Desde Guadalajara
   
El largo eco de la obra de Roberto Bolaño sigue despertando pasiones encontradas. El espíritu de la ciencia-ficción, novela póstuma publicada más de 30 años después de haber sido escrita, fue presentada en la 30° Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL). “Yo creo que si Roberto estuviera vivo estaría publicando otras cosas que estaría escribiendo”, dijo Carolina López, albacea literaria de Bolaño, con quien estuvo casada y tuvo dos hijos, en una conferencia de prensa en la que subrayó que es un “orgullo” que la comparen con María Kodama.
¿Habría autorizado la edición de este texto inédito el propio Bolaño? “Creo que habría escrito unos libros maravillosos y estaría publicándolos. Roberto estaría contento de que nosotros publiquemos este libro, pero también entro en el terreno de las especulaciones. Esto no es un montaje. Nunca comprometeríamos el prestigio de Roberto publicando cosas no ciertas. Tampoco vamos a decir que El espíritu de la ciencia-ficción vaya a hacerle sombra a obras como Los detectives salvajes y 2666. La decisión de publicar algo es de la familia, pero compartida con el agente y el editor que la respalda”, agregó López, que estuvo acompañada por su hijo Lautaro, que tiene 26 años, y su agente literario, el estadounidense Andrew Wylie, más conocido en el ambiente como “El Chacal”. El cambio editorial, de Anagrama de Jorge Herralde a Alfaguara, sello que pertenece al grupo Penguin Random House, fue como una bomba nuclear cuyas esquirlas continúan alimentando la polémica. Alfaguara reeditará los 21 títulos que comprenden hasta el momento la obra del autor para conformar la Biblioteca Bolaño. También saldrá su obra en el sello Debolsillo y en ediciones digitales, formato al que hasta ahora no se habían llevado sus títulos.
   López contó que desde la muerte de Bolaño, en julio de 2003, se dedicó a convertir la pila de papeles, libretas y notas que tenía, tanto en su casa como en el estudio, en lo que hoy es el “Archivo Bolaño”, integrado por 14.374 páginas que permite descubrir el trabajo y las obsesiones del autor de Estrella distante. Hay un bloque de originales compuesto por 84 libretas de 6.500 páginas; carpetas con dossiers de 4.500 páginas, 700 hojas sueltas y 977 cartas que recibió entre 1977 y 2003. De esa galaxia de papeles salió El espíritu de la ciencia-ficción, novela que transcurre en los sesenta y que narra la amistad entre dos jóvenes, Jan Schrella y Remo Morán, que llegan a la ciudad de México con el sueño de intentar vivir de la literatura. “La escribió en 1984, él pone la fecha y la firma”, comentó López, quien recordó esa época de su vida en Blanes, cuando aún no tenían hijos, como un período muy dedicado a la literatura. “Hay muchísimos materiales de los que no tenemos firma ni fecha. Igual él jugaba con esa fecha, que es la fecha de la novela de George Orwell”, advirtió la ex esposa del escritor, a la que erróneamente se suele llamar “viuda”. Cuando Bolaño murió, estaba entonces en pareja con Carmen Pérez de Vega, como cuenta Mónica Maristain en El hijo de Míster Playa.
   López precisó que aunque el archivo está cuantificado y clasificado, excepto las fotografías –”el apartado que más nos cuesta”, confesó–, no hay una valoración editorial de qué es publicable y qué no. “Lo que sí puedo decir es que cuando un inédito se publica y una editorial toma esa decisión, hay muchísimo trabajo detrás, no es una decisión que se tome a la ligera”, aclaró. ¿Por qué hay tantos inéditos, más allá de si serán o no publicados en el futuro? “Como todo el mundo sabe, Roberto decidió ser escritor en México, cuando tenía 17 años, y empezó a publicar en Barcelona, cuando tenía 43. Evidentemente de los 17 a los 43 escribió mucho, y lo puedo documentar, hay muchísima obra escrita”, confirmó López y explicó que de una noticia hacía una estructura de novela. “De esa estructura que eran cuatro notas salía la estructura mayor, que eran todos los personajes, y a partir de aquí el borrador en sucio, el borrador en limpio, la transcripción”. Más allá del “error” de llamarla viuda, surgió un paralelismo con la figura polémica de la viuda de Borges. “Es un orgullo que me comparen con Kodama. Solo hay que ver dónde y cómo está la obra de Borges. Ha hecho un gran trabajo para preservarla y difundirla”, afirmó la albacea literaria de Bolaño. “Las viudas arrastran un estigma, son víctimas de un estereotipo machista; vende, pero no es real. Cuando mis hijos se ocupen del legado de su padre, ¿también serán viudas? Yo no me asumo como viuda de Bolaño, igual que antes no ejercía de ‘señora de’. Yo hice mis estudios en la universidad, siempre tuve mi profesión, y paralelamente llevo el trabajo de mantener el legado de Roberto, que es un trabajo que en algún momento asumirán mis hijos”.