DEPORTES › RIVER Y BOCA EN DESIGUALDAD DE CONDICIONES

Ortega no, Riquelme sí

Ramón Díaz decidió reservar al jujeño hasta que esté “100 por ciento físicamente”, pero Tabárez contará con el regreso de su mejor jugador.

Las posiciones de la tabla, en este caso, llaman a engaño: River marcha primero, pero atraviesa una semana de escepticismo; Boca viene de atrás, pero recobró el entusiasmo. Tiene que ver, seguro, con los acontecimientos de la Copa Libertadores: el equipo de Ramón Díaz puede quedarse afuera del torneo continental luego de haber perdido con el Gremio en el Monumental, y el actual campeón de la Copa recibió una inyección de confianza tras su empate en Quito ante El Nacional. Trasladados al plano local, esos humores distintos fueron respaldados por las confirmaciones que ambos equipos vivieron ayer, de cara a la fecha: mientras Ramón Díaz ya descartó a Ariel Ortega para el clásico con Racing, es un hecho que Juan Román Riquelme volverá a ser titular en Boca frente a Banfield.
“Analicé bien la situación en que está y creo que no está bien para jugar”, aseguró Ramón Díaz, que no quiere repetir dos veces en una semana el mismo error: contra el Gremio, se dejó vencer por la voluntad de jugar que impuso Ortega, pero a los 12 minutos debió sacarlo de la cancha, contracturado en el isquiotibial derecho. “Por eso decidí que se recupere, queremos que esté al ciento por ciento para jugar el jueves contra Gremio por la Libertadores y, si no llega, para que esté en el partido siguiente contra Lanús.” Si esa recuperación no se produce, Ortega pudo haber jugado su último partido en River: en caso de viajar al Mundial, no tomará parte de las dos últimas fechas del Clausura, partidos que River jugará ante Argentinos y Central, y es conocida su decisión de volver al fútbol europeo tras la Copa del Mundo. El Parma es dueño del 50 por ciento del pase del jujeño.
Díaz tiene algunos lesionados, lo que puede afectar el rendimiento del equipo no sólo contra Racing, en el que se jugará buena parte de la suerte del torneo, sino también contra el Gremio, en Porto Alegre, un partido que River tiene que ganar para acceder a los cuartos de final de la Copa Libertadores. River jugaría con Comizzo; Demichelis, Ayala, Rojas; Coudet, Ledesma, Zapata, Husain o Cuevas; Cambiasso; D’Alessandro, Cavenaghi.
En Boca se vieron ayer más sonrisas que en los últimos días. Porque el punto logrado en Quito produjo efectos benéficos, porque Riquelme se entrenó normalmente y volverá tras haber faltado contra Racing y ante El Nacional, y porque en el plantel entienden que una victoria de Racing sobre River puede darle una última chance de pelear por el Clausura.
Tabárez tiene tantos o más problemas que Díaz para armar el equipo, con mayoría de lesionados (Burdisso, Crosa, Rodríguez, Barros Schelotto), suspendidos (Schiavi, Traverso) o agotados por el esfuerzo que la altura de Quito más la lluvia bajo la que se jugó el partido se cobraron (Battaglia, Delgado). Tabárez confirmaría hoy este equipo para jugar ante Banfield: Abbondancieri; Martínez, César González, Forchetti, Calvo; Pinto, Serna, Giménez; Riquelme; Bracamonte, Carreño.
Ante la inyección anímica recibida, Boca se mentalizó para intentar el último esfuerzo. “La lluvia, la altura, el rival, todo fue muy bravo –opinó ayer Abel Balbo, que debutaba en Boca– pero este plantel demostró, una vez más, que tiene experiencia y está dispuesto a retener el título”.

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Riquelme y Tabárez hicieron las paces.
 
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