ECONOMíA › LA RESERVA FEDERAL VOLVIO A BAJAR LA TASA PARA DETENER UNA RECESION CADA VEZ MAS CERCANA

Con la misma medicina y con mal diagnóstico

Estados Unidos insiste en el camino de inyectar fondos al sistema bancario como respuesta a una crisis que paulatinamente se va transformando en recesión. En la segunda operación de ese tipo en ocho días, la FED bajó la tasa de interés al tres por ciento anual. En tanto, el crecimiento económico anual se redujo al 0,6 por ciento.

Con estricta puntualidad, ayer a las cinco y cuarto de la tarde (hora argentina), la Reserva Federal (banca central estadounidense) anunció una rebaja adicional de medio punto en la tasa de interés de corto plazo. La ubicó en el 3 por ciento anual. “Subsisten riesgos negativos sobre el crecimiento” económico, argumentó la FED en su comunicado. La decisión se conoció horas después de que el gobierno de George Bush difundiera que el Producto Bruto registró una brusca desaceleración. En Wall Street y en la city porteña creen que la tasa profundizará su tendencia bajista en los próximos meses.

La reacción de los mercados financieros fue dispar. Luego de experimentar una leve mejora no bien se conoció la noticia de la baja de la tasa de interés, la Bolsa de Nueva York cerró con una caída del 0,3 por ciento. El cambio de humor se produjo en medio de fuertes rumores de que algunas aseguradoras líderes estadounidenses sufrirán un recorte en la nota que les asignan las calificadoras de riesgo. En Buenos Aires, el índice MerVal avanzó un 1,6 por ciento mientras que la Bolsa de San Pablo subió el 1,3 por ciento.

La estrategia de la Reserva Federal no registra antecedentes. En apenas ocho días disminuyó la tasa de interés en un punto y cuarto. De 4,25 por ciento anual pasó al actual 3 por ciento. La ofensiva se inició hace cuatro meses, cuando empezaron a hacerse evidentes los daños provocados por la crisis de los créditos hipotecarios de baja calidad (subprimes). A mediados de setiembre, la tasa de corto plazo se encontraba en el 5,25 por ciento. Ese fue el punto más alto luego de tres años de sucesivas alzas.

“Los mercados financieros se mantienen sujetos a tensiones considerables y el crédito continúa limitado para algunas familias y algunas empresas”, definió el comité de Política Monetaria de la Reserva Federal en el comunicado. “Esta baja de tasas, combinada con las medidas precedentes de flexibilización de la política monetaria, debería ayudar a promover un crecimiento moderado a mediano plazo”, estimó el banco central.

La urgente y agresiva actitud de la FED responde a la brusca desaceleración de la economía. El Producto Bruto, que se venía expandiendo a tasas del orden del 4 por ciento interanual, cayó a un 0,6 por ciento en el último trimestre del año pasado. Algunos bancos de Wall Street estimaron en sus últimos reportes que el ciclo pasó a ser negativo en esta primera etapa de 2008. Merrill Lynch, una de las entidades de referencia de Wall Street, estimó que, frente a este panorama desalentador, la tasa de interés seguirá bajando en los próximos meses. Para dentro de un año el nivel sería del uno por ciento, un escalón similar al que existía cuando cayeron las Torres Gemelas. La propia Reserva Federal admitió que el costo del dinero podría seguir bajando. “Se continuará evaluando los efectos de los acontecimientos financieros, principalmente sobre las perspectivas económicas (y se actuará) siempre que sea necesario para combatir esos peligros”, suscribieron los directores de la FED.

“Espero que ustedes tengan confianza en nuestra economía. Yo tengo confianza aunque tenemos problemas a solucionar a corto plazo”, dijo George W. Bush durante un discurso minutos después de que se difundiera la decisión de la FED. Los inconvenientes económicos de la principal potencia del mundo pasaron a un primer plano en la campaña electoral, en medio de la preocupación de los estadounidenses acerca de su futuro. En un lapso breve, varios indicadores les dieron la razón a los más pesimistas. El desempleo registró una súbita alza (el índice alcanzó al 5 por ciento), hubo una drástica caída en la construcción y en la venta de viviendas. También se registró un salto inflacionario, al máximo nivel en los últimos 17 años, y ahora se confirmó el enfriamiento económico. Para salir de la crisis, el accionar de la Reserva Federal fue complementado con un paquete fiscal que el gobierno estadounidense envió al Congreso pero que todavía no fue debatido.

En este escenario, persisten las dudas sobre la salud del sistema financiero, que fue favorecido con el abaratamiento en el costo del dinero y con el auxilio de liquidez por parte de la Reserva Federal. Los bancos estadounidenses ya reportaron 100 mil millones de dólares de pérdidas por culpa de la situación, y es probable que ese monto se triplique cuando se haga el recuento final del costo de la crisis.

Respecto de la Argentina, al menos por ahora, la crisis en Estados Unidos pasó inadvertida. Los precios de las materias primas se mantuvieron en valores record y los títulos de la deuda mantuvieron sus valores.

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Todas las miradas en la Reserva Federal de Estados Unidos. Los especialistas coinciden en que no será la última baja.
Imagen: AFP
 
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