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Por si faltara algo más, Rodrigo Rato vendrá por un rato a Baires

El número uno del FMI se dará una vuelta por Argentina, Uruguay, Chile y Brasil. Su visita coincidirá con el inicio de la presentación de la oferta a los acreedores y del debate del Presupuesto 2005.

Cuando el gobierno de Kirchner esté en plena negociación con los acreedores privados recibirá una visita, por lo menos, incómoda en la Casa Rosada. El director gerente del Fondo Monetario, el español Rodrigo Rato, anunció ayer que entre fines de agosto y los primeros días de septiembre se dará una vuelta por Argentina, Uruguay, Chile y Brasil.
Según el escueto comunicado fechado en Washington, Rato, ex ministro de Economía de José María Aznar, iniciará el viaje en Buenos Aires y Montevideo, y después se trasladará a Santiago para participar en la reunión de ministros de Finanzas del Foro de Cooperación Asia-Pacífico (APEC) del 1º al 3 de septiembre.
“Luego de la reunión del APEC visitará Brasilia”, precisó el FMI, que recordó que éste será el primer viaje del economista español a la región desde que asumió la jefatura de la institución. Posteriormente, también en septiembre y siempre antes de la reunión anual conjunta del Fondo Monetario y el Banco Mundial, Rato viajará a Sudáfrica y a Burkina Faso.
Roberto Lavagna anunció días atrás la nueva estrategia oficial frente al FMI. El Gobierno suspendería hasta enero la aplicación del último acuerdo firmado con el Fondo, pero en el ínterin pagaría los vencimientos de capital e intereses con el organismo. De ese modo, el Gobierno no estaría obligado a cumplir con las estrictas condicionalidades impuestas desde Washington –compensaciones adicionales a los bancos, aumento de tarifas de servicios públicos privatizados, ley de coparticipación– y, por sobre todas las cosas, correría al organismo, que se ha comportado en los últimos tiempos como un lobbista calificado de los acreedores privado, del medio de la negociaciones por la deuda pública. Simultáneamente, explican en Economía, pagar los vencimientos mantendría abierta la puerta para discutir un nuevo acuerdo hacia enero.
En los planes de Lavagna, si el Gobierno lograra cerrar una renegociación exitosa con los acreedores privados en los próximos meses, el Fondo no podría darle la espalda cuando se vuelvan a sentar a la mesa de negociación. Si así fuera, el ministro está convencido de que el Fondo se vería obligado a reembolsar los pagos efectuados por Argentina en la transición.
Sin embargo, esa estrategia no está exenta de riesgos. Si los acreedores privados endurecieran su posición y el grado de aceptación de la propuesta oficial fuera muy baja, la administración Kirchner llegaría a enero sin acuerdo con los acreedores, sin acuerdo con el Fondo y con 2500 millones de dólares menos, por haber cancelado al organismo esa suma en vencimientos.
Para atenuar los costos de esa política, el Gobierno negocia en estos días con el organismo un marco jurídico para refinanciar hasta el año próximo unos 1000 millones en vencimientos, de forma tal de acotar los pagos durante los próximos meses a 1500 millones. Pero esa decisión debería pasar una votación del Directorio del Fondo, que en los últimos tiempos se ha mostrado remiso a aprobar cualquier papel referido a Argentina.
En este contexto, el anuncio del viaje de Rato al país, en el marco de una gira a la región, no pareciera una simple coincidencia. Hay quienes creen que el Directorio del Fondo utilizará el pedido del Gobierno de prorrogar los 1000 millones de vencimientos –que por estatutos serían prorrogables con una simple decisión del Directorio– para seguir marcando la agenda oficial. Y que la presencia de Rato en Buenos Aires podría ser la última carta para destrabar ese tema. Por lo demás, la fecha de arribo del visitante tampoco pareciera casualidad.
El 15 de septiembre es la fecha pautada para que el Gobierno envíe al Congreso el proyecto de Presupuesto 2005. Según dejaron trascender diversos voceros oficiales, Kir-chner planea mantener el año próximo la meta de superávit del 3 por ciento del PBI, que el Fondo quiere elevar a un piso de 4 por ciento. Con un tanto de candidez, algunos funcionarios pensaban que podrían enviar el proyecto sin el veto del Fondo, y que una vez retomadas las negociaciones con Washington ya estaría aprobada la ley de Presupuesto, lo cual serviría para defender la pauta del 3 por ciento a los negociadores argentinos. Sin embargo, antes del inicio de la discusión del Presupuesto 2005 en el Congreso, Rato llegará a Buenos Aires acompañado de un séquito de burócratas del organismo que seguramente se interesarán por el tema. Como carnet de ingreso a la discusión probablemente muestren la decisión del director gerente del Fondo de autorizar o no la refinanciación de los mencionados 1000 millones en vencimientos.
Por si fueran pocos problemas para Lavagna y Kirchner, hacia los primeros días de septiembre debería estar en marcha ya la negociación con los acreedores privados. Y todo pareciera indicar que, con o sin acuerdo, el Fondo podría seguir ocupando un molesto primer plano. ¿Qué sucedería si Rato dijera en Buenos Aires que el Gobierno debería mejorar su oferta o, en términos conocidos, que debería demostrar más voluntad de “negociar de buena fe”?

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Rodrigo Rato llegará a Buenos Aires acompañado de un séquito de burócratas del organismo internacional.
 
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