ECONOMíA › “DEBERá REGULARSE DEFINITIVAMENTE EL MOVIMIENTO DE CAPITALES”, ASEGURó CFK

El Fondo sigue en la mira

La Presidenta adelantó que en la próxima Cumbre del G-20 reclamará cambios en el FMI y el Banco Mundial y la necesidad de coordinar políticas macroeconómicas globales. Además, pedirá la supresión de los paraísos fiscales.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner confirmó ayer que en la próxima reunión del G-20, prevista para el 2 de abril en Londres, Argentina reclamará la reformulación del pacto de Bretton Woods, que dio lugar al surgimiento del Banco Mundial y el FMI, y la necesidad de coordinar políticas macroeconómicas globales para reactivar la demanda. Además, propondrá la supresión de los paraísos fiscales que actualmente están siendo señalados como un factor que agudiza la crisis (ver página 8). “Deberá regularse definitivamente el movimiento de capitales para que no se produzca la paradoja que tenemos actualmente, donde los capitales se trasladan desde los países emergentes, que no han provocado la crisis, hacia los países centrales”, afirmó.

En su discurso ante la asamblea legislativa, la Presidenta no sólo cuestionó el papel de los organismos multilaterales de crédito sino “un sistema global basado en la subordinación y no en la cooperación, en el que las reglas sólo existen y deben ser cumplidas por los países débiles o emergentes”. En ese momento habló de la necesidad de coordinar políticas macroeconómicas en el nivel global para superar la crisis actual reactivando la demanda de manera coordinada y regulando el movimiento de capitales.

En lo que se refiere específicamente a los multilaterales, como el FMI y el Banco Mundial, volvió a insistir con la necesidad de refundar Bretton Woods para crear instituciones de crédito que les presten a los países sin fijarles condicionalidades de política económica. “Fundamentalmente a las economías emergentes que han sido las responsables de las tres cuartas partes del crecimiento de la economía mundial en los últimos diez años”, afirmó. También el ministro de Economía, Carlos Fernández, remarcó ayer en Portugal la necesidad de revisar el papel que cumplen los organismos financieros multilaterales.

La insistencia con este tema, que comenzó a reclamar el entonces presidente Néstor Kirchner durante su mandato y que lo llevó a pagarle la deuda al FMI para no aceptar sus condicionamientos, llega en medio de un fuerte lobby para que el Gobierno vuelva a solicitar créditos del FMI aceptando sus exigencias.

El pasado 15 de noviembre los países del G-20 habían acordado en Washington avanzar con ciertos temas que hasta entonces eran tabú. El más trascendente fue la promesa de reformular el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial para dar mayor espacio en su conducción y más poder de voto a las naciones en vías de desarrollo. “Estamos resueltos a hacer avanzar la reforma de las instituciones de Bretton Woods de manera que reflejen mejor la evolución de los respectivos pesos económicos en la economía mundial para incrementar su legitimidad y eficacia”, sostuvieron los mandatarios en la declaración final. Para limitar los efectos de la recesión en los países centrales y la desaceleración económica en la mayoría de los emergentes, los presidentes también habían enumerado objetivos de corto plazo, como la utilización de incentivos fiscales y monetarios para reactivar la demanda. Sin embargo, en ese momento evitaron comprometerse con acciones conjuntas en estos ámbitos.

Desde aquella Cumbre, no hubo prácticamente ningún avance, pero la crisis siguió profundizándose y todavía no se sabe cuál es su piso. Ese riesgo constituye también una oportunidad para quienes cuestionan la arquitectura internacional que se configuró luego de la Segunda Guerra Mundial y que actualmente ha quedado deshecha, sobre todo en lo referido al papel de los multilaterales como el FMI, un organismo que debería ser un pilar para apuntalar la recuperación en medio de una crisis financiera y sin embargo es dejado de lado por la mayoría de los países, los cuales prefieren seguir sin crédito antes que aceptar los monitoreos de un equipo de burócratas que sigue insistiendo con las recetas neoclásicas como si fuera la banda de música del Titanic. El único país que aceptó recientemente financiamiento del Fondo para intentar salir de la crisis fue el gobierno de Islandia, y a los pocos meses la coalición de gobierno se terminó disolviendo en medio de multitudinarias manifestaciones de su población.

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Los presidentes de los países del G-20 durante la última cumbre realizada en Washington.
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