DEPORTES › RIVER PUEDE ASCENDER EL SáBADO EN SANTA FE ANTE PATRONATO

Quedó a 90 minutos del regreso

De los insultos a los jugadores cuando promediaba el segundo tiempo del partido con Boca Unidos a la chance de ascender dentro de 90 minutos. Así de frenética y cambiante es la vida de River, que gracias a la derrota de Central 1-0 en Santa Fe ante Patronato quedó como único líder y tiene la chance de regresar a Primera la próxima jornada. E incluso, también existe la posibilidad de consagrarse campeón de la B Nacional.

Con un gol de Cristian Bustos de cabeza cuando arrancaba el segundo tiempo, Patronato venció a Central y lo bajó de la punta, pese a que los rosarinos tuvieron varias chances para igualar. Y con los resultados que se dieron en la jornada, River quedó primero con 70 puntos, seguido por Central con 69, Instituto con 67 y Quilmes con 66, con seis unidades en juego. Por eso, si el conjunto de Matías Almeyda derrota como visitante a Patronato e Instituto no lo logra hacer ante Merlo, el ascenso estará consumado, independientemente de los resultados de Central y Quilmes. Si los cordobeses ganan, River igual podría subir con una victoria propia y una caída de Central ante Chacarita. La última opción para el ascenso el fin de semana que viene sería con un empate en Santa Fe, que Instituto caiga con Merlo y que Quilmes no derrote a Gimnasia de Jujuy. En ese caso, tampoco importaría el resultado de Central.

Para ser campeón la próxima fecha, la ecuación es más complicada. River debería ganarle a Patronato, Central tendría que perder en Rosario ante Chacarita e Instituto no vencer a Merlo. Cualquier otra combinación dejaría la definición del título para la semana siguiente.

“Quedan dos partidos y dependemos de nosotros. No me los quiero perder por nada”, señaló David Trezeguet, una de las figuras de River, que también se refirió al particular momento que se vivió el domingo con los hinchas que insultaron al equipo. “El público viene sufriendo desde hace mucho tiempo, se entiende el pedido de la gente y su angustia. Mi pedido hacia la gente es que faltan dos partidos. Es la última ayuda que necesitamos”, remarcó el goleador.

En ese sentido, las declaraciones que realizó Alejandro Domínguez, en las que aseguró que el plantel y el cuerpo técnico se sentían solos y sin apoyo del público, motivó que el presidente del club, Daniel Passarella, se acercara a la práctica. La idea del dirigente fue brindar tranquilidad y pedir calma para las dos semanas que restan.

En tanto, Leonardo Ponzio, que jugó buena parte del segundo tiempo con el pantalón manchado de sangre debido a un cuadro de hemorroides, se animó a bromear con esa situación. “Si empatábamos la foto de mi pantalón sangrado iba a estar en los afiches de Boca”, indicó el volante, que explicó el inconveniente en radio La Red: “Fue producto del esfuerzo y del estrés. El médico nunca me dijo de salir, sólo me puse algodón y seguí jugando. No me sentía sin fuerzas”.

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El entrenador Almeyda y el presidente Passarella, ayer en el Monumental.
Imagen: Télam
 
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