La fragmentación del escenario político argentino es inédita. A lo largo de la historia hay ejemplos sobrados de rompimientos partidarios, pero es diferente si se trata de divisiones en tribus. También las hubo siempre, pero no dominando el total del mapa. Y eso agrava el cuadro en la representatividad de lo que se denomina “el campo nacional y popular”.

Hay tribus para toPero ahora resulta que, además, debe diferenciarse entre los gobernadores con y sin peluca,