Es un deporte nacional en Holanda pegarle a Louis Van Gaal por la manera casi desafiante que emplea para hacer jugar a su equipo, a contramano de la tradición. Escandaliza con su dibujo de cinco defensores, pero pocos saben que ésa, más que una convicción, resultó una decisión de conveniencia.

Todo comenzó en marzo pasado, en la noche en que Francia venció 2-0 a Holanda en un amistoso. El volante Kevin Strootman, uno de los preferidos del entrenador, se lesionó truncando su futuro de Copa del Mundo. A Van Gaal eso lo preocupó tanto como la manera en que Karim Benzema dispuso de Bruno Martins Indi. Decidió que no podía dejar a sus defensores jugar mano a mano contra delanteros de clase, y así fue como se propuso disponer siempre de ventaja en ese terreno. Su 4-2-3-1 favorito dejó lugar a un aborrecido (por los holandeses, con Johan Cruyff a la cabeza) 5-2-2-1, con dos volantes interiores, más Arjen Ro-bben, Wesley Snejder y Roben Van Persie como punta.

A su favor tenía el hecho de que tres de sus defensores, Martins Indi, Stefan De Vrij y Daryl Janmaat, juegan juntos en el Feyenoord, pero entrenados por Ronald Koeman, que no se lleva para nada bien con el seleccionador. Consciente de sus necesidades, Van Gaal apechugó, acudió a un partido del Feyenoord junto al capitán Van Persie y le explicó lo que quería. Koeman hizo el honor y, ese mismo día, Van Gaal telefoneó a Munich: Robben lo escuchó hasta quedar convencido de lo que quería el entrenador, especialmente que bajara muchos metros en el campo para explotar su velocidad.

Sorprendió Van Gaal el sábado cambiando a Cillesen por Krul para la ceremonia de los penales frente a Costa Rica. No es la primera vez que produce un inesperado cambio de arqueros. Hace más de veinte años, en 1993, después de un partido entre el Ajax y el Auxerre por la semifinal de la Copa UEFA en la que el popular arquero del equipo holandés, Stanley Menzo, cometió un tremendo error que le costó la derrota, Van Gaal no dudó en borrarlo de la formación, concediéndole la titularidad a Edwin Van der Sar, que así inició una carrera que incluyó tres Mundiales, los de 1994, 1998 (el del cabezazo de Ariel Ortega...) y 2006. Menzo tuvo que recurrir a la terapia para superar la depresión.