Los conflictos en el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) están lejos de aplacarse. Ayer, la Junta Interna de ATE convocó a una movilización en la puerta del organismo porque se vencía el plazo solicitado por las autoridades del Incaa, a cargo de su presidente, Ralph Haiek, y el gerente general, Juan García Aramburu, para resolver la situación de los cuatro trabajadores que dejaron de prestar funciones al ser desvinculados. Los miembros de ATE fueron recibidos por García Aramburu, quien les informó que no hay marcha atrás. Estos despidos generan preocupación en el sector audiovisual porque hay 300 contratos de trabajadores del Incaa que vencen a fines de este mismo mes. En ese sentido, la Asamblea acompañó ayer a los trabajadores del organismo del cine nacional por el peligro que encierra esta situación, luego de que Alejandro Cacetta fuera eyectado de la presidencia del Incaa por no realizar la purga que le reclamaba el ministro de Cultura de la Nación, Pablo Avelluto. 

Según dio a conocer el gremio en un comunicado, días previos a la convocatoria de ayer, los cuatro despedidos tienen funciones específicas y permanentes: Pedro Jacomet (egresado de la Enerc) y Lucas Sierra, especialistas en sonido, trabajan en el área de Patrimonio, en donde realizan -entre otras tareas- la puesta técnica de diversos eventos del Instituto y en los festivales de cine que se realizan en todas las regiones del país. Maximiliano Rodríguez Siracusa (también egresado de la Enerc) es uno de los dos camarógrafos que tiene el Incaa y trabaja en la producción y planificación técnica del Centro de Producción Audiovisual, así como en el registro de los numerosos eventos. Ian Baena desarrolla sus tareas en el área de Tecnología e Informática, en donde soluciona los problemas técnicos de las computadoras de empleados de todos los edificios que componen el Instituto. Figuraban para el Incaa como “proveedores” a pesar de que “van a trabajar todos los días; ni las gestiones anteriores ni la actual han dado una respuesta positiva a los reclamos de que se los regularizara”, señala el comunicado. 

En diálogo con PáginaI12, el delegado general de ATE en el Incaa, Camilo Moreira Biurra, comentó que en la concentración de ayer participaron unas 300 personas entre trabajadores del Instituto, gremialistas de ATE Nacional y Capital, y miembros de la Comunidad Audiovisual que nuclea realizadores, técnicos y estudiantes de cine, entre otros asistentes. “Fuimos recibidos por el gerente general, Juan García Aramburu. No estaba el presidente del Incaa. Nos confirmó la decisión que habían tomado de no reincorporar a los trabajadores. Se mostró totalmente inflexible, sin posibilidad de negociar ninguna otra alternativa. Lo que ellos plantean como alternativa es mayor precarización. Dicen que los trabajadores quedarían como despedidos pero que eventualmente cuando la gestión del Incaa considere que sus servicios sean necesarios los estarían llamando y ellos facturando como si fuesen proveedores, pero eventualmente”, comentó Moreira Biurra. 

“Como son trabajadores que van a laburar todos los días, que cumplen un rol fijo dentro del organismo y son reconocidos por sus pares, nosotros entendemos que su desvinculación es un despido. Estaban de manera precarizada no por decisión propia sino porque fue la única opción que les planteó el Estado empleador en su momento. Es el Estado empleador el responsable de precarizar”, sostuvo Moreira Biurra. El delegado también subrayó que el motivo que dan las autoridades es que la forma en que estaban prestando servicios estos trabajadores para el organismo era irregular. “Nosotros coincidimos con eso, pero entendemos que la solución es regularizarla”, planteó. 

La Asamblea sigue manteniendo el reclamo en favor de los trabajadores que fueron desvinculados y, en ese sentido, resolvió que mañana miércoles 14, en el marco del paro nacional convocado por ATE, van a realizar un paro de tres horas en el Incaa, con una concentración en la puerta. Después de la reunión con García Aramburu, la Junta Interna del gremio llevó el comunicado a la Asamblea, cuyos miembros estaban concentrados en la puerta del Incaa. Se tomó la decisión de ir al piso donde funciona la Gerencia General y luego comenzaron a desconcentrarse. “Cuando estábamos llegando a la planta baja, ingresó el presidente Ralph Haiek. Le reclamamos por la decisión que había tomado. El volvió a plantear que era inamovible. Ahí se decidió ir al piso donde está el despacho de Presidencia y manifestarnos fuera del despacho”, subrayó Moreira Biurra. 

Los mencionados son los únicos cuatro trabajadores que están en esta situación, pero hay 300 contratos que vencen ahora a fines de junio. “Hay ochenta y pico que son contratos de locación de obra, que facturan como monotributistas y después el resto es lo que se conoce como Planta Transitoria (estos son contratos con aportes)”, sostuvo Moreira Biurra. La gestión manifestó el compromiso de que van a renovarlos. “Igual, son contratos que se renuevan bajo la misma modalidad. La de los de locación de obra generalmente la hacían cada tres meses y la renovación de los de Planta Transitoria cada seis meses. Entonces, estarían venciendo de nuevo el 31 de diciembre. Y en este contexto, para el laburante que está en esa situación es una angustia permanente”, planteó el delegado. También informó que el piso del acuerdo “es la renovación de todos los contratos, pero lo que venimos haciendo es el reclamo de que se regularice la situación de los que están contratados por locación de obra porque el Estado al contratar por esta modalidad incurre en fraude laboral. Eso es muy común en el Estado en general y en el Incaa siempre sucedió”, agregó Moreira Biurra. También recordó que, tiempo atrás, tener un contrato de locación de obra era el “primer paso” para conseguir el empleo y luego se iba regularizando la situación de los trabajadores. “Ahora, lo que hizo la gestión fue dejarlos en la calle”, consideró Moreira Biurra.