Si algo le faltaba al Indec era sufrir una amenaza de bomba. Fue lo que ocurrió ayer en la sede del organismo, en Diagonal Sur y Perú, en la Capital Federal, lo cual obligó a un rápido desalojo del edificio. La Brigada de Explosivos de la Policía Federal hizo una puntillosa inspección por las instalaciones y determinó que no había ningún artefacto. La intimidación fue recibida mediante una llamada telefónica al Instituto a las tres de la tarde. Los trabajadores esperaron casi dos horas en las inmediaciones hasta que los efectivos completaron su tarea. En el ínterin se generó un clima de tensión, debido al conflicto entre una parte del personal y las autoridades del organismo por los cambios metodológicos en la medición de la inflación. Algunos de los empleados advirtieron por lo que pudiera ocurrir en sus computadoras, pero cuando volvieron a sus puestos de trabajo nada había resultado alterado. La sospecha surgió porque en el pasado algunos empleados fueron desplazados de su sitio.