La disyuntiva que los machitos del progre-peronismo quieren vendernos sobre Milei es que su gobierno mintió y estafó electoralmente al pueblo argentino o que está fracasando. Este análisis pretenciosamente sesudo reduce la discusión a las políticas económicas e ignora que las amenazas hacia un gran sector de la sociedad no son una novedad. 

Quizás Rebord no la vió venir desde sus encumbrados privilegios de varón heterosexual, pero las mujeres y disidencias sexuales sentimos hace rato el amenazante run run de una nueva generación de varoncitos incels cuyo principal motor es el resentimiento. Nosotras sí la vimos venir y nunca compramos ninguna de las consignas del liberalismo. Las encuestas pre-elecciones daban cuenta de que fuimos el espacio de resistencia plena a la avanzada conservadora y que ninguna mujer entre 16 y 35 años hubiera confiado en este modelo político. Fueron ustedes los varones que se sientan a ver el programa de Fantino los que quisieron creer que la casta eran los otros, pero nosotras siempre supimos que una eventual presidencia de Milei era la declaración de guerra a las feministas, a los sectores más vulnerados de la población, a los movimientos de Derechos Humanos y a los trolos y travas de este país.

El retorno a la centralidad política de la materia económica le conviene a los libertarios y a los peronistas en partes iguales porque les permite justificar que apoyaron, votaron y permitieron que hoy nos gobierne un facho. Todo parece indicar que actualmente lo único en discusión es el modelo económico y que las diferencias ideológicas son negociables. Pero no. La economía no es una cuestión aislada y escindida de lo social. Este modelo económico es además un modelo ideológico. La máxima estafa del discurso liberal es reafirmar que el Estado y el Mercado son dos universos diferentes, que no deben intersectarse entre sí. Contrariamente, lo que estamos viendo es al Mercado fagocitando al Estado, destruyendo las conquistas políticas que le ponen tope y poniendo a la sociedad civil de rodillas frente al dinero. La distancia que pongamos entre Mercado y Estado no sólo define los rumbos de la economía, sino también nuestra cultura nacional, nuestros valores políticos y nuestro futuro como sociedad.

El cupo laboral trans, en peligro

En diciembre el gobierno anunció la baja de todos los contratos laborales en el Estado suscriptos durante 2023, con excepción de aquellos producto de los cupos laborales. Además señaló que todos los demás contratos quedarían sujetos a revisiones trimestrales, por lo cual la bomba del empleo estatal se proyectó hasta fines de marzo de este año. Y aquí estamos: ya se anunciaron 125 despidos en la Agencia Nacional de Discapacidad, 700 en TELAM y 600 en Capital Humano, entre otros. El deterioro del empleo en el sector público está a una chispa de empezar y por supuesto las primeras cabezas en rodar serán las de mujeres y disidencias. 

A pesar de la promesa de proteger los puestos producto de las leyes de cupo, ya están siendo despedidas de sus empleos varias compañeras travestis y trans debido a la decisión del gobierno de Milei de alcanzar el déficit cero achicando a la casta estatal. Y aunque ahora muchos intentan fingir sorpresa ante los resultados de las políticas liberales, era bastante obvio que la casta no eran los ricos, los empresarios y los políticos burgueses; sino nosotras las travas, las negras, las pobres, las minitas, las putitas feminazis.

“Estamos con miedo de que nos corten un derecho que nos cambió la vida”

El martes 5 de marzo el Ministerio de Capital Humano anunció el cierre de 59 Centros de Referencia (CDR) en todo el país, acusándolos de ser “cajas de la política y aguantaderos militantes”. Operando con la lógica de la cuantificación estos cierres suponen un ahorro de $5.000.000.000 al Estado argentino, o sea migajas. Los CDR son oficinas distribuidas por todo el territorio nacional que permitían a las personas con escasos recursos tener un nexo con el Ministerio. En muchas de estas oficinas se gestionaban políticas públicas para casos especiales. “Ya falleció una primera persona por ausencia de medicamentos que antes se entregaban a través de los CDR y la Dirección de Coberturas de Medicamentos de Alto Precio. Hoy me tocó un caso de una persona que necesita un medicamento que sale 8 millones por mes ¿quién puede pagar 8 millones por mes en este país?” expresa con preocupación una de lxs 60 trabajadorxs trans de los CDR. 

