El juicio político a la Corte Suprema menemista fue uno de los hitos del gobierno de Néstor Kirchner y Cristina Kirchner lo recordó en el acto en Plaza de Mayo para pedir "una renovación del pacto democrático para volver a darle al país un Poeder Judicial, que se ha evaporado entre las tramoyas de una camarilla indigna". La vicepresidenta tildó de "mamarracho" a las actuales cuatro miembros de la Corte, se animó a señalarlos como un tribunal peor que el que fue enjuiciado en 2003 y propuso un "rediseño institucional" para que el Poder Judicial tenga cargos elegidos por el voto popular.  

"Si me hubieran dicho que yo iba a decir esto, en algún momento, lo hubiera negado enfáticamente, pero créanme que aquella Corte a la que Néstor pidió que se le hiciera juicio político, al lado de este mamarracho que tenemos hoy, indigno...", comparó la vicepresidenta al máximo tribunal integrado por Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti, con aquella corte menemista presidida por Julio Nazareno.  

"Nunca se escucharon ni se vieron estas cosas, nunca se dijo de ningún miembro de la Corte Suprema las cosas que se saben y nos enteramos todos los días", apuntó la vicepresidenta en medio del juicio político abierto contra los supremos y que sigue curso en la Cámara de Diputados, con los desmanejos de la obra social del Poder Judicial como una de las más flagrantes.  

Cristina retomó la idea de un nuevo pacto democrático al convocar a la oposición a buscar un acuerdo para nombrar nuevos integrantes de la Corte Suprema, para lo que primero deberá avanzar el juicio político. "No importa si es un jurista de una u otra orientación, pero los argentinos se merecen volver a tener una Corte que sea llamada como tal sin ponernos colorados. Se los pido a todos los partidos políticos. Es la imagen del país también", solicitó.

La elección popular de los jueces

Luego, la vicepresidenta insistió en una idea que impulsó durante su último gobierno: la elección por voto popular de los miembros del Poder Judicial. "Con todos los defectos, errores y equivocaciones que pueden tener quienes forman parte del Poder Ejecutivo o Legislativo, la sociedad frente a estos dos poderes tiene una garantía inamovible: la del voto. Si no te gustan tenés en tus manos el voto cada dos o cuatro años". 

En ese tono, la vicepresidenta pidió "repensar el diseño institucional" de la Argentina y calificó al Poder Judicial de "rémora monárquica". "Son designados de por vida, no rinden cuentas a nadie y nada, no se saben sus delcaraciones juradas, no se sabe dónde viven. Eso no es de república, eso no es de demcoracia", calificó. 

"Es hora de que las instituciones de la república argentina no estén para cuidar los intereses de las corporaciones y los poderosos sino las de todos los argentinos y argentinas",  sentenció la vicepresidenta.