EL MUNDO › EL EX PRESIDENTE INVOCó UN “PRIVILEGIO EJECUTIVO” ETERNO AL ORDENAR A SUS ASESORES QUE NO DECLAREN

Indulto encubierto de Bush para su equipo

Al menos cuatro asesores cercanos, incluyendo a Carl Rove, recibieron una carta del equipo legal de Bush cuatro días antes del cambio de mando. El ahora ex presidente extendió un privilegio que hasta ahora duraba hasta el fin de su mandato.

 Por David Brooks *

Desde Nueva York

¿La absolución a perpetuidad? Resulta que uno de los últimos actos de George W. Bush como presidente fue emitir una orden sin precedentes en este país: una especie de indulto a perpetuidad para sus más cercanos asesores en la Casa Blanca y, en consecuencia, para él también.

Cuatro días antes del fin de su mandato, el 16 de enero, el abogado de la Casa Blanca envió cartas a Karl Rove, asesor y estratega más cercano a Bush; a su jefe de equipo, Josh Bolten; y a la ex abogada de la Casa Blanca Harriet Miers, con instrucciones de negarse a cumplir las solicitudes del Congreso para comparecer sobre el asunto del manejo político de la contratación de fiscales federales, escándalo que obligó a la renuncia del procurador general Alberto Gonzales, reportó la revista Newsweek.

Las cartas informan a sus colegas que el presidente les instruye a negarse a cooperar con las investigaciones del Congreso en torno de alegatos de conducta ilícita durante su gobierno. “Anticipamos que uno o más comités del Congreso de Estados Unidos podrían intentar una vez más llamar a comparecer al señor Rove, obtener testimonios o documentos sobre el tema de los fiscales federales. Favor de informar al señor Rove... que el presidente mantiene la orden de no otorgar información (sea en forma de testimonio o documentos) al Congreso sobre este tema”, dice la carta enviada a Rove y a los otros dos, por Fred Fielding, el abogado de la Casa Blanca de Bush, reveló Newsweek.

Según expertos legales, estas cartas equivalen a una especie de indulto perpetuo. Durante su presidencia, Bush argumentó que sus asesores no estaban obligados por ley a presentar testimonio sobre la toma de decisiones o discusiones privadas con él en la Casa Blanca. Se afirmaba que sin ese “privilegio ejecutivo”, el cual excluye divulgar el contenido de esos intercambios, no podrían realizarse intercambios francos entre el equipo presidencial.

Por lo tanto, la Casa Blanca de Bush insistió en que Rove y los otros asesores gozaban de “inmunidad absoluta” frente a las investigaciones del Congreso sobre estos asuntos.

Pero el poder que desea ejercer el ex presidente va más allá, lo que implica es que cualquiera de sus colaboradores más cercanos estaría exento de toda investigación legal, incluso de índole criminal, para siempre. Anteriormente se ha declarado el “privilegio ejecutivo” sólo cuando un presidente está en funciones.

Muchos observadores pronosticaban que Bush, en sus últimas horas en la presidencia, otorgaría indultos y otras protecciones legales a sus asesores y colaboradores más cercanos, entre ellos el vicepresidente Dick Cheney; su ex secretario de Defensa Donald Rumsfeld y asesores como el propio Rove. Cuando no otorgó un indulto presidencial a Lewis Scooter Libby, brazo derecho de Cheney (después de ser condenado por obstrucción de justicia en el caso de la divulgación de la identidad de una agente clandestina de la CIA, así como una retribución política a críticos del presidente), hasta el propio Cheney lo criticó, y otros se quedaron sorprendidos de que Bush abandonara Washington sin proteger a sus cómplices.

Aparentemente menospreciaron al ahora ex presidente. Además, aún no se sabe si esta carta fue enviada también a otros colaboradores y hasta a integrantes de su gabinete.

Esta afirmación de un “privilegio ejecutivo” infinito, que evita que los colaboradores de un presidente divulguen ante el Congreso sus actividades e intercambios dentro de la Casa Blanca, será ahora sujeto a una batalla legal donde no sólo los tribunales y el Congreso participarán sino, también, el nuevo presidente Barack Obama, cuyo equipo legal tendrá que definir su posición sobre el asunto.

Por el momento, este tema contribuyó a otra demora más en los esfuerzos del Congreso de obligar a Rove a testificar sobre el manejo político del despido y la contratación de fiscales federales. Rove ya estaba citado para presentarse hoy ante el Comité Judicial de la Cámara de Representantes, pero la sesión fue postergada hasta el 23 de febrero.

* De La Jornada de México. Especial para Página/12.

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Bush junto a Carl Rove (der.) durante su presidencia. Antes de irse, le ordenó a su asesor no testificar en el Congreso.
Imagen: AFP
 
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