Apenas un puñado de meses separan los días hasta la realización de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias a nivel nacional y provincial, la mayoría de los municipios también están a la expectativa de las definiciones en lo que respecta a los mandos locales, donde ya hubo una primera bandada de mandatarios que dieron el portazo y avisaron que no irán por la reelección.

Con sanción el 28 de diciembre del 2021 y reglamentación en enero del 2022, se modificó la ley vidalista que limitó el número de mandatos a dos consecutivos y, de modo retroactivo indicó que los mandatarios elegidos en 2015 no podrían reelegir en el 2023. La discusión sobre "legislar para atrás" transcurrió por los pasillos de la Legislatura y modificó el punto de partida. Ahora, el primer período contemplado por la norma es el iniciado en 2019, por lo que más de 90 intendentes e intendentas de la provincia de Buenos Aires quedaron habilitados para volver a presentarse a elecciones durante este año. 

El cálculo al momento de la votación, la reforma favorecía a 48 jefes y jefas locales enrolados en Juntos por el Cambio y a 25 del Frente de Todos que gobernaban sus municipios a finales del 2021. A ese número había que sumarle otros 23 intendentes e intendentas que habían pedido licencia en sus cargos para ocupar responsabilidades en otras áreas del gobierno. Todos habían sido elegidos, por lo menos, en dos oportunidades. La reforma de la ley los dejó en la misma situación que el resto de sus colegas. 

Quiénes se bajan

A comienzos de mes, Martín Yeza publicó en sus redes un video donde confirmó que no irá por un nuevo período al frente del municipio de Pinamar. En un reclamo que advertía que la Argentina "necesita una nueva cultura del poder”, el dirigente que hoy integra los equipos técnicos de Cristian Ritondo, aseguró que “el sistema democrático necesita alternancia”, y se corrió; quizás con la expectativa de alcanzar algún cargo en la próxima gestión bonaerense, en caso de que la escudería opositora acceda al poder.

Pero Yeza no fue el primero en bajarse de la carrera por la renovación de mandato en 2023. En octubre del año pasado, el ministro de Obras Públicas de la Nación, Gabriel Katopodis, bendijo a Fernando Moreira como "el compañero que va a tener el respaldo de la sociedad de San Martín”. De esa manera, adelantó la postulación del actual intendente, que lo reemplazó a fines del 2019 cuando Alberto Fernández lo convocó para integrar el gabinete. 

Otro de los que se corrió el año pasado fue Héctor Gay, alcalde de Bahía Blanca. El dirigente del PRO de la ciudad cabecera de la sexta sección aseguró en noviembre que tiene "cero chances" de presentarse a una nueva reelección. “Hay vida después de la política", aseguró.

El radicalismo también tuvo su renunciamiento. Se trata de Gonzalo Peluso, quien está al frente del municipio de Magdalena desde el 2015, y ya anunció que no se presentará en los comicios de este año. Envuelto en algunas internas dentro del frente opositor, Peluso remarcó su deseo para que en Magdalena gobierne la aliaza Juntos, aunque con una aclaración: "Queremos que gobierne el radicalismo”, aseguró. Esa situación interna, que se sumaron a algunas críticas de Peluso hacia dirigentes nacionales del PRO llevaron a que sus propios socios en la coalición lo acusaran de "kirchnerista". 

Un quinto mandatario confirmó que no irá por la reelección es Mariano Barroso, intendente del PRO en 9 de Julio, que aseguró durante su discurso de apertura de sesiones del Concejo Deliberante que daba inicio a su último año de gestión y agradeció a su partido "por compartir este concepto".

Recalculando...

En otro lote de quienes se apartan de las chances reeleccionistas hay un grupo de alcaldes que apuestan por otros horizontes; ya sea la gobernación de la Provincia, o incluso, alcanzar la jefatura en otros distritos. 

Néstor Grindetti, intendente de Lanús, oficializó su precandidatura para suceder a Axel Kicillof al frente del Ejecutivo bonaerense con el apoyo de Patricia Bullrich y los aplausos entre el público de Gerardo Millman. Esto dejaría el terreno allanado a quien se posiciona como principal candidato a reemplazar al exsecretario de Hacienda de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: el actual secretario de Seguridad lanusense, Diego Kravetz.

Los otros dos intendentes que han manifestado su interés de competir por el sillón de Dardo Rocha también se alistan en el PRO y, específicamente, en el ala más dura del espacio. Uno de ellos es el exsecretario de Energía de la Nación e intendente de Capitán Sarmiento, Javier Iguacel. El otro, es el sanisidrense Gustavo Posse, cuyo equipo de campaña junta de firmas bajo la consigna ‘Sí a las urnas, No al dedo’, con el objetivo de impulsar una interna y disputarle la candidatura de la UCR al legislador Maximiliano Abad. En ambos casos, la posibilidad de una nueva candidatura local no está totalmente desechada.

Directamente en otro distrito, se jugará el destino de Jorge Macri, que siendo intendente de Vicente Lopez incursionó en la gestión de la Ciudad de Buenos Aires. Incorporado al equipo de Horacio Rodriguez Larreta, el funcionario porteño que todavía es el presidente del PRO bonaerense, apunta a ser precandidato a la intendencia y ser el sucesor de su actual jefe. 

Entre dudas

En un plano distinto también está el grupo de intendentes que, si bien no han manifestado su renuncia a competir por un nuevo mandato en sus distritos, sí han tenido declaraciones donde expresaron tener otras aspiraciones. Tal es el caso del alcalde de Brandsen, Daniel Cappelletti, quien semanas atrás aseguró que está caminando la tercera sección electoral y consideró que ya dio “todos los pasos como para ser el candidato a senador por la Tercera”.

En una sintonía similar, el alcalde de Carmen de Patagones, José Luis Zara, también deja picando la chance de migrar a otra área de representación provincial. De origen peronista pero hoy ligado a Juntos por el Cambio, Zara dijo que podría presentarse para un nuevo mandato en la intendencia, aunque aseguró que, "si alguién lo reemplaza también puede llegar a buscar la diputación o la senaduría”.

Por último, hay otro grupo de jefes locales que han tenido frases que parecen traslucir desgano, reconocer desgaste por los años en la gestión, y transparentar dudas respecto al futuro inmediato. En diciembre del año pasado, Gustavo Britos de Chivilcoy fue consultado por su reelección y fue tajante: “Ganas no tengo, preferiría que alguien de mi espacio continúe”. 

Mariano Uset, del Frente Renovador, también se direcciona en ese sentido reinvindicando la postura de su fuerza política, que votó en contra de la reforma en 2021. “La ley me permitiría reelegir, nunca estuve de acuerdo y mi intención es respetar eso”, expresó hace unos días el intendente de Coronel Rosales.

Ezequiel Galli, intendente de Olavarría, también cerró el 2022 sembrando dudas. “La ley me habilita, pero no sé si voy a serlo”, declaró meses atrás al ser consultado por la posibilidad de volver a ser candidato. Hace unos días, el vecinalista alineado a Juntos, Lisandro Matzkin de Coronel Pringles, aseguró que para gobernar “hay que estar al 100%" y advirtió que la tares "es muy desgastante”. Y José Luis Salomón, intendente radical de Saladillo, puso dudas respecto a su continuidad y anticipó que aguardaría hasta la segunda quincena de marzo para definir su futuro. 

Seguí leyendo