ECONOMíA › POLEMICA POR UNA MANIOBRA CON EL INDICE DE ACTIVIDAD INDUSTRIAL

En el Indec no falta imaginación

El organismo desdobló los datos sobre la evolución de la industria. Creó un índice especial que da un mejor resultado que el indicador habitual. Lo hizo al excluir al sector del acero, que en julio sufrió una fuerte caída por las restricciones energéticas.

 Por David Cufré

El Indec quedó envuelto en otra polémica por la difusión del índice de actividad industrial. El organismo lo postergó anteayer alegando problemas técnicos. Ayer se supo que en realidad la suspensión fue acordada por las autoridades del Instituto con el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, porque el comunicado oficial arrojaba un resultado que, a su juicio, no reflejaba fielmente lo que ocurre en el sector fabril. En consecuencia, decidieron intervenir, a pesar de las reiteradas acusaciones al Gobierno de manipular las estadísticas.

Lo que hizo el Indec ayer fue presentar dos indicadores, uno que contempla el crecimiento de la actividad manufacturera excluyendo a la industria del acero, que el mes pasado tuvo una fuerte caída, y otro que incorpora lo sucedido en ese rubro. La salida no registra antecedentes cercanos –los memoriosos recordaron el índice de inflación “descarnado” de Martínez de Hoz– y da espacio a quienes denuncian al Gobierno por distorsionar los datos cuando los números no le sonríen.

En el medio de la disputa está el impacto de la crisis energética. El Indec no menciona la cuestión en su comunicado, pese a que fue un tema central para los industriales el mes pasado. Lo que explica el organismo es que el sector del acero experimentó en julio “una situación excepcional”, que amerita un tratamiento ad hoc. “A título de ejemplo, una de las plantas detuvo su actividad a fin de concluir su proceso de inversión, que aumentará significativamente su producción, y otras realizaron durante el mes sus paradas técnicas anuales”, señala el Instituto. Estas circunstancias “impiden que la información (sobre el desempeño de la industria en su conjunto) sea tratada con los procedimientos matemáticos habituales sin que su interpretación pierda sentido económico”.

La acería que interrumpió su producción para completar la ampliación de su planta fue Acindar, mientras que Siderca (del grupo Techint) hizo una parada técnica en su planta de Campana debido a las restricciones energéticas.

En función de ello, el Indec presenta como resultado del Estimador Mensual Industrial (EMI) un crecimiento de 5,4 por ciento respecto de julio de 2006 y una leve caída de 0,4 por ciento en relación con junio. En la comparación de los siete primeros meses del año respecto de igual período del año pasado, la expansión de la actividad fabril fue del 7,5 por ciento. El organismo aclara que la medición excluye al rubro acero. Como segunda opción ofrece los datos computando la evolución de ese rubro. En ese caso, el crecimiento en relación con julio del año pasado se achica a exactamente la mitad de la primera versión: 2,7 por ciento. La caída contra junio es mucho más pronunciada, de 2,1 por ciento, y el aumento en el período de siete meses queda en 5,8 por ciento.

El Indec da como válida la primera versión y es la que incorporará a la serie histórica del EMI. “Este procedimiento implica el recálculo de la serie a efectos de conservar su consistencia metodológica”, aclara. En otros países, como Estados Unidos, existen índices que excluyen algún sector que por cuestiones estacionales o extraordinarias modifican sustancialmente los resultados. Pero eso es parte de su funcionamiento habitual, conocido por los especialistas, y no una medida extemporánea sin continuidad en el tiempo. En este caso, además, se produce en un contexto delicado por la crisis que arrastra el Indec desde el verano, cuando cambió la metodología de cálculo de la inflación. Desde ese momento ya vio renunciar a tres directores, hubo un reemplazo desordenado de funcionarios y una parte de su personal se encuentra de paro desde hace cincuenta días.

Según el Indec, la industria del acero tuvo una caída de producción del 22,5 por ciento interanual, del 16,8 por ciento contra junio y registra un descenso de 9,4 por ciento en siete meses respecto del mismo lapso de 2006. Salvo el caso de Acindar, las paradas técnicas fueron por los problemas de abastecimiento energético. Otros rubros que acusaron el impacto fueron productos químicos básicos (-38,5 por ciento contra julio de 2006, -20,2 por ciento en relación a junio y -6,9 por ciento en siete meses), la industria plástica y del caucho (-38,3, -26,1 y -6,2, respectivamente), agroquímicos (-25,2, 9,6 y -0,4) y fibras sintéticas y artificiales (-47,9, 83,7 y -18,1).

Los especialistas coinciden en que esos rubros volverán a registrar resultados positivos en agosto y septiembre, una vez superada la limitación energética. Es decir, la industria sigue presentando un panorama favorable, más allá del hecho circunstancial de julio. El crecimiento, de todos modos, será a un ritmo menos veloz que el del año pasado. Mariano Lamothe, de la consultora Abeceb.com, lo estimó en el orden del 6 por ciento en el año.

En julio, los que volvieron a mostrar números positivos fueron los sectores automotor (16,9 por ciento interanual, -5,6 contra junio, también por la cuestión energética, y 25,4 en siete meses), materiales para la construcción (8,5, 0,6 y 8,9) y edición e impresión.

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Las acerías frenaron la producción por nuevas inversiones y problemas con la energía.
 
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