Abuelas de Plaza de Mayo entregó a una nieta restituida y a su hermana dos cajas con fotos, entrevistas y recuerdos de sus padres desaparecidos, una acción que realizó con la documentación recabada por el Archivo Biográfico Familiar (ABF) de la asociación. "Este es un acto sagrado que repetimos cada vez que podemos: entregarle a las y los nietos sus archivos biográficos", dijo la presidenta de Abuelas, Estela de Carlotto, al darle estas cajas a la nieta restituida María José "Cocó" Lavalle Lemos y a su hermana, María Lavalle.

La entrega de esta documentación --que consta de entrevistas a familiares, amigos y compañeros de sus padres, Mónica María Lemos, y Gustavo Antonio Lavalle, y su tío Mario Lemos-- fue realizada en la sede que la organización tiene en Virrey Cevallos 592, en la Ciudad de Buenos Aires.

"Es una satisfacción verlas, como han crecido, ver a sus hijos y a sus familias; por eso nuestra alegría. Ustedes pudieron conocer y disfrutar a su abuela (Haydeé Vallino de Lemos, una de las fundadoras de la Asociación), que nos acompañó todo lo que pudo y hoy nos acompaña desde algún lugar, como el resto de las Abuelas que ya no están", agregó de Carlotto durante la ceremonia que también contó con la presencia de Buscarita Roa y otros integrantes de la comisión directiva.

Según la asociación, el proyecto denominado Archivo Biográfico Familiar, tiene el objetivo de que "cada nieto, a medida que es encontrado, pueda encontrarse con parte de la familia que reconstruyó la historia de su papá y mamá para que todos conozcan de dónde vienen, quiénes son".

"Queremos que se emocionen con el contenido de estas cajas y que lloren pero de alegría. Hay mucho para seguir luchando. Faltan 300 nietos. Con una sonrisa, con optimismo, vamos a seguir buscándolos", concluyó la presidenta de Abuelas.

Al recibir las cajas, Cocó agradeció: "Seguro que acá hay sorpresas que no vi antes. Lo miraré con mi hija Jazmín". Por su parte, María reconoció el trabajo de la organización y afirmó que "siempre es lindo recibir estas cosas" y que, "sin dudas, va a haber entrevistas que nunca leímos".

En tanto, la coordinadora del ABF, Daniela Drucaroff, manifestó su deseo de que "las voces del archivo enriquezcan la historia de Mónica, Gustavo y Mario".

Por su parte, el secretario de Abuelas, Abel Madariaga, destacó el trabajo de las hermanas Lavalle, que desde hace años pertenecen a la institución: "Cocó, junto con otros, creó el área de genética de la institución que tantos frutos ha dado. Y María fue una de las que armó el área psicológica para contener y acompañar a los nietos".

Mónica y Gustavo se habían casado a fines de 1975 y en abril del siguiente año nación María. En junio de 1977, Mónica estaba embarazada de ocho meses cuando fue secuestrada con Gustavo y María. Fueron trasladados a la Brigada de Investigaciones de San Justo donde estuvieron una semana. Allí María fue dejada en la casa de su abuela materna, mientras que sus padres fue llevados al “Pozo de Banfield”. En el sótano de este centro clandestino nació María José o “Cocó” como la llaman todos. Ella fue entregada en esa misma brigada a un apropiador que la inscribió como hija propia, con el nombre de Teresa Isabel. En 1987 y tras la realización de estudios genéticos, Cocó finalmente recuperó su identidad.