ECONOMíA › LA DESOCUPACION BAJO AL 13,2
POR CIENTO. EL SUBEMPLEO, A 15,2 PUNTOS

Unos metros más cerca de la superficie

La Argentina dio otro paso en el camino de salida de las profundidades en que había caído. La tasa de desocupación llegó a su nivel más bajo desde octubre de 1998, pero aún quedan millones de ciudadanos con dificultades serias de trabajo.

 Por David Cufré

El mercado laboral argentino presenta una cantidad abrumadora de problemas, pero al menos en un costado muestra una franca mejoría. La desocupación urbana descendió en el tercer trimestre a 13,2 por ciento, contra 14,8 del trimestre anterior y 16,3 de hace un año. El patrón de crecimiento económico basado en las actividades productivas generó una tendencia sostenida de creación de empleos. Las perspectivas oficiales para fin de año son de una tasa de desempleo por abajo de 13 puntos. A pesar de la recuperación, la falta de trabajo y la subocupación sigue afectando a 3.070.000 personas de 28 aglomerados urbanos. Si las tasas se extrapolan al total del país, los afectados son 4.800.000.
Los números se inflan si se consideran como desocupados a los beneficiarios de los planes Jefas y Jefes de Hogar. La tasa de desempleo salta a 17,6 por ciento, frente a 19,1 del segundo trimestre y 21,4 de igual período de 2003. Varios analistas consideran que este indicador es un mejor reflejo de las verdaderas necesidades ocupacionales en el país. En tal caso, se lo puede comparar con el 18,4 por ciento de desocupación de mayo de 1995, que había marcado el punto más alto de crisis laboral antes del estallido de la convertibilidad en 2001. Eso demuestra que todavía queda un largo camino por recorrer antes de que el desempleo deje de ser uno de los mayores inconvenientes sociales y económicos.
Alfredo Monza, economista de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), advirtió la semana pasada, en la presentación del panorama laboral del organismo para América latina, que incluso más difícil que bajar la tasa de desempleo es reducir la pobreza. Una de las razones es que una gran proporción de los nuevos puestos de trabajo son informales y escasamente remunerados. La Encuesta Permanente de Hogares que ayer difundió el Indec corrobora que el empleo en negro se mantiene en un nivel muy elevado: el 47,7 por ciento de los asalariados se encuentran en esa condición.
El secretario de Empleo del Ministerio de Trabajo, Enrique Deibe, admitió en diálogo con Página/12 la gravedad de la informalidad, pero aseguró que la situación se está revirtiendo. “En el tercer trimestre, el 80 por ciento de los empleos generados fueron en blanco”, apuntó. “Esto tiene que ver con el liderazgo del sector industrial en la creación de puestos de trabajo. Son ocupaciones más estables”, agregó. También dijo que muchas empresas incorporan más cantidad de personal formalizado porque la tasa de rentabilidad general aumentó, y eso se combina “con una acción de fiscalización más decidida” por parte de la cartera laboral y de la AFIP para combatir el empleo en negro.
Los desocupados urbanos en el tercer trimestre fueron en total 1.425.000. Los subocupados, en tanto, se mantuvieron en 1.645.000. Es la misma cifra que en el segundo trimestre, con tasas, en ambos casos, de 15,2 por ciento. El subempleo cae si se compara contra el período julio-septiembre de 2003, cuando se encontraba en 16,6 por ciento.
Al analizar los datos, Deibe resaltó uno en particular: la caída de la desocupación se produjo a pesar de que la tasa de actividad, es decir, las personas que participan activamente del mercado de trabajo, se mantuvo en un alto 46,2 por ciento. Hasta allí había llegado el trimestre anterior y había sido uno de los motivos por los cuales el desempleo creció en aquel momento. El trimestre pasado, aunque siguió firme la demanda de puestos de trabajo, la cantidad de empleos que generó la economía fue suficiente para abastecerla e, incluso, para achicar la desocupación. El aumento interanual de la tasa de empleo –personas ocupadas– fue de 1,9 punto, hasta alcanzar 40,1 por ciento. En números absolutos, sobre una población de 23.369.000 personas de 28 aglomerados urbanos, 9.371.000 tienen trabajo. La población económicamente activa es de 10.796.000.
Un punto sobre el que existe un debate entre los especialistas es la razón por la cual hay más gente buscando trabajo. Según Deibe, se debe esencialmente a “las perspectivas favorables”, a que la poblaciónvisualiza que existen más posibilidades que en el pasado de encontrar ocupación. Otra visión es que los bajos salarios de los jefes de hogar empujan a esposas e hijos a buscar empleo para completar los ingresos familiares.
Otro dato importante es que por cada punto de crecimiento de la economía, el empleo subió 0,78 por ciento. Es una relación inusual por lo elevada. En todo caso, es esperable para el momento inicial de recomposición luego de una gran crisis, pero no para dos años después de ese momento. En la cartera de Carlos Tomada aseguran que esa relación entre expansión de la economía y aumento del empleo “es el valor estructural con el nuevo patrón de crecimiento”, sustentado en actividades productivas y en la recomposición del mercado interno que generan mayor demanda de mano de obra. Durante la convertibilidad, la relación fue de 0,26 punto.
El Gobierno celebró la noticia. Roberto Lavagna destacó que desde el peor momento de la crisis se llevan creados 2,5 millones de puestos de trabajo.
En cuanto a los sectores más afectados por el desempleo, en primer lugar se encuentran las mujeres hasta 29 años. Entre ellas, la desocupación trepa a 25,2 por ciento. Después están los varones hasta la misma edad, con 19,8 por ciento. La lista sigue con las mujeres entre 30 y 64 años, con 10,6 por ciento, y quienes están en mejor situación son los hombres de ese mismo segmento etario, con 7,4. Por otra parte, el 31,3 por ciento de los trabajadores del país sufren sobreocupación horaria. Es decir, trabajan más horas que las normales.
La Ciudad de Buenos Aires cruzó un umbral simbólico: desde el tercer trimestre, su desocupación es menor a los dos dígitos. Exactamente, 9,7. En mejor situación todavía se encuentran los aglomerados de la región del Noreste, con 8,4 por ciento, y la patagónica, con 7,3. En el otro extremo se ubica Gran Rosario, con 16,2 por ciento. Finalmente, el Gran Buenos Aires registró un desempleo del 14,1, contra 15,9 del segundo trimestre y 17,7 del tercero de 2003.

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Más argentinos encuentran empleo, pero todavía son muchos los sub o desempleados.
 
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