ECONOMíA › EL CENTRAL ACORDó CON LOS BANCOS PRIVADOS Y EL ROFEX UNA PROPUESTA PARA REDUCIR LA PéRDIDA POR DóLAR FUTURO

Todo listo para concretar la devaluación

La entidad negoció con el Rofex impulsar un canje que podría motivar demandas de inversores. Los bancos recibirán un bono.

 Por Cristian Carrillo

Tras una semana de intensas negociaciones, el gobierno nacional acercó una propuesta que conformó al sistema financiero para dar fin a la discusión sobre la pérdida que reconocerá el Banco Central en los contratos de dólar a futuro luego de la devaluación. A los inversores minoristas que compraron futuros hasta el 29 de septiembre último se les canjeará el papel por un contrato similar pero con un precio más alto al originalmente pactado, lo que reducirá la ganancia que obtendrán al efectivizar el acuerdo respecto a la devaluación de ese momento. La corrección para los contratos pactados entre el 30 de septiembre y el 27 de octubre implica sumarle 1,25 peso al precio original y para los pactados partir del 28 de octubre se adicionará 1,75 pesos. El canje lo realizará el Rofex, principal mercado concentrador, hoy a las 15. Con los bancos privados que operan en el MAE (Mercado Abierto Electrónico), el acuerdo fue diferente. Tal como anticipó este diario, se les entregará un bono por la diferencia, aunque éstos a sus clientes deberán pagarle la eventual ganancia en pesos. Para que tenga efecto legal este cambio, el Central emitió una comunicación en la que obliga a los bancos a vender sus futuros de dólar. Con este acuerdo y el ingreso de los dólares prometidos de parte de bancos extranjeros y cerealeras, el gobierno tendría vía libre para llevar a cabo la devaluación del peso, la cual se conocería esta semana.

En el gobierno tienen casi todo listo para poder hacer la devaluación que prometieron en campaña, aunque la liberalización de las restricciones a la compra de moneda extranjera podría llevar un tiempo más. Las reservas retrocedieron ayer en 184 millones de dólares y se ubicaron en 24.465 millones, un monto con el que se torna casi imposible abrir completamente el grifo para los ahorristas. Con el anuncio del quite de retenciones para todos los granos –con excepción de la soja, que se redujo la alícuota al 30 por ciento– se espera que las cerealeras inicien a partir de hoy la liquidación de los 330 millones de dólares diarios hasta fin de año que habían comprometido al macrismo. Antes de que finalice el 2015 el gobierno espera que se concrete el desembolso de corto plazo con bancos extranjeros por unos 5000 millones de dólares. Sin embargo, estos aportes se encontraban trabados por las negociaciones con el tema de los contratos a futuro, porque se les exigía además que asuman parte de la pérdida por la devaluación.

El macrismo buscó reducir el costo de la devaluación y despegarse de las responsabilidades legales que puedan enfrentar por su decisión de no convalidar los contratos que se pactaron con la administración anterior. Para evitar el costo de cargar con la pronta y pesada carga de un primer default del organismo, la idea directriz en las negociaciones fue siempre que los mercados que negocian futuros se adecuen al pedido oficial forzando la interpretación de sus reglamentos y que no sea mediante una resolución del Central. Con ese objetivo se sucedieron hasta ayer las reuniones entre el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay; el secretario de Finanzas, Luis Caputo, y el titular de BC, Federico Sturzenegger, con banqueros y directivos del Rofex y MAE.

Sturzenegger había presentado tres propuestas, las cuales implicaban el desconocimiento total o parcial de la diferencia que surgiese entre el precio pactado en los futuros y el que terminará adoptando la divisa cuando se lleve el ajuste del tipo de cambio. Con una posición que pretendió dar una señal de fortaleza frente al sistema financiero, el presidente del Central había asegurado que la compra de esos futuros fue especulativa y que la ganancia era absurda. Se ofreció entonces que se revisaran los contratos y se considerara el precio que tenían en Wall Street al momento de su adquisición. Los financistas remarcaron que, al ser mercados que no se arbitran entre sí, la comparación no tenía sentido. También se puso sobre la mesa entregar un bono, pero se le recordó al flamante funcionario que sólo 5 por ciento de los futuros adquiridos van a cartera propia. Por último, se incluyó que parte del pago vaya a deducción por Ganancias. Finalmente, la solución a la que arribó fue un mix de estas tres.

Los futuros del dólar son contratos que se operan en un mercado por el que dos partes se obligan mutuamente, una a comprar y otra a vender, una cantidad determinada en una fecha futura convenida a un precio fijado de antemano. El Central mantiene contratos abiertos contra 16.000 millones de dólares y, en caso de devaluar cerca de un 50 por ciento, según lo que anticipa el mercado, debería enfrentar un costo de unos 70.000 millones de pesos. Para el MAE, donde operan empresas, bancos, cerealeras e importadoras y ensambladoras fueguinas, la solución será entregarles un bono en pesos previa deducción del 35 por ciento del Impuesto a las Ganancias, según confirmó a Página/12 el titular de Adeba, Jorge Brito. Los bancos pagarían a sus clientes lo convenido pero en pesos.

En el Rofex, que detenta la mitad de los contratos en manos minoristas, es hacer un repricing (cambio en el precio) de los contratos abiertos. Para llevar esta medida a cabo sin comprometer legalmente al organismo se esgrimió el artículo IV que rige para ese tipo de contratos, el cual define que la gerencia puede estimar que el cálculo del precio final para el ajuste de cualquier mes fue afectado por algún caso extraordinario, con lo que podría declararse un estado de emergencia que permita una intervención en el contrato.

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El macrismo buscó reducir el costo de la devaluación y despegarse de responsabilidades legales.
 
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