Michael Phelps protagonizó el gran show, pero Dara Torres acaparó la mayor e inesperada atención, ya que la nadadora consiguió a sus 41 años clasificarse para los Juegos Olímpicos de Beijing al proclamarse campeona de Estados Unidos en los 100 metros libres. Torres logró la noche del viernes convertirse en la primera nadadora estadounidense en lograr su quinta participación en unos Juegos, dejando en un segundo plano el record del mundo batido por Phelps en los 200 metros cuatro estilos, con una marca de 1m54s80.

Mientras la gran estrella de la natación mundial celebraba sin mucha emoción su cuarto título en los trials estadounidenses que definen el equipo olímpico, Torres rompió a llorar tras su triunfo. “Simplemente estoy abrumada y me alegro enormemente de estar en Beijing”, comentó la californiana, que ya en 1984 estuvo en los Juegos de Los Angeles, donde se colgó el oro en los 4x100 metros estilo libre. Su hija de dos años, Tessa, celebró el triunfo de su madre con el resto de los 16 mil fans.

Después de que Torres ganara en Sydney 2000 cinco medallas, dos de ellas de oro, dio por concluida su carrera. Pero durante su embarazo, en 2005, comenzó a trabajar con el entrenador alemán Michael Lohberg y ya el año pasado en los campeonatos nacionales logró el título en 50 y 100 metros libres. “Cuando se tienen sueños, la edad no es importante”, opinó Torres, mucho mayor que sus rivales. La segunda clasificada, Natalie Coughlin, fue con 15 años menos su oponente más veterana. Dino Dara logró su decimosexto título de Estados Unidos con cinco centésimas de ventaja sobre Coughlin, campeona olímpica y del mundo.

La carrera de Torres es increíble. Sus primeros Juegos Olímpicos fueron Los Angeles ’84, con 16 años, y después le siguieron Seúl ’88 y Barcelona ’92. A los 25 años, y tras llevarse un oro en Barcelona, se retiró por considerarse muy vieja para la natación y contrajo matrimonio por primera vez. Vio los Juegos de Atlanta ’96 desde el televisor de su casa. En los cuatro años que mediaron hasta Sydney 2000 se divorció y volvió a casarse, y regresó de nuevo a los 33 años para conseguir un tercer pasaje olímpico y cinco medallas, dos de ellas de oro. Se saltó Atenas 2004 y, tras otro divorcio y un tercer matrimonio, ahora está de nuevo en la pileta rumbo a Beijing, felizmente casada y con una hija de dos años.