ECONOMíA

Fuerte cruce entre el oficialismo y la oposición por el Presupuesto

Los diputados comenzaron ayer a debatir el Presupuesto 2005. El bloque del PJ quería una rápida sanción. Críticas de la oposición.

 Por Eduardo Tagliaferro

Para el oficialismo de la Cámara de Diputados todo aparece bajo control. Una vez alcanzado el quórum, con los votos necesarios a la hora de la votación en general, la aprobación del Presupuesto 2005 es para el peronismo tan solo una cuestión de tiempo. Al cierre de esta edición, las numerosas horas de discursos, en los que la oposición cuestionó la delegación de facultades en manos del jefe de Gabinete para reasignar partidas y la subdeclaración de ingresos y sobreestimación de gastos, no pusieron en peligro el voto favorable a la iniciativa enviada por el Gobierno.
En los planes previos, el peronismo había acordado que la sesión pasaría a cuarto intermedio a la medianoche. La larga lista de inscriptos para hacer uso de la palabra puso en duda que antes de eso se lograra votar en general. Algo que el oficialismo postergaría para hoy. Luego comenzará el complejo tratamiento en particular. Momento en el que generalmente los bloques pretenden introducir cambios al proyecto original. Algo que desde hace dos años la empecinada negativa del jujeño Carlos Snopeck, titular de la Comisión de Presupuesto, ha desterrado. Con mayoría holgada, el justicialismo suele no aceptar modificaciones y el debate, tal como sucedió ayer, se convierte en una formalidad sin sentido. Por lo menos para modificar la realidad.
La misma formalidad dominó el discurso con el que Snopeck defendió el Presupuesto 2005 y los denominados superpoderes. El Presupuesto llegó al recinto con veinte artículos más que los remitidos desde la Casa Rosada. Casi todos ellos comprometen gastos con los que los legisladores apuntan a dar señales políticas a sus referentes locales o a su base social. El veto presidencial suele ser el freno de esos gestos.
Uno de los más contundentes cuestionamientos a la propuesta oficial estuvo en boca del diputado de la CTA, Claudio Lozano. Luego de detenerse minuciosamente en los montos subejecutados de las partidas del 2004, la sobreestimación de gastos y la subestimación de recursos, esbozó algunas políticas que se podrían realizar con esos dineros. “En verdad están guardando plata en la caja porque no saben cuánto les cuesta el arreglo de la deuda y porque están financiando a las grandes empresas como Repsol, Techint, Peugeot, Aluar, Cargill”, concluyó Lozano.
Las críticas siguieron de mano del puntano Adolfo Rodríguez Saá. Cuestionó los superpoderes por innecesarios y se preguntó por qué el pueblo no seguía atentamente este debate. El puntano dijo que el Gobierno decía una cosa y hacía otra y que también mentía a la población cuando decía que la deuda externa tendría una quita del 75 por ciento.
También la diputada Alicia Castro se sumó a las críticas del Presupuesto. Luego de enunciar que votaría en contra, se detuvo en algunas injusticias y también en algunas corrupciones como calificó a la falta de pago de canon por alguna empresa. “Los números macroeconómicos muestran prudencia”, concluyó el liberal Federico Pinedo, antes de anunciar que en ésta acompañaría al Gobierno. Hablaba de la votación en general. La defensa a la propuesta oficial llegó de la mano de Daniel Carbonetto. Luego de cobijarse en el repaso de jornadas heroicas del peronismo, allá por 1945, volvió al presente para pedir que “Dios guíe al presidente Kir- chner”. No pudo evitar, pese a su esfuerzo, que el pasado contrastara con el presente. “El de Carbonetto fue un discurso bien peronista”, comentó un conocedor del denominado Movimiento Nacional y Popular. No estaba hablando del lenguaje, sino por la distancia entre los dichos y los hechos. Continuará.

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En el debate por el Presupuesto, los diputados sacaron todo afuera.
 
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