Aunque en muchos casos los contratos a personas trans se dieron a través de la ley de cupo laboral, no existe ninguna garantía de permanencia en sus empleos. La crueldad del actual gobierno es tal que ni siquiera existen comunicaciones oficiales, telegramas de despidos o versiones certeras respecto al futuro. Los trabajadores dependen exclusivamente de Twitter para conocer las novedades y caprichos de la actual administración.

“A nivel federal somos 60 compañerxs que ingresamos por la ley de cupo. Muchas están viendo sí volver al trabajo sexual o que hacer. Volvemos atrás en materia de derechos y tenemos mucho miedo. Muchas no quieren decir nada, no quieren dar nombre o denunciar por el miedo a que nos quiten el trabajo”. La sensación de incertidumbre está además afectando la salud mental de las compañeras, muchas de ellas mayores y poco acostumbradas a los vaivenes de un empleo formal. Aunque cuentan con el apoyo de sus sindicatos, muchas temen que las primeras cabezas en rodar sean la de las travestis y compañeros trans y no binaries que tienen contratos por cupo. Y no sólo preocupa la situación laboral sino los efectos simbólicos que esto tiene: echar a las travas de su empleo y devolverlas a las calles y el comercio sexual, un sitio en que la imaginación de los liberales nos cree más propicias. “Este gobierno trata de eliminarnos de todas las formas. Muchas compañeras ni siquiera pudieron incorporarse en sus empleos por la discriminación. Con este gobierno no esperamos mucho más que las cartas de despido.” dice Luana Salvá, delegada de ATE Cancillería y dirigente de Las Históricas Argentinas.

"Siempre nos odiaron, pero ahora pueden echarnos"

Hace pocos días se conoció a través de la prensa el despido de Celina Alejandra Esteban, reconocida por su rol de jefe de residentes en el Hospital Santojanni. Celina nunca pudo festejar todos estos logros, porque permanentemente tuvo que lidiar con profesionales y directivos que obstaculizaban su carrera. El año pasado accedió a un puesto laboral a través de la ley de cupo en el Hospital Nacional en Red “Laura Bonaparte”. 

Desde el inicio en su cargo tuvo inconvenientes con compañeras y directivos que la discriminaban, pero como no podían despedirla la cambiaron al sector de Guardia. La llegada del nuevo gobierno habilitó que ese maltrato velado y silencioso ejercido por el resto del personal se transforme en acciones concretas. En diciembre el contrato de Celina pasó a ser trimestral, a pesar de que el DNU 84/2023 es específico respecto a la decisión de excluir los contratos productos de las leyes de cupo. A principios de enero Celina fue a recibir el turno de guardia como siempre y se cruzó con una compañera que la insultó de la peor manera posible, no entiende si espontáneamente o mandada por los directivos. Fue convocada a una reunión en donde se le informó que sería trasladada a otro servicio nuevamente. 

Celina protestó por ser siempre ella la que recibía la medida disciplinaria. En esos días Celina participó de un acto de apoyo al INADI y cuando retorno al trabajo Beatriz Baldelli, ex-interventora y actual directora del hospital, le comunicó que su contrato no sería renovado después del 31 de marzo.

El broche de oro fue que mandaron a la empresa de seguridad a informarme que no podía ingresar a trabajar, que tenía el ingreso prohibido. Intenté hablar con alguien y me di cuenta de que todo el personal de recursos humanos y demás empleados me tenían bloqueada. Sólo pude hablar con una de las jefas que me dijo que a ellas nunca les habían pedido ningún informe de mi desempeño y la decisión de echarme venía de arriba”. El relato de Celina es brutal y desnuda la maldad y el trans-odio con el que funciona la dirección del hospital Bonaparte. Es fácil darse cuenta que la avanzada conservadora promovida por un gobierno que se siente habilitado a prohibir la perspectiva de género y el lenguaje inclusivo es un laissez faire para que los fachos que rumiaban bronca en sus oficinas ahora se sientan impunes de hacer realidad sus fantasías morbosas donde nos destruyen. “Claramente es un caso de discriminación. Todas las personas que en otros gobiernos tuvieron una falsa perspectiva de género, hoy piensan que tienen todas las defensas para ser impunes, se envalentonan y muestran realmente que piensan, que sienten y lo que son. Ellos quieren que terminemos en el lugar a donde ellos creen que el colectivo pertenece: en una esquina.” concluye Celina.

