ECONOMíA › ENTREVISTA AL TITULAR DEL BNDS BRASILEñO

Un banco envidiado

Luciano Coutinho, presidente del banco brasileño que reclaman los industriales argentinos, aseguró a PáginaI12 que financian infraestructura por el efecto poderoso que tiene sobre el crecimiento.

 Por Cledis Candelaresi

Desde Mar del Plata

Techint, que fabrica tubos para gasoductos a través de la subsidiaria brasileña Confab, y Pescarmona, que hará lo propio con las turbinas para energía eólica del estado de Pernambuco, son las privilegiadas: desarrollarán esos proyectos con préstamos del Banco Nacional de Desarrollo de Brasil, que muchas otras firmas locales quisieran tener. El gigante público, con activos por 125 mil millones de dólares, una cartera de alta calificación y ganancias netas de 2,3 mil millones de dólares en el último ejercicio presta a largo plazo priorizando la infraestructura. Su presidente, Luciano Coutinho, explicó en diálogo con PáginaI12 el porqué de este criterio y puso en duda de que del otro lado de la frontera el crédito sea tan barato como ven los empresarios desde acá. Los fondos de la entidad también llegan a la Argentina, pero sólo para acompañar emprendimientos en los que las firmas brasileñas sean parte. Entre otros, la ampliación de gasoductos, obras puesta en dudas después del estallido del caso Skanka.

–¿Por qué el banco pone tanto énfasis en el financiamiento de la infraestructura?

–Porque en este momento esa actividad tiene un efecto positivo en el conjunto de la economía y en particular en las regiones en las que se hacen las obras. Una carretera o un ferrocarril crea externalidades positivas. Cuando se tiende un gasoducto, igual. Tienen efecto poderoso sobre el crecimiento.

–¿No tiene que ver con la rentabilidad de esos proyectos?

–En América latina hay carencia de infraestructura y, por lo tanto, necesidad real de esos proyectos. Eso también se traduce en tasas de retorno atractivas.

–Los banqueros privados sostienen que cobran tasas altas porque tienen sólo la mitad del mercado, ya que el resto está copado por la banca estatal.

–Eso es una falacia de los economistas muy conservadores. El problema del tipo de interés alto es una herencia de la política monetaria y de la deuda interna del Brasil. Cuando el tipo de interés estaba cayendo, a fines del 2006 y a principios del 2007, el sector bancario privado creció muchísimo. Todavía más que el sector público, lo que demuestra que el Estado no significaba ningún obstáculo a su crecimiento. Como ahora la banca privada está en contracción, la estatal tiene que hacer un esfuerzo contracíclico.

–Los industriales argentinos envidian a sus colegas de Brasil porque tienen la posibilidad de tener créditos a tasa muy baja, fundamentalmente a través del Bndes. Pero Paulo Skaf, presidente de la Federación de Industrias de San Pablo, se queja de que el financiamiento es muy caro.

–Es un problema real. La alta tasa de interés que en el caso del Bndes es del 6,25, más el spread de la intermediación, lo que resulta en una tasa que llega al 11 o 12 por ciento nominal, que es relativamente alta cuando uno compara con el costo del financiamiento en China, Corea o Singapur. Brasil tiene todavía el problema estructural de tener una tasa muy alta.

–¿Y no tiene el problema argentino de que gran parte del ahorro se canaliza por vías no institucionales?

–Nuestro mercado de capitales tampoco es tan grande. Pero en nuestro caso la mayor parte del ahorro está en el sistema bancario y hay una política muy clara de desarrollo a los inversionistas institucionales. El presidente Lula quiere una capacidad de crédito para el sector automotor y para la construcción. Por eso hay una coordinación de la banca pública, de modo tal que el crédito no se contraiga mucho. La economía brasileña seguirá creciendo y será un gran importador de manufacturas argentinas. Por eso el mercado brasileño es una oportunidad para Argentina.

–¿El Banco tiene recaudos para evitar que sus fondos no sean utilizados en proyectos con sobrecostos u otras prácticas objetables?

–Tenemos un sistema de comparación de costos de proyectos para evitarlo. Pero si ocurren prácticas no recomendables suspendemos los desembolsos hasta que se averigüe la efectiva existencia.

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Coutinho: “Brasil todavía tiene una tasa muy alta comparada con China, Corea o Singapur”.
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