“En mí el deseo / se encabrita a cada instante / de cada noche y de cada día, / (…) Pero hacia mí la muerte se apresura. / En verdad, hace años la tengo / pegada a mis talones, / soplándome su vaho en los carrillos. / Manos arriba contra la pared, / apretados los muslos y los ojos. / ella me tiene; / y aguardo, solo, a que por fin me aseste / su triste golpe. / ¿Qué espera, pues, la muerte? / ¿Qué pretende conmigo esa señora/ solo rozando mi cuerpo/ sus tiernos velos/ sin abrazarme?, / mientras a mi espalda bulle y me excita / la vida/ y el amor/ y el deseo: los muchachos, / el fresco aroma de sus axilas”.

“VIH”, el poema precedente, forma parte de Todas mis cosas en tus bolsillos, la poesía completa del escritor colombiano Fernando Molano Vargas (1951-1998) que la editora blatt & ríos acaba de publicar por primera vez en Argentina. El Día Mundial de la Lucha contra el Sida es ocasión para aproximarnos a la obra de este escritor colombiano pionero en visibilizar el erotismo gay en literatura y que murió prematuramente a raíz de complicaciones con el HIV.

En efecto, Molano Vargas es el autor de Un beso de Dick (1992), quizás la primera colombiana que narra una historia de amor entre dos varones y que, además tienen el plus de ser futbolistas y el desparpajo de darse un beso apasionado en el tan machirulo ambiente de un campo deportivo.

Vivió con HIV en los tiempos más trágicos del sida y nunca renegó de su promiscuidad ni de los placeres sensuales por los cuales, probablemente contrajo la infección. Por el contrario, aun enfermo dedicó sus últimos años a forjar una obra poética en donde el Eros se erige por encima del Tánatos

 “Todas mis cosas en tus bolsillos” abunda en la celebración de la carne, en el festejo de la belleza de los muchachos, en seguir gozando de la concupiscencia hasta la muerte. Así en “En las duchas” escribe “Porque es un muchacho muy bello / y entonces cuesta creer/ Él riega talco sobre sus pies / y quedan huellas en el piso / Y sus huellas se desdibujan / si uno las roza con los dedos / Pero el talco no sabe a nada / cuando uno se lleva los dedos a la lengua / De verdad / es como un acto de fe”. O en “Desde mi ventana” se sienta a la puerta de su casa y continúa mirando la hermosura de las espaldas y del culo de los varones (“¿qué llevan en sus bolsillos / traseros / los muchachos”). Y en “Sweet D/S”, se deleita frente a un muchacho que va “desnudo / ofreciendo su trasero junto al lecho / temeroso”.

Agrupados en el capítulo “No es una muerte tan dulce”, otra serie de poemas se presentan como un homenaje de Molano Vargas a su amante Diego Molina, que muriera pocos años antes que él de la misma enfermedad. Estos versos evocan los últimos tiempos de los amigos juntos,  el temor de la muerte prematura, las reminiscencias, el recuerdo y la añoranza, los besos y la ausencia… De esa manera, Molano Vargas se suma a una vasta tradición de elegías de amados muertos que forman parte de un canon de la literatura gay sobre el sida. 

Ejemplo de ello es “Me gustaría quedar atrapado en ti, una carta poética dirigida a su amor perdido: “Querido Diego, / bien sé que ya no me escuchas, tan muerto como estás; pero, ¿no podríamos, en esta noche, juntos soñar que eres un bello espíritu sentado a mi lado sobre el piso, a orillas de la cama; charlando ingenuamente, como solíamos, los simples asuntos de la vida (…) Al menos déjame darte un beso. Vamos, apresurémonos los labios, podría amenazar de nuevo el día….  Y, previamente una plegaria que resume la de todo amante que se precie de tal: "Antes de marcharte, ¿me dejarías amarte para siempre?"

Sin embargo, Molano Vargas no se paraliza en la nostalgia y la melancolía, sino que, insiste en el sexo como respuesta a la vida. En “A trois” describe una orgía y “Mientras ellos me quitaban la camisa (…) yo pensaba: tus manos por mi pecho / querido amigo que / de prisa / me has dejado”. Aún más, la última serie de poemas está dedicada a Luis Jorge, su amante más recurrente y fogoso tras la partida de Diego.

“De todo nos salvará este amor hasta del mal que haya en el placer”, cantaba Federico Moura (1951-1988) en 1988… “Ahora mi placer es riesgo de vida, mi sexo no tiene más rock and roll”, entonaba Cazuza (1958-1990) en Brasil … En la autobiográfica Un año sin amor (1997), Pablo Pérez resiste a la muerte desde la trinchera de las saunas y desde una sensualidad sadomasoquista. En El desbarrancadero (2001), Fernando Vallejo narra la historia de su hermano a quien ni la agonía por sida lo privó de la marihuana y los automóviles repletos de muchachos bellos desnudos. Sin dudas, Molano Varga forma parte de esta valiente estirpe literaria.

Con “Todas mis cosas en tus bolsillos”, blatt & ríos termina de publicar la obra completa -narrativa y poética- de Fernando Molano Vargas. La lectura puede complementarse con “En busca de Fernando Molano Vargas. Todas las cosas y ninguna”, un particular ensayo de Pedro Adrián Zuluaga que intenta recrear la vida del escritor, poeta y novelista colombiano de una manera poco convencional. 

En efecto, Zuluaga no recurre a los métodos más clásicos y ortodoxos de la biografía, sino que busca los reflejos de la existencia de Molano Vargas a partir de las casas que vivió, de los olores de las flores que plantó, de los diseños de las tapas de sus novelas, de los lugares donde Fernando paseaba o se besaba con Diego o con Luis, o en el parque donde se arrojaron juntas las cenizas de los amantes… 

Zuluaga hace hincapié en las maneras en que el sida, al dar cuenta de las vidas vulnerables y precarias de los gays crearon otras formas de solidaridad y comunidad dentro de las identidades LGTB: "La enfermedad hace pensar en en el encuentro con el amado que aguarda en otra parte el amor lanzado, pero renueva también la incertidumbre del desencuentro. La proximidad de la muerte hace que el mundo sea reunión, remolino de gratitud, consciencia punzante de la fugacidad y visión final, conocimiento de la fragilidad que purifica, y, al fin, un incomprensible tesoro: todas las cosas, ya en ningún bolsillo".

Sin dudas, se hace preciso y diría imprescindible hacerse de estas lecturas que honran la memoria de quienes nos precedieron en nuestras luchas y que se erigen como resistencia cultural en tiempos que se avecinan muy oscuros.

“Todas mis cosas en tus bolsillos” de Fernando Molano Vargas y “En busca de Fernando Molano Vargas. Todas las cosas y ninguna” de Pedro Adrián Zuluaga, ambas editadas por blatt & ríos en 2023.