Los gobernadores estadounidenses también quieren su plan de salvataje. El presidente electo Barack Obama y su vice Joe Biden se reunieron ayer en Filadelfia con los jefes de 45 de los 50 estados. Republicanos y demócratas se unieron bajo un objetivo común: conseguir ayuda federal para enfrentar los despidos masivos, el déficit y los recortes impositivos que prometió Obama. La difícil situación de los gobiernos locales quedó de manifiesto el lunes a última hora cuando el gobernador republicano Arnold Schwarzenegger declaró la emergencia financiera en California. “Nos encaminamos hacia un desastre fiscal”, alertó el astro de Hollywood.

Según sus cálculos, si todo sigue igual, el estado más poblado del país se quedará sin fondos en febrero próximo.

La reunión tuvo su cuota de ironía poselectoral. Entre los republicanos presentes, se destacaba la presencia de Sarah Palin, ex candidata a vicepresidente de John McCain y gobernadora de Alaska. “A lo mejor salimos después de la reunión un momento a dar una vuelta y me dice hola”, comentó entre risas su rival electoral, Biden. Su compañero de fórmula fue más cortés y aprovechó la presencia de Palin para ganarse la simpatía de la oposición. “Les ofrezco la misma mano amistosa, el mismo compromiso de asociación que a mis colegas demócratas”, prometió Obama.

Más allá de los comentarios sobre Palin, ayer nadie se acordó de las diferencias partidarias. “La ideología no nos va a impedir que saquemos adelante al país”, reclamó el presidente electo. Los gobernadores aceptaron el desafío y se dispusieron a discutir números concretos. A través del anfitrión del encuentro, el gobernador de Pensylvannia y presidente de la Asociación Nacional de Gobernadores Edward Rendell, los gobiernos locales demandaron al menos 40 mil millones de dólares para hacer frente a las demandas sociales más inmediatas y otros 136 mil millones para seguir adelante con los proyectos de infraestructura programados.

Según estimó Rendell, en conjunto los 45 estados presentes suman un déficit fiscal de por lo menos 200 mil millones de dólares este año. La propuesta concreta de los gobernadores es estar incluidos en el plan para crear empleo de 700 mil millones de dólares que Obama planea presentar ante el Congreso, cuando asuma el 20 de enero próximo. “Sin la ayuda del gobierno federal tendremos que recortar programas y/o aumentar los impuestos, y cualquiera de las dos cosas tendría un efecto aún peor en nuestras economías. Simple y llanamente, necesitamos ayuda.”

Schwarzenegger ya había lanzado esa misma alerta el lunes. El estado de la costa oeste arrastra un déficit de 11 mil millones de dólares y, según las proyecciones oficiales, podría ascender hasta 28 mil millones en los próximos 18 meses. La otrora estrella de cine ya anunció un aumento generalizado de los impuestos y una reducción del presupuesto de salud y educación; sin embargo, no es suficiente. Anteayer, en un acto de frustración política, convocó al Congreso estadual para tomar las medidas que sean necesarias para sobrevivir a la crisis en un plazo no mayor a 45 días.

Ayer Obama no ofreció respuestas concretas, pero sí prometió incluir a los gobiernos estaduales en sus futuras políticas de gobierno. “No les pediré simplemente que me ayuden a poner en marcha nuestro plan de recuperación económica. Les pediré que me ayuden a diseñar ese plan. Así es como haremos crecer nuestra economía, desde la base”, aseguró en el encuentro en Pensylvannia. Obama propuso una “firme alianza” entre el gobierno federal y los locales para acometer los graves problemas económicos y tendió una mano a los republicanos, al afirmar que durante las elecciones compitieron “animadamente, pero cuando se acaba ese período llega el momento de gobernar, y ese momento ha llegado ya”. “El cambio no sólo vendrá de Washington, vendrá de todos ustedes”, agregó.

El plan en cuestión es el que buscará crear 2,5 millones de puestos de trabajo y reimpulsar la economía nacional a través de la recuperación de la clase media.