Los conflictos internos de River tuvieron otro punto culminante en las últimas horas, cuando se conoció que el balance del último año fue deficitario. Esto se sumó al acuerdo al cual llegó el club con la empresa Sinteplast, que a cambio de pintar el estadio Monumental recibió porcentajes de algunos futbolistas como parte de pago. El presidente de la institución, José María Aguilar, decidió defender su gestión ante las últimas críticas.

“Es justo y necesario explicar algunas cosas”, señaló Aguilar durante la presentación de la universidad de River. “Esta es una magnífica ocasión para presentar un logro importante.” Aguilar señaló que el último balance salió con déficit porque no se vendieron jugadores. “El 50 por ciento de los ingresos del club se producen por venta de los jugadores y River en este último año no vendió, de cualquier manera la deuda del club descendió de una manera extraordinaria”, apuntó.

En ese sentido, por los pasillos de la entidad se escuchó en las últimas horas que Diego Buonanotte ya estaba vendido, algo que desmintió el propio Aguilar. “Una vez por día escucho una oferta por Buonanotte, lo digo con simpatía y con el orgullo que me genera que un jugador así esté en este club”, explicó.

“Los llamados se intensificaron en las últimas semanas”, agregó, teniendo en cuenta que hay dos ofertas de México, de América y Cruz Azul, por el volante. “Creemos que lo más atinado, y lo dejamos en claro, es que de esto se tiene que encargar la próxima comisión directiva, salvo que venga un jeque árabe y revolucione la economía del club, algo que serviría para facilitarle la economía al próximo presidente”, completó Aguilar.

“El equipo está 13º en el campeonato, eso no es bueno, hace un año y cuatro meses que no sale campeón, pero este es un club que tiene todos los empleados al día, no hay deuda impositiva, tenemos un museo, una universidad”, añadió el directivo. El presidente utilizó la ironía para remarcar que en los últimos cuatro años la entidad de Núñez fue cuatro veces campeón argentino y “no hay nadie que haya ganado más en el ámbito local”.

El tema es que este presente de River preocupa y muchos miran de reojo el promedio del descenso, algo que desestimó Aguilar. “Hay muchos puntos de diferencia y tengo la garganta preparada para pelear por el próximo campeonato, hay un futuro enorme con Mauro Díaz y con (Daniel) Villalva, entre otros”, concluyó.

Respecto del convenio para pintar el interior del estadio, Aguilar indicó: “Es un contrato muy complejo para una obra de esa envergadura. River no tenía liquidez, es nuestro primer balance con déficit en estos nueve años, nos pareció una fórmula inteligente, en el mejor de los supuestos, para que la obra se pudiera realizar”, explicó Aguilar. Para pintar la cancha River cedió porcentajes de varios jugadores, pero el dirigente explicó cómo fue la metodología para este tema. “Cuando se llegue a este porcentaje –lo que se debe por la obra– se cancela la deuda”, destacó el presidente.

Según la explicación de Aguilar, si River vende, por ejemplo, a Nicolás Domingo, y con el diez por ciento se cancela lo que se debe por la pintura, el porcentaje de los otros jugadores vuelve a ser completo del club.

Por su parte, el secretario de la entidad, Mario Israel, señaló ayer que los distintos candidatos a presidente para las elecciones del 5 de diciembre quieren sacarse de encima al oficialismo “como si éste fuese una enfermedad”, y los criticó por considerar que tienen “pocas propuestas” y “atacan demasiado”. “Veo pocas propuestas, veo mucho ataque, mucha cuestión de sacarse de encima al oficialismo como si fuera sidoso este equipo de gente”, dijo Israel, uno de los hombres fuertes de la institución de Núñez, en declaraciones a radio Del Plata.

Israel, quien también esperó mucho tiempo para volver a hablar públicamente, remarcó que los candidatos “tienen que mostrar los proyectos antes de criticar tanto”, ya que “no todo está tan mal”.

El dirigente deslizó una autocrítica a la gestión que llevan en River desde 2001 y enfatizó que siempre se trabajó “con mucho esfuerzo y mucha pasión”, aunque “equivocándonos más de lo que acertamos”.