Desde Medellín

Con sin sabores, Colombia festejó este viernes el primer año del fin de la guerra entre Estado y la guerrilla más grande y poderosa del país: las Farc. Este 24 de noviembre el Presidente Juan Manuel Santos y Rodrigo Londoño, líder del hoy partido político Farc, se encontraron de nuevo en el Teatro Colón donde un año atrás firmaron el Acuerdo para la construcción de una paz estable y duradera. Centenares de personas les aplaudieron cuando, lejos de la formalidad y la tensión de años anteriores, el presidente se acercó entre los asistentes hasta Timochenko, Iván Márquez y otros líderes ex guerrilleros para extenderles la mano. 

“La guerra terminó. Lo que está en discusión es la calidad del post-conflicto”, asegura la Iniciativa Unión por la Paz en el informe anual de la implementación de la paz presentado a propósito del aniversario. “Entiendo la impaciencia y la urgencia que muchos expresan. Todos quisiéramos que los cambios y las oportunidades de la paz fueran ya una realidad”, dijo el Presidente en el icónico teatro de Bogotá rodeado, además de ciudadanos, congresistas y víctimas, de decenas de ex combatientes que el año anterior todavía llevaban su fusil al hombro entre las trincheras.  Jaime era uno de ellos. Integraba el histórico Bloque Martín Caballero y se dedicaba a la propaganda rebelde en la radio, además de las operaciones militares de rigor.  Ahora sin uniforme de guerra, vestido de jean y una remera sencilla, le cuenta a PáginaI12 que decidió salir de su Espacio Territorial de Reincorporación en La Guajira para instalarse en la capital y empezar a estudiar. “Con apoyo de la organización, el gobierno todavía no cumple plenamente en materia de reincorporación”, cuenta animado por la etapa que comienza junto a otros 10 mil ex combatientes y milicianos que se concentraron en las entonces zonas veredales y se sumaron a este controvertido Proceso de Paz.

“Sé que ha habido demoras, dificultades, errores. Pero estamos trabajando sin descanso para acelerar el paso y avanzar”, explicaba Santos en la mañana en el Teatro Colón ante una asistencia nutrida, pero no a full como se vio luego también en Plaza de Bolívar donde apenas unas doscientas personas se congregaron para festejar el aniversario. Las actividades fueron impulsadas por organizaciones de la sociedad civil como Viva La Ciudadanía, pero a diferencia del año anterior la asistencia fue mínima. “Quizá la gente está cansada, o tiene miedo, no olvidemos que están matando y amenazando los líderes que respaldan el Acuerdo de Paz, van más de 90 tan solo este año”, le dice una ciudadana a este diario en el corazón de Bogotá pidiendo omitir su nombre por seguridad. De ese tema, habló “Timochenko” refieriéndose a sus 36 ex combatientes asesinados y pidiendo garantías para la vida de sus filas.

Jose Antequera, integrante del movimiento Paz A La Calle e hijo de Jose Antequera integrante de la UP asesinado, tomó el micrófono en el Colón para hablar también por los líderes sociales, y para denunciar que el Congreso está cambiando el espíritu y el texto de lo acordado y favoreciendo sus intereses políticos por encima del respeto al Acuerdo Final de Paz que tardó cinco años en negociarse en La Habana, Cuba. Por su parte el líder de Farc, y ahora precandidato presidencial, aseguró que “el mismo Congreso que aprobó hace un año el Acuerdo de Paz, hoy está empeñado de modo vergonzoso en hacerlos trizas”. Timochenko cuestionó los pocos avances en tierras, proyectos productivos, los cambios a los proyectos de ley y el inminente riesgo que corre la implementación después del fin del gobierno de Santos y el fin del mecanismo de aprobación rápida de reformas “Fast Track” que será este 30 d enoviembre. 

Y agregó que hay una gran movilización nacional por qué se cumpla sin burlas lo pactado. Por su parte la abogada Patricia Linares, elegida para magistrada de la Jurisdicción Especial de Paz, aseguró que el Tribunal no será un escenario de venganza y pidió respeto por todos los magistrados. Esto en relación con la aprobación reciente en Congreso de un impedimiento para que defensores de Derechos Humanos y asociados a organizaciones no gubernamentales elegidos para la JEP ejerzan su cargo. 

El Instituto Kroc, entre tanto, continuó divulgando el informe que le fue encargado por ambas partes para medir el impacto de la implementación de las disposiciones. Según el organismo internacional a la fecha no se han iniciado el 55% de las 558 disposiciones que incluye el Acuerdo de Paz. Y apenas se han completado 17%, mientras se iniciaron mínimamente 22%. 

Las víctimas y organizaciones sociales recordaron que este periodo desde la firma del acuerdo se han salvado más de 2700 vidas, y 2016 se registró como el año menos violento en tasa de homicidios en Colombia en los últimos 27 años. Además, fueron entregadas más de 9 mil armas y más de 10 mil hombres y mujeres ya no hacen parte de la guerra. Para ellos, sin embargo, las condiciones de vida son preocupantes hoy pues apenas se están iniciando proyectos productivos con apoyo de la sociedad civil, pues por parte de gobierno no ha llegado el primero y por tanto su supervivencia no está asegurada. Fundación Ideas para la Paz calcula que serían entre 800 y mil ex combatientes los que habrían regresado a la ilegalidad, en parte, por incumplimientos de gobierno y en búsqueda de supervivencia.

Jaime le cuenta a PáginaI12 que desde que las zonas veredales se convirtieron en espacios territoriales de capacitación, no hay alimentos ni condiciones que provea el Estado que, incluso, de los subsidios de menos de 200 dólares mensuales que reciben los farianos por 6 meses, están reuniendo para gastos comunes como el internet. “De todas formas hay que seguir, hay que seguir”, decía el joven de 26 años con sueños de ser administrador de empresas y sumándose al llamado su ahora jefe político, antes comandante en jefe, que aseguró que aunque diversos sectores del Estado incumplan FARC seguirán en su propósito de la paz como único camino.