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El FMI prevé una ola de fusiones y cierres de bancos en los próximos meses. Y considera que en ese proceso el Banco Central tendrá un rol protagónico. Por eso, como ocurrió en los tiempos en que Pedro Pou era presidente de la entidad, ahora vuelve a la carga solicitando protección legal para el directorio del Central “contra las demandas judiciales por decisiones tomadas en el ejercicio de sus obligaciones”. Mario Blejer, el titular del Central, es para el Fondo el hombre ideal para comandar la nueva reestructuración del sistema bancario, ya fue hasta el año pasado un funcionario de alto rango del organismo.
El documento también dice que “el futuro de los bancos públicos en el sistema bancario es incierto”. Y abre la puerta del gallinero al zorro: “debería contratarse a un banco de inversión (extranjero) para hacer propuestas sobre la estructura futura y los negocios del Banco Nación, el Provincia y otros bancos públicos”. Mientras tanto, los bancos públicos deberían “controlar las pérdidas operativas y limitar su expansión a las actividades existentes”. Entre las actividades del banco extranjero que estudiará al Nación y al Provincia, se menciona otorgarles un “valor comercial”. ¿Para una posterior venta?