ECONOMíA › LAVAGNA RECURRIO A SUS INTIMOS PARA FORMAR EQUIPO

En las malas se ven los amigos

Después de varias negativas, el ministro recurrió a viejos conocidos para cubrir los cargos, más allá de sus especialidades.

 Por David Cufré

El equipo que reunió Roberto Lavagna para la odisea de conducir la economía se destaca por la inclusión de varios de sus amigos y por tener en puestos clave a economistas que a lo largo de sus carreras no descollaron precisamente en las tareas que van a realizar. Tales características quizá deriven del hecho de que el ministro de Economía escuchó varios “no” antes de completar los casilleros, una tarea que le demandó varios días. Rechazaron la invitación Luis García, quien había sido convocado para el cargo de viceministro, y Miguel Kiguel, para la Secretaría de Finanzas. Lavagna reemplazó a García por alguien de tanta o más confianza suya que aquel: Enrique Devoto, hasta ahora titular del Ente Nacional de la Regulación Eléctrica (ENRE). Y a Kiguel por Guillermo Nielsen, que se venía desempeñando como agregado del Palacio de Hacienda en el Banco Central y antes, hasta 2001, como el hombre de Machinea en la ANSES.
Lavagna sabe que su designación llegó luego de que quedaran en el camino, por deserción o aplazamiento, otros candidatos, como Alieto Guadagni, Javier González Fraga, Humberto Petrei y Carlos Melconian, por mencionar a los que más cerca estuvieron de reemplazar a Remes. Eso lo convirtió desde la largada en un ministro débil de un gobierno débil. Sin embargo, la buena impresión que causó entre gobernadores y legisladores, el principal sostén de Duhalde, y el resultado decoroso obtenido en el mercado cambiario los dos primeros días hábiles de su gestión apuntalaron su imagen. El equipo que eligió nace con flaquezas parecidas a las suyas. Habrá que ver si las superan o si se convierten en un escollo adicional para la gestión del ministro.
Devoto fue elegido como viceministro, puesto que habitualmente se reserva a especialistas en macroeconomía, porque desde allí se marcan las líneas estratégicas de la gestión. Pero el actual director del ENRE es reconocido por sus conocimientos en temas energéticos. De hecho, hace nueve años que dirige el ente regulador del mercado eléctrico, mientras que en los ‘80 se desempeñó como presidente de la estatal Agua y Energía Eléctrica y fue jefe de Fiscalización de Contratos de Yacyretá. Pese a ello, Devoto sí cumple con otro requisito esencial para el puesto: ser un hombre de máxima confianza del ministro. Entre 1986 y 1987 colaboró con él en la Secretaría de Industria y Comercio Exterior, y desde entonces mantienen la amistad. El cargo que asume es el de secretario de Política Económica, con el plus de viceministro.
A Nielsen le tocó la Secretaría de Finanzas. Uno de sus principales desafíos será negociar la reestructuración de la deuda, ya que no es intención del Gobierno mantener el default indefinidamente. Por el contrario, aspira a conseguir cuanto antes un acuerdo con el FMI y arreglar con los acreedores para “volver a entrar al mundo”. El economista –que en el sector privado trabajó para Francisco Macri y para el frigorífico Swift y que en el Estado asesoró en la Secretaría de Industria a principios de los ‘80– estuvo en la ANSES en el 2000 y ahora ocupaba un cargo en el Banco Central. Nadie le conoce la extendida red de contactos en Wall Street y Washington que tan habituales suelen ser en su nuevo cargo.
Nielsen necesitará la ayuda de Mario Blejer, burócrata del FMI actualmente a cargo del Banco Central, para llegar al mundo de las finanzas de Nueva York y de los funcionarios de los organismos de crédito. A su favor hay que decir que el tándem Cavallo-Marx era impecable en cuanto a contactos internacionales, pero los resultados para el país fueron desastrosos. Uno de los sostenes políticos de Nielsen es el diputado radical Jesús Rodríguez. Desde la ortodoxia, su carnet de presentación es haber formado parte de FIEL entre 1979 y 1983. Algunos temas que domina con amplitud son los rurales y los de comercio exterior, muy ajenos a los que deberá manejar de ahora en más. José Octavio Bordón, quien llevó a Lavagna al Frepaso, estará a cargo de un grupo de trabajo encargado de las relaciones internacionales. Será algo así como un operador político del ministro en Washington. A nivel local, ese trabajo lo hará el diputado Alberto Coto, designado como secretario de Relaciones Institucionales. Coto forma parte del entorno de Ruckauf y es amigo de Lavagna. Otro hombre de confianza del ministro es Ignacio Chojo Ortiz, con quien estuvo en 1994 en la Fundación Andina de Bordón. El economista asume como jefe de asesores.
La Secretaría de Hacienda quedó para Jorge Sarghini, un técnico fiel a Duhalde. Fue ministro de Economía bonaerense hasta que Felipe Solá reemplazó a Ruckauf. Tras un breve período en la Secretaría de Comunicaciones llega a un cargo difícil: será el administrador de ínfimos recursos en un país con enormes necesidades. Bajo su órbita trabajará Antonio Figueroa, tributarista radical vinculado a Rodolfo Terragno. Su puesto será el de subsecretario de Ingresos Públicos. El equipo se completa con Juan Carlos Pezoa en la Subsecretaría de Relaciones con las Provincias –el mismo lugar que ocupó en el equipo de Remes y, en los ‘90, con Cavallo–, Marcelo Kohan en la Secretaría de Comunicaciones –amigo de Coto, trabaja en el Grupo Bapro–, Eduardo Pérez en la Secretaría Legal y Técnica –llega desde la Cancillería– y Felisa Michelli como delegada de Economía en el Banco Central –allegada de Aldo Ferrer–. A la vez, Arnaldo Bocco fue elegido para presidir el Banco de Inversión y Comercio Exterior, en un gesto de Duhalde hacia el Frepaso.

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