ECONOMíA › ESCASO INTERES DE AHORRISTAS POR EL PLAN PARA DEJAR EL CORRALITO

Al Plan Bonos aún no le tienen fe

La propuesta para canjear los depósitos acorralados debutó sin generar entusiasmo. Los bancos buscarán hacerla más atractiva.

Poco interés de la gente y cautela entre los bancos. El día del debut del Plan Bonos pasó sin pena ni gloria. En las entidades financieras ni siquiera recibieron a tiempo el instructivo del Banco Central con los detalles del plan. Este manual con las alternativas del canje se distribuiría recién durante la jornada de hoy. Pese a las desprolijidades, los banqueros creen que los ahorristas recién empezarán a definirse sobre la fecha límite para optar por los bonos, el próximo 16 de julio. Mientras tanto, las entidades están diseñando campañas para que el público termine aceptando los títulos públicos. Si lo logran, se desentenderían de la presión de los clientes que quedaron atrapados en el corralito.
En los próximos días, varios bancos darán inicio a campañas promocionando el canje de bonos por los plazos fijos reprogramados. Sin embargo, en un grupo de entidades financieras consultadas por Página/12 se mostraron escépticos. Manifestaron que mientras los ahorristas tengan la chance de reencontrarse con su dinero a través de los amparos judiciales, preferirán aguardar que se cumpla esta posibilidad antes de darse por vencidos y llevarse una promesa de pago del Estado a 10 años de plazo.
Los banqueros están obsesionados con los amparos. Perciben que hubo un aumento de la salida de fondos por órdenes judiciales en los últimos días –en la primera semana de este mes alcanzó a 143 millones de pesos–, y que en este contexto se restringen las chances de que los ahorristas prefieran los bonos. “Quienes tuvieron una actitud pro activa ya presentaron amparos. Y aquellos que observan el éxito que tuvieron esas presentaciones están accionando judicialmente pidiendo una medida cautelar. En este marco, es improbable que haya ahorristas apurados por quedarse con los títulos públicos”, razonó un banquero en diálogo con Página/12.
Para los financistas y para el propio Banco Central, la mejor solución al corralito era un canje forzoso. Desde Economía alegaron que esa alternativa se chocaba con la negativa de la Corte Suprema y la férrea resistencia política en el Congreso. De todas formas, el Gobierno quiere que la Corte Suprema falle a favor del Estado nacional en el litigio que éste mantiene con la provincia de San Luis. El Palacio de Hacienda ya presentó distintos escritos reclamando que se dé por válida la devolución de los depósitos de la provincia en bonos. De esa manera, el máximo tribunal avalaría la devolución de depósitos con títulos públicos. Cerrada la etapa de conciliación entre las partes, los funcionarios se entusiasman pensando que la Corte podría darles la razón. Sin embargo, desde Tribunales dejaron trascender que no habrá un fallo en el corto plazo.
Frente a este panorama, los bancos se preparan para convencer a sus clientes. Algunos preparan campañas publicitarias explicando los detalles del plan. Otros, de capital nacional, presentarán “incentivos” para los ahorristas que se plieguen al canje. Tal como anticipó este diario, el Ciudad y el Macro-Bansud ya decidieron ofrecer algunas ventajas. La entidad municipal permitirá extraer en efectivo las colocaciones de hasta 5000 pesos para los mayores de 60 años. El directorio del Macro-Bansud, en tanto, aprobó que la mitad de los depósitos que originalmente eran de hasta 5000 dólares pasaran a una cuenta a la vista (la devolución se concretará en pesos a un tipo de cambio de 1,40), mientras que por la otra mitad se darán bonos en dólares a 10 años. A su vez, para las colocaciones por hasta 100 mil dólares se otorgará la chance de cobrar un 20 por ciento en efectivo para el caso de que el ahorrista escoja quedarse con los bonos antes que con el depósito reprogramado. Por ahora, ningún grupo extranjero anunció “incentivos” de este tipo.
La alternativa de hierro para los ahorristas que no se beneficien con un amparo judicial radicará en optar entre el “riesgo Estado” –en caso de retener los bonos– y el “riesgo banco”, para aquellos que mantengan sus ahorros reprogramados. La cuestión es que, en este último caso, si el banco quiebra el ahorrista terminará recibiendo un bono en pesos a 5 años de plazo, una alternativa desventajosa frente a la posibilidad de quedarsecon un bono dolarizado tal cual lo está ofreciendo el Gobierno en este momento. Para aumentar las chances de éxito de los nuevos Boden, el titular de la AFIP, Alberto Abad, aclaró que la próxima semana se reglamentará la posibilidad de pagar impuestos con esos títulos. Pero sin dudas la mejor alternativa de todas es la ofrecida a los casos excepcionales (enfermos graves, mayores de 75 años, indemnizaciones). A ellos se les ofrece un bono en dólares a 3 años, pagadero anualmente.

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El plan de bonos a largo plazo, aun en dólares, no entusiasma a los ahorristas.
 
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