“El complejo y la pose son los enemigos de la creación”, enfatiza la cantautora gallega Sés, que regresa a Sudamérica para presentar su nuevo disco, Liberar as arterias (2020), en el marco de una gira que incluirá Argentina, Uruguay y Chile. “Yo me considero una cantareira, porque me he criado en las escuelas de música tradicional gallega y también me considero cantora, igual que Mercedes Sosa, porque ella decía que cantante es la que tiene con qué y cantora es la que tiene un por qué”, dice luego la artista, filóloga y antropóloga social que se presentará este miércoles a las 20.30 en Café Berlín (Av. San Martín 6656).

La obra de Sés, que consta de siete discos, tiene un fuerte lazo con la cultura y la historia de los pueblos latinoamericanos. Y a la vez, tiene la particularidad de que toda su música está cantada en lengua gallega. “Si te soy absolutamente sincera, yo le debo no solo lo que soy musicalmente, sino lo que soy en general a Latinoamérica. Esa gente me ha enseñado a pensar, no me ha enseñado a cantar, que ya sería valioso en sí mismo”, explica a través del teléfono, desde España. “Pero me ha enseñado a pensar, a abrazar el cuestionamiento como vía de conocimiento y como núcleo en general de mi modo de relacionarme con el mundo. Y eso me lo han enseñado Víctor Jara, Violeta Parra, Atahualpa Yupanqui, Jorge Cafrune. Han sido mi academia, mis pastillas y muchas cosas más”, precisa la compositora e intérprete.

De hecho, su disco anterior, Rabia ao Silencio (2019), le debe su nombre a una milonga de Atahualpa Yupanqui, que ella versiona en lengua gallega. Y este disco, además, recorre en plan acústico canciones populares, folklóricas y de autor, como la milonga "Seré curioso" (Mario Benedetti-Quintín Cabrera) o Zamba de los humildes" (Armando Tejada Gómez y Oscar Matus). Suenan también versiones rebeldes de Carlos Puebla, Víctor Jara, Zeca Afonso y Fuxan Os Ventos, uno de los grupos emblemáticos de la música gallega. “Aquel disco no se hizo con una visión comercial, sino como un homenaje y desde la gratitud. Yo nunca he cantado en español para España, pero sí para Latinoamérica. En todos estos años, he tocado muchísimo, pero nunca me he planteado hacerlo en español”, explica Sés, que combina en su obra un cóctel de ritmos latinoamericanos, rock, blues y música tradicional de su tierra.

“Pero cuando he ido a Argentina, Uruguay, Paraguay y El Salvador, y he hablado con muchas mujeres, ellas me decían ‘cómo me gustaría entender tus letras’”, le cuenta a Página/12. Por eso, acaba de grabar un disco con doce canciones de toda su obra pero cantadas en español. El trabajo se encuentra en proceso de mezcla. “Me sentí casi en la obligación de hacerlo, aunque es un placer, por supuesto, pero es como una deuda adquirida que de algún modo he de saldar”, confiesa. “Entonces, en esta gira habrá canciones en español para que puedan entenderlas. En mi música se vuelve muy necesario eso, porque básicamente yo me intereso mucho más por lo que digo que por lo que pueda cantar”, resalta.

-¿Cuál fue el criterio para elegir las canciones de Rabia ao Silencio?

-No quería canciones que fuera grandes hits. Por dos motivos. Primero, porque los grandes hits ya se dan a conocer y están cerca de la gente. Segundo, porque los hits tienen un peso referencial muy fuerte y mi lengua también es una lengua romance y no quería que se escuchara extraño. Quería que las canciones tuvieran lo que tiene una buena versión: que no sufre. El trabajo de adaptación e interpretación me lo tomé de una manera tan o más seria que la parte musical. Y tuvo que ver con mi voluntad de acercar determinados autores quizás no tan conocidos y determinadas realidades históricas. Por ejemplo, hice una versión de "Strange fruit" (Abel Meeropol), que es esa canción que tiene como eje central la imagen de los linchamientos de afroamericanos en las primeras décadas del siglo XX en Estados Unidos y una versión de "Zamba de los humildes", que en España no es especialmente conocida.

-¿Y cuáles son los temas de los que hay que hablar hoy en una canción?

-Por desgracia, creo que lo recorrido en décadas pasadas se ha "des-recorrido" y en la actualidad vuelve a ser necesario hablar de prácticamente todo. La lucha contra el racismo, la lucha contra la xenofobia, contra el clasismo, contra la desigualdad social y contra la criminalización de la diversidad son temas para hablar. Porque hemos dado pasos hacia atrás. Entonces, creo que de lo que hay que hablar es de la necesidad de hablar. De hecho, hay una canción en Liberar as arterias que se llama "O silencio non marcha", que dice "el silencio no se va". Es decir, cada vez hay más ruido, más estruendo, más caos, más gritos, pero también hay más silencio. Hay cada vez más violencia pero a la vez más miedo a hablar, más discursos y canciones vacías; más entertainment en vez de arte. ¡Es terrible! Incluso, yo creo que ha triunfado hasta tal punto esto que quien habla resulta ridículo y excesivo.

-En una nota, decías que te considerabas más una cronista que una artista que hace canción de protesta. ¿No te sentís identificada con esa etiqueta, no?

-No me gusta que le llamen así. Porque me parece que es muy tendencioso y creo que ese sintagma está acuñado precisamente por los señores a los que hay que combatir. No estoy de acuerdo con que digan que cuando determinadas personas cantan una injusticia están protestando. Siempre digo en broma que si Maluma y yo nos caemos al suelo seguro que protesta más él que yo. Porque yo no protesto, no soy una persona protestona: yo te estoy contando lo que está pasando. Y lo que está pasando es injusto. Por otro lado, la canción de protesta lleva consigo otra idea más que a mí me parece errónea y que además hay que combatir: que solo quien está en contra del sistema hace canción política y los otros no. Lo mismo de político es Maluma que yo; solo que él defiende el machismo y el neoliberalismo y yo defiendo lo contrario. Pero somos los dos igual de políticos. El ser humano es un ser político.

-¿Y a qué se debe la decisión de no cantar en español en España?

-Esa decisión se debe a que el estado español es multinacional, multicultural y multilinguístico y si se reconoce como tal pues ha de ser consecuente con esa condición. Si en realidad quiere que los catalanes, los vascos y los gallegos nos sintamos españoles han de reconocer y contemplar nuestras lenguas como tal, como lo que son, como lenguas de derecho dentro del estado. Y por lo tanto, por ejemplo, yo podría estudiar vasco dentro de Galicia o un catalán podría estudiar euskera en Cataluña pero esto no se da. Por eso, no considero que tenga que saldar una deuda con España, pero sí considero que tengo que saldar una deuda con Latinoamérica; de cantarles para que me entiendan, igual que ellos y ellas me cantaron a mí.