de 2020. Trump sembró un manto de dudas sobre unos comicios limpios y no admitió su derrota. Los manifestantes ingresaron al Capitolio. Los choques con la policía dejaron cinco muertos y Trump enfrentó un segundo juicio político (el primero había sido por la trama rusa), del que salió absuelto por el apoyo republicano días después de haber dejado la presidencia. 

"Discurso político legítimo"

La censura fue aprobada por una abrumadora mayoría, según mostró el video de la reunión capturado por el periódico local The Hill. El partido declaró oficialmente el asalto al Capitolio y los eventos que lo desencadenaron como parte de un "discurso político legítimo", pese a haber puesto en jaque a la mismísima democracia estadounidense en un hecho sin antecedentes. La resolución no se leyó en voz alta y tardó solo un minuto en aprobarse.

Kinzinger se retirará del Congreso tras las elecciones intermedias de noviembre próximo, mientras Cheney corre peligro de perder su escaño en Wyoming.

Con esta jugada, los republicanos apuntan a golpear al presidente Joe Biden, debilitado por el estancamiento de sus proyectos en el Congreso, una inflación inesperada y el aumento de casos de coronavirus.

Los rechazos

Cheney (hija de Dick, el exvicepresidente durante los gobiernos de George W. Bush)  respondió redoblando sus críticas a Trump.

"Los líderes del Partido Republicano se han convertido en rehenes voluntarios de un hombre que admite que trató de anular una elección presidencial

y sugiere que perdonaría a los acusados del 6 de enero, algunos de los cuales han sido acusados de conspiración sediciosa", expresó en un comunicado.

Mitt Rommey, quien en 2012 fuera candidato presidencial republicano y cuya sobrina, Ronna McDaniel, dirige el Comité Nacional del partido, expresó su rotunda disidencia con la medida."La vergüenza recae sobre un partido que censuraría a las personas de conciencia, que buscan la verdad de frente. El honor acompaña a Liz Cheney y Adam Kinzinger por buscar la verdad, incluso cuando hacerlo tiene un gran costo personal", expuso en Twitter.

Por su parte, el director de Respuesta Rápida del Comité Nacional Demócrata, Ammar Moussa, acusó a los republicanos de recurrir a cualquier método "para proteger a Donald Trump y su caos". El dirigente demócrata estimó que "no tienen visión ni agenda y están completamente subordinados a Trump, incluso si eso significa socavar nuestra democracia e incitar a más violencia".

Dos días atrás, el Comité de asalto al Capitolio acusó a Trump de manipular a testigos y condenados por el hecho al prometerles que los indultará en caso de ganar las próximas elecciones presidenciales, en 2024.