La reiterada represión como respuesta a las protestas contra la reforma previsional provocó cortes de calles, marchas, cacerolazos y “ruidazos” en toda la ciudad. “Los viejos no se tocan”, gritaban los vecinos en las esquinas más importantes de los barrios, como en Villa Crespo, o “andate Macri, la puta que te parió”, los más enojados como en San Martín y Juan B. Justo. En Barracas, Villa Urquiza, La Paternal, Parque Patricios, Barrio Norte, Colegiales y Palermo, entre muchos otros barrios porteños se escuchó el reclamo vecinal. El estallido también se produjo en las principales ciudades del interior como Rosario, Córdoba y Mendoza.

Mientras todavía se escuchaban disparos de balas de goma y comenzaban a disiparse los efectos de los gases lacrimógenos, en las calles de la ciudad de Buenos Aires se empezó a escuchar el sonido de las cacerolas. Tímidamente al principio, fue creciendo poco a poco el sonido de las ollas golpeadas y las bocinas repiqueteando. Las esquinas importantes de los barrios fueron poblándose de familias que reclamaron contra el proyecto de ley que ajusta a los jubilados y contra la represión que el gobierno macrista propone como respuesta a la protesta social.

Jorge Larrosa

Esta vez no fue el corralito ni la falta de dólares, sino la defensa de los haberes jubilatorios que se encuentran entre ceja y ceja del Fondo Monetario Internacional y del gobierno nacional. “Los viejos no se tocan, los viejos no se tocan”, repetían como un mantra los vecinos en Villa Crespo acompañados por el ruidazo que de forma espontánea fue ganando las calles porteñas. Todos los objetos de metal fueron utilizados como instrumentos para la protesta: tachos de basura, caños del alumbrado público y señales de tránsito recibieron los golpes de los vecinos enojados.

Bien entrada la noche, muchos vecinos reunidos en las esquinas emblemáticas de sus barrios decidieron empezar a marchar hacia Congreso o la Plaza de Mayo. Así miles de personas partieron desde Córdoba y Pueyrredón hacia el Centro, recogiendo masivo respaldo a su paso, así como a lo largo de la avenida Corrientes o desde San Telmo y los barrios del sur de la ciudad hacia la Casa Rosada.