Con las listas de candidatos del oficialismo ya definidas, Mauricio Macri confirmó los cambios en su gabinete. Las modificaciones fueron anunciadas por el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y pasan justamente por los ministerios conducidos por funcionarios que se postulan para las próximas elecciones. Quienes dejan el Gobierno son el ministro de Educación, Esteban Bullrich; el de Defensa, Julio Martínez y el titular del Plan Belgrano, José Cano.

Peña anunció la salida de los tres ministros que serán candidatos en una conferencia que brindó tras una reunión de gabinete que Macri encabezó en Olivos. Bullrich, Martínez y Cano lo acompañaron en su presentación ante la prensa.

Los ministros candidatos dejarán sus cargos el próximo 14 de julio. Ese es el día que la ley establece como punto de partida para la campaña electoral.

Bullrich cambia el Ministerio de Educación por el primer lugar en la boleta de candidatos a senadores de Cambiemos por la provincia de Buenos Aires. Macri lo puso allí para hacerle frente a Cristina Fernández de Kirchner en una elección que será clave para el Gobierno y las aspiraciones del Presidente de consolidar su proyecto político.

Peña no confirmó quiénes reemplazarán a los que salen, pero para el cargo que hoy ocupa Bullrich hay un número puesto: Alejandro Finocchiario, el actual ministro de Educación bonaerense y brazo ejecutor de la política que de la gobernadora María Eugenia Vidal se planteó con los docentes.

Cano es primer candidato a diputado en Tucumán y Martínez se postula a senador en La Rioja. Para reemplazar al ministro de Defensa suena el también Oscar Aguad, hoy al frente del Ministerio de Comunicaciones, que podría desaparecer de la grilla.

Peña no dio ninguna precisión sobre los otros cambios que dicen que Macri tendría previsto realizar, pero afirmó que el "Plan Belgrano, Agroindustria, Medio Ambiente, y Ciencia y Técnica" van a "seguir siendo ministerios". Además, respaldó al ministro de Finanzas, Luis Caputo, imputado por administración fraudulenta por la emisión del bono a cien años, una operación considerada "ruinosa" para el Estado.