El Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) de Brasil, un órgano fiscalizador del Estado, condenó este martes a los exfiscales de la operación contra la corrupción conocida como Lava Jato, Deltan Dallagnol, Rodrigo Janot y João Vicente Beraldo Romão, a reembolsar 2,8 millones de reales (unos 500.000 dólares) a las arcas públicas por irregularidades en la distribución de viáticos y pasajes durante la investigación realizada entre los años 2014 a 2021. 

Además, el TCU les impuso una multa individual de 200.000 reales (unos 39.000 dólares). Los tres son considerados responsables de "las pérdidas derivadas del modelo adoptado por el Ministerio Público Federal de autorización para el pago de viáticos y pasajes del grupo de trabajo de la Operación Lava Jato en Curitiba".

Esa fue la ciudad donde nació la mayor operación contra la corrupción de la historia de Brasil. Catorce fiscales actuaron en el grupo de trabajo especial emplazado en la capital regional del estado de Paraná hasta el 31 de enero de 2021.

Según el dictamen del relator del TCU, el ministro Bruno Dantas, los integrantes el equipo fiscal "fueron elegidos de forma personal, sin objetivo ni criterios. Eran "fiscales amigos", afirmó. Incluso, los fiscales que tenían casa en Curitiba recibían dietas y billetes de avión. 

En la decisión, el tribunal sostuvo que el modelo adoptado por los fiscales para los pagos no estaba debidamente fundamentado, lo que daba lugar a un desembolso "desproporcionado" y "antieconómico" de contrapartidas diarias y viajes "sin criterios objetivos", beneficiándolos indebidamente.

De acuerdo a la sentencia, la conducta de los fiscales puede caracterizar "actos dolosos de improbidad administrativa". En la práctica, esto podría hacer que Dallagnol, que renunció al Ministerio Público en noviembre de 2021 y se postula para ser diputado por el Estado de Paraná representando al partido derechista Podemos, quede inhabilitado.

Dallagnol rechazó la sentencia y aseguró en su cuenta de Twitter que apelará la decisión del TCU. "El sistema quiere venganza. Este es otro episodio que demuestra cuánto al sistema político le importa poco la sociedad y quiere ver a Lava Jato fuera del Congreso Nacional. Muestra hasta dónde es capaz de llegar el sistema para evitar que la lucha contra la corrupción avance en el país".

La mala racha de Dallagnol

No han sido buenas las últimas noticias para Dallagnol, quien al igual que el exjuez y exministro bolsonarista, Sérgio Moro, decidió abrirse camino en la política brasileña.

En marzo de este año, el Tribunal Superior de Justicia dictó una sentencia en su contra por "daños morales" y estableció que debía indemnizar con 75.000 reales (unos 15.000 dólares) al denunciante, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.

Los primeros días de marzo, y tras archivarse la última de las 25 demandas penales que enfrentaba, los asesores legales de Lula informaron que llevarían adelante una estrategia de búsqueda de resarcimiento por daños morales que los medios locales bautizaron como “efecto boomerang”.

La estrategia judicial que llevó adelante Dallagnol en 2016 generó múltiples consecuencias en la vida política brasileña. En setiembre de ese año, el entonces coordinador de la operación Lava Jato utilizó en una reunión con periodistas una polémica presentación de Powerpoint para explicar los avances de la investigación contra Lula por presunto lavado de activos en el caso del triplex de Guarujá, que finalmente fue archivado.

En la diapositiva, el expresidente aparecía en el centro y estaba rodeado por expresiones como “gobierno corrupto”,perpetuación criminal en el poder”, “enriquecimiento ilícito” y “propinocracia”, entre otras. Unas horas después de que se conociera el dictamen del STJ, Lula aludió al tema desde sus redes sociales, con una imagen similar a la que usó Dallagnol en 2016, pero con otros contenidos, como "victoria en la justicia", "lawfare", "familia atacada", "inocencia comprobada", entre otros.