ECONOMíA

Record del oro, opción elegida por los ahorristas

La cotización superó los 600 dólares por onza, su valor más alto en 25 años. La euforia obedece a la elección de los inversores por los metales por temor a que la inflación afecte a las principales monedas.

Ni el dólar ni el euro. Mientras los arbolitos tienen su negocio de compraventa de billetes verdes acotado a las necesidades puntuales de los turistas, la vedette de la city versión 2006 es el oro. Ayer, la cotización del metal precioso superó los 600 dólares por onza, su valor más alto en 25 años. La escalada incentivó a los inversores a pasarse a este activo. Se venden lingotes pero los preferidos son las monedas, en especial los mexicanos y la krugerand. El Banco Central posee oro por 2977 millones de pesos.

La euforia va más allá del oro y alcanzan a otros metales, como la plata, el cobre, el zinc y el platino. Las subas son muy fuertes. Desde que empezó el año, el cobre avanzó 30 por ciento. El zinc saltó un 47 por ciento. La plata, que ayer escaló a su máximo desde 1983, terminó en 12 dólares la onza, nada menos que un 35 por ciento de lo que estaba hace cien días. El avance del oro fue algo más modesto, de 20 por ciento desde noviembre pasado, aunque es cierto que la tendencia alcista había comenzado previamente a un ritmo más relajado.

¿Qué está pasando para que se desate semejante euforia? Básicamente, el temor de los inversores internacionales a una aceleración inflacionaria en los Estados Unidos y en los demás países centrales. También juega el miedo a que en algún momento la economía estadounidense entre en crisis, pero que hasta ahora no se verificó a pesar de los importantes déficit gemelos que presenta ese país.

Los financistas que se lanzaron a operar con metales preciosos sacaron la cuenta de que éstos pueden ser mucho más redituables que los bonos o las acciones. De hecho, lo fueron en exceso durante los primeros meses de este 2006.

En Wall Street y en la city recuerdan lo sucedido a comienzos de los años ’80. En aquel momento, la inflación se había disparado en Estados Unidos a un 12 por ciento anual, la tasa de interés acompañó esa tendencia y hubo shock en el precio del crudo. La respuesta de los inversores fue refugiarse en el oro, que funciona como un habitual resguardo durante las épocas de turbulencias financieras. Ahora, algunos grandes fondos de inversión internacionales se están moviendo condicionados por aquellos acontecimientos de hace un cuarto de siglo.

Tan cierto como esa descripción, la disparada del oro está muy relacionada con una ola especulativa. Los grandes inversores hacen apuestas en los mercados de futuros. Fue en ese segmento, para fines de mes, que el oro cerró ayer a 600,1 dólares. A precio de contado terminó en 595 dólares. En Estados Unidos, la cantidad de contratos de futuros se incrementó un 16 por ciento en la última semana.

A diferencia de lo que pasaba hace dos décadas y media, el oro ya casi no tiene una utilización industrial. Por entonces se utilizaba en las computadoras, por ejemplo. Hoy quedó reservado para la confección de joyas y en la odontología. Además, existe un listado de motivos ligados a las finanzas mundiales que están impactando en el mercado de los commodities.

- China e India, dos de los principales demandantes del metal por cuestiones culturales (ante la ausencia de sistemas financieros sólidos, la gente ahorra en oro), incrementaron sus compras en medio del crecimiento de sus economías.

- También hay un efecto riqueza en Medio Oriente, ante la escalada del crudo.

- Los bancos centrales volvieron a comprar oro. Y se teme que China, con 75 por ciento de sus reservas en dólares, venda parte de ellos para pasarse al metal precioso. La movida, de paso, implicaría un debilitamiento mayor del billete verde.

El BCRA viene incrementando su tenencia de oro. Alfonso Prat Gay empezó a revertir lo hecho durante la época menemista. Pedro Pou y Roque Fernández habían vaciado de oro al Tesoro del Banco Central. Las primeras compras las hizo a inicios de 2003, con la cotización a 390 dólares la onza. Acumuló 700 millones de dólares. Con Martín Redrado se cortó esa estrategia. Ahora, el BC posee apenas algo más: 2977 millones de pesos (963 millones al tipo de cambio de ayer).

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La venta de lingotes y monedas en oro gana espacio en el mercado.
 
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