ECONOMíA › SE DEMORA EL ACUERDO DE LIBRE COMERCIO MERCOSUR-UNION EUROPEA

Una negociación empantanada

“La demora de la Unión Europea (UE) en concretar su oferta nos genera preocupación. Lo mismo sucede por el proteccionismo de la Zona Euro en materia de mercados agrícolas”, aseguró el canciller Héctor Timerman.

Timerman analizó el tema junto al jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y la ministra Débora Giorgi.

El ministro de Relaciones Exteriores, Héctor Timerman, lanzó ayer nuevas críticas a la Zona Euro por el proteccionismo agrícola y la demora para poner en marcha un convenio comercial con países del Mercosur. El funcionario se reunió con el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich; la ministra de Industria, Débora Giorgi, y miembros del Ministerio de Economía con el objetivo de coordinar la posición de Argentina frente a las negociaciones por el tratado de libre comercio entre la Unión Europea y los socios del Mercosur. El Viejo Continente, con cautela para no potenciar los efectos de la crisis internacional en sus economías, aún no presentó una respuesta formal ante una serie de requerimientos formulados por el Mercosur.

“Seguimos trabajando para lograr un acuerdo que beneficie al Mercosur”, dijo Timerman. Agregó que “la demora de la Unión Europea (UE) en concretar su oferta nos genera preocupación. Lo mismo sucede por el proteccionismo de la Zona Euro en materia de mercados agrícolas”. El funcionario indicó que el diálogo entre el Mercosur y la UE podría seguir acumulando tensiones por las diferencias de intereses. “Nuestro objetivo es la apertura del comercio de los productos del agro, cuando en Europa permanecen cerrados a nuestras exportaciones o gozan de un proteccionismo muy superior al aceptable”, subrayó el canciller.

Pese a estas dificultades, una comisión técnica de países del Mercosur se reunirá en Caracas, Venezuela, para definir una oferta única de acuerdo de libre comercio que se presentará ante la Zona Euro. “Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay estamos comprometidos con este tratado comercial”, dijo Luis Figueiredo, canciller de Brasil. Estas declaraciones adquieren relevancia porque enfrían los trascendidos acerca de que Argentina iba a apartarse de las negociaciones por desacuerdos con las propuestas a través de las que buscaría implementar la apertura comercial.

El socio del Mercosur que no participará en la elaboración de la oferta que se llevará ante la Unión Europea es Venezuela. Esto se debe a que el país, si bien es miembro pleno del bloque regional desde hace un año y medio, por ahora no es parte de la unión aduanera. De todos modos, este socio ejerce hasta junio la presidencia pro témpore del Mercosur, por lo que facilitará las instalaciones para que se realice el encuentro entre los técnicos del bloque a mediados de febrero.

El tratado de libre comercio entre la región y el Viejo Continente es impulsado principalmente por Brasil. En su idea original, el acuerdo pretende liberalizar 90 por ciento del comercio interbloque a través de la disminución de distintas barreras arancelarias existentes. La apertura comercial se daría en un período de entre dos y diez años, dependiendo de los productos. En términos comerciales, el acuerdo no difiere del ALCA rechazado en la cumbre de Mar del Plata, de noviembre de 2005.

Estimaciones preliminares sembraron la duda sobre beneficios que podría generar el convenio. Estos cálculos apuntaron que el tratado provocaría un pobre impulso en materia de crecimiento económico y tendría serias consecuencias distributivas y en la sustentabilidad de las cuentas externas de Argentina y la región. El potencial incremento en las exportaciones estaría concentrado en productos agropecuarios y la industria alimentaria, mientras que las importaciones de bienes de capital reflejarían un fuerte incremento.

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