DEPORTES › JUGANDO MAL, EL ESPAÑOL SUPERO A GILLES SIMON

Nadal duerme la siesta afuera y adentro, pero igual avanza

En Australia, Rafa agarró el hábito de la siesta. Y en el juego todavía le falta ritmo, aunque está en octavos.

 Por Sebastian Fest
desde Melbourne

La “australian siesta” persigue a Rafael Nadal en Melbourne. Cada tarde, si está en la habitación de su hotel, se queda frito dos horas. Y ayer pareció dormir una hora extra, una tercera, tal su desorientación en el primer set del partido que ganó sufriendo sobre el francés Gilles Simon.

“No sé qué me pasa, yo nunca duermo siesta, pero acá, en Australia, si estoy a la tarde en el hotel, me quedo dormido dos horas”, comentó entre risas tras su 7-5, 6-2 y 6-3 sobre Simon, triunfo que lo instaló en octavos de final del primer Grand Slam de la temporada. El número dos del mundo sufrió mucho más de lo esperado ante el francés, 33º del ranking mundial, a lo largo de dos horas y 26 minutos de juego bajo un bochornoso ambiente en el Rod Laver Arena, el principal escenario del complejo. Un globo cruzado de revés le permitió al español ganar el partido en su quinto match point, ante un Simon que jugó un tenis inteligente y, por momentos, audaz.

El francés, combinando potentes golpes planos y tiros sin peso, desquició al español, que pronto se vio 5-2 abajo y con set point en contra. Salvó ése y otros cinco más, dos de ellos en forma consecutiva con aces. “Remontar un 0-40 con dos aces... No sé si eso se puede definir como suerte. En todo caso estoy contento con mi saque. Los aces ayudan, aunque un ace es casi lo mismo que un buen saque que te deja una derecha con tiempo para definir. Empezar así controlando un punto es para mí casi igual de satisfactorio.”

Nadal, que se medirá esta noche con otro francés, Paul Henri Ma-thieu, reconoció haber entrado a la cancha “sin una idea clara” de cómo enfrentar a Simon. “Entré a observarlo, a ver lo que hacía”. “Cualquier cosa podría haber pasado”, comentó en tono algo dramático. “Pensé que tirándole la bola no muy alta a su derecha iba a fallar. Pero no falló, y me lanzó varios winners. Gracias a David Ferrer, que fue quien me pasó esa táctica”, señaló entre risas.

Pese al momento complicado que pasó ayer, el español cree que los partidos no deben ser excesivamente preparados, que no tiene mucho sentido adaptar el juego al rival. “Yo creo que no hay que preparar nada, uno tiene que hacer lo que sabe hacer. No me acordaba muy bien de cómo jugaba él, no lo había visto jugar mucho. Tenía un poco de temor a su revés, no sé por qué, pero fue así. Lo cierto es que su revés contra mi derecha no puede hacer nada”, analizó.

El choque ante Simon ya es pasado, y para el partido ante Mathieu falta aún. ¿Qué hace Nadal en un día libre? “Nada”, respondió, antes de enumerar las actividades que entiende por “nada”. “Un poco de piscina en el hotel, entrenar, habitación, siesta, un poco de play... Benito que me ha roto la camilla y no puedo masajearme”. Y lanzó la carcajada, mientras Benito Pérez Barbadillo, su jefe de prensa, iniciaba una confusa defensa intentando evitar que Nadal dijera cómo se rompió la camilla.

Nadal le perdonó la vida, al fin y al cabo es un joven de buen corazón, un joven que, como tantos de su edad, está enganchado con las series estadounidenses. “Terminé hace unos días de ver Lost, pero no me atrevo a verla en inglés, así que hasta que no salga en español. no la veo. Ahora empiezo con ‘Prison Break’.” Todo, aderezado con una ración diaria de “australian siesta”, que sólo es peligrosa para Nadal si, como ayer, le viene con la raqueta en la mano.

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Nadal, con cara de sueño. Durmió un rato ante Simon.
 
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