Las cárceles de Ecuador se convirtieron en los últimos años en un campo de batalla que refleja la dinámica de la violencia que se extiende en todo el país. Junto con las tasas de homicidio récord, el crecimiento de las bandas criminales que operan el negocio del narcotráfico y el debilitamiento institucional del Estado, Ecuador vive su peor crisis de seguridad.

Según se desprende de cifras oficiales, más de 500 personas fueron asesinadas en las prisiones del país desde el año 2020 hasta la fecha. La Masacre de la Penitenciaría de Guayaquil del 28 de septiembre de 2021 fue la peor matanza carcelaria de la historia del país: fueron asesinadas 123 personas durante un enfrentamiento entre las bandas criminales Los Choneros, Los Lobos y Los Tiguerones.

Especialistas señalan a diciembre de 2020 como un momento bisagra. Pocos días antes de año nuevo fue asesinado Jorge “Rasquiña” Zambrano, líder de Los Choneros, la banda criminal más grande de Ecuador. En su ausencia, Los Choneros se dividieron en diferentes bandas enfrentadas entre sí. La fragmentación del crimen organizado, a su vez influenciadas por cárteles extranjeros cada vez más partícipes, conformaron un combo letal en la disputa de las rutas de drogas ilegales.

“Un guía penitenciario gana 700 dólares y no tiene armas. Frente a él se encuentran 100 o 150 presos que tienen el poder del narcotráfico, el dinero y las armas. ¿Quién tiene las llaves de la celda? La respuesta es clara”, reflexionó Fausto Cobo al asumir la dirección del SNAI, el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores, en julio de 2021, dos meses antes de la masacre de Guayaquil.

En simultáneo a las disputas entre bandas, la población carcelaria también creció. Según el SNAI, a fines de diciembre de 2022 era de 31.910 personas, casi dos mil más de lo permitido por la infraestructura carcelaria del país. El pico de hacinamiento llegó a ser de casi 39.000 presos en febrero de 2021.

El pasado 23 de julio, nuevamente en la cárcel de Guayaquil, un enfrentamiento entre Los Tiguerones y Los Lobos dejó un saldo de 31 asesinados. En simultáneo, en otras cuatro cárceles de la provincia agentes de seguridad penitenciaria fueron tomados como rehenes. A las pocas horas Juan Zapata, ministro del Interior, decretó por 60 días el Estado de Excepción y autorizó el ingreso del ejército para retomar el control de todas las prisiones de Ecuador. El 26 de septiembre la medida fue prorrogada por 30 días más.