Un caso similar está atravesando Carla Valeria Rivero, a quien el año pasado celebramos por haberse convertido en la primera directora trans en una escuela. En diciembre de 2023 a Carla se le inició un sumario acusándola de un comportamiento indebido, tras participar involuntariamente de un tik tok realizado por un estudiante. “Yo no creo para nada que haya sido con mala intención, creo que se trató de un chiste, pero los directivos se agarraron de eso para perseguirme y lograr sacarme de mi cargo.” declaró Carla. Tras estas medidas disciplinarias, que buscan empañar una trayectoria de más de treinta años frente al aula, Carla fue trasladada a la junta de escalafonamiento docente en donde no tiene tareas asignadas. A casi tres meses del inicio de su despido sus abogados aún no pudieron tomar conocimiento de las acusaciones. “Lo hicieron para silenciarme, soy una de las primeras trans docentes del país y eso es una inspiración para nuestra comunidad y ellos no quieren que seamos escuchadas” dice Carla, reafirmando que no se trata de un recorte que obedece al nuevo modelo económico “superavitario” sino a un proyecto ideológico que quiere que las personas trans guardemos silencio y regresemos a los márgenes de la vida social.

¿Cuantxs más?

Estos casos son sólo algunos de los que se dan a conocer en esta primera semana de marzo. Cada semana Manuel Adorni cancherea con el eventual cierre de algún organismo. La falta de comunicación oficial sólo deja lugar a la incertidumbre, pero ya se prevén recortes en el INCAA, el Instituto Nacional de la Agricultura Familiar, Campesina e Indígena (INAFCI), ANSES, CONICET y las universidades públicas.

En el caso particular de CONICET, lxs becarixs TTNB están viviendo con mucho temor ante la escasez de noticias. La institución científica en sí nunca tuvo una política de inclusión para investigadores trans y sólo aplicó la ley de cupo en su área administrativa. Una deuda enorme que tiene la academia con nosotres es aplicar el cupo en el sector académico. Nos ponen a competir en forma meritocrática como sí estuviésemos en igualdad de condiciones con las personas cis, por lo tanto no tenemos ningun tipo de protección frente a los recortes y creemos que vamos a ser la variable de ajuste ya que nos evaluaran en manera cuantitativa y no valoran el aporte cualitativo que nosotros realizamos. En este contexto de motosierra los primeros que vamos a quedar afuera somos las personas trans, las personas con discapacidad, las personas que gestan y se ocupan de los cuidados.” reflexiona uno de los becaries de Conicet que aún está a la espera de los resultados de las becas post-doctorales que deberían darse a conocer en Agosto. 

“Todes les becaries estamos en alerta porque no sabemos sí nos van a dar el 1ro de abril la prórroga automática que suele darse hasta que se anuncien los resultados de las becas post-doctorales. De manera informal se rumorea que no hay novedades sí cobraríamos en abril. Pedimos que se respete el calendario y anuncien las 800 becas post-doc, pero tenemos el antecedente de las becas doctorales que sufrieron un recorte del más del 50% y no se les respetó el calendario. Así sintetizan la preocupación más reciente respecto a los recortes sufridos en CONICET, pero además lxs becarixs señalan sentir miedo ante el clima de hostigamiento que se vive con este gobierno, donde lxs investigadores queer/trans/no binaries han sido objeto de burla, acoso cibernético y escarnio público, como en el caso paradigmático de Facu Saxe.

Todo indica que el modelo económico no sólo busca optimizar los recursos y alcanzar el tan mentado déficit cero, sino que se trata también de un modelo disciplinador de los trabajadores que pretende recuperar los privilegios del varon blanco cis-heterosexual y expulsar a todas las demás identidades que alcanzamos nuestros derechos durante estos 40 años de democracia. Aunque el lema “Dios, Patria y Familia” se usa un poco en sorna en las redes sociales y nos regocijamos en el modelo de la familia Messi, estamos haciendo un retorno no irónico a los tiempos previos a la democracia. Puede ser gracioso para el gran público que no paga los costos reales de esta transformación, pero no se reirían tanto si les tocase vivir la realidad de trans, travestis, no binaries y queers. Carla Rivero resume con claridad la respuesta que como comunidad travesti-trans y no binaria queremos darle a este gobierno ajustador y sádico: “Es muy grave lo que está pasando. Tenemos que marchar, tenemos que encontrarnos en la calle, no nos tenemos que dejar atropellar y que nos avasallen. Los sótanos de la democracia SE CERRARON: ¡a la calle, a la ignorancia y a la cárcel no volvemos nunca más!”