EL MUNDO › MIENTRAS EL SENADO ESTADOUNIDENSE AVANZA EN SU PROYECTO DE REFORZAR LA FRONTERA CON MEXICO

Cayó un cabecilla del cartel de Juárez

El anuncio de la captura de Carrillo Leyva en la Ciudad de México coincidió con la visita de dos altos funcionarios de Estados Unidos: la secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano, y el secretario de Justicia, Eric Holder.

 Por Gerardo Albarrán de Alba

Desde México, D. F

El gobierno mexicano privilegió los efectos de un golpe mediático en la captura de Vicente Carrillo Leyva, heredero del cartel de Juárez, detenido el miércoles en la Ciudad de México: las autoridades esperaron hasta la mañana de ayer para presentarlo a la prensa y enmarcar así una reunión con altos funcionarios del gobierno de Estados Unidos.

Pasaron casi 24 horas para que se confirmara que, en un operativo conjunto entre la Secretaría de Seguridad Pública y la Procuraduría General de la República, Carrillo Leyva fue sorprendido mientras hacía ejercicio en un parque cercano a su casa, en el exclusivo fraccionamiento Bosques de las Lomas.

Mientras tanto, en la ciudad de Cuernavaca, capital del vecino estado de Morelos, unos 90 kilómetros al sur del Distrito Federal, iniciaba un seminario sobre tráfico de armas en el que participan el procurador Eduardo Medina Mora y el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, con sus pares estadounidenses: la secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano, y el secretario de Justicia, Eric Holder.

El encuentro se inició poco después de la conferencia de prensa en la que fue presentado Carrillo Leyva, hijo del narcotraficante Amado Carrillo Fuentes, “El señor de los cielos”, jefe del cartel de Juárez hasta su misteriosa muerte en 1997, cuando le realizaban una cirugía plástica en el rostro. El narcojunior quedó al cuidado de su tío, Vicente Carrillo Fuentes, quien ahora es la cabeza de ese cartel.

Carrillo Leyva, de 32 años de edad, vivía en una exclusiva zona de la capital del país bajo el nombre falso de Alejandro Peralta Alvarez. Su captura fue posible porque su esposa nunca ocultó su verdadero nombre: Celia Karina Quevedo Gastélum, pese a que estaba identificada por las autoridades como hermana de la esposa de otro miembro del clan, Rodolfo Carrillo Fuentes. Ambos fueron asesinados en septiembre de 2004.

La embajada de Estados Unidos en México celebró de inmediato la captura de Vicente Carrillo Leyva y el golpe que ello significa al cartel de Juárez, al que califica como “una de las organizaciones criminales más despiadadas del país, que controla una de las principales rutas de transporte de drogas ilícitas hacia los Estados Unidos”.

En un comunicado, la embajada atribuye a Carrillo Leyva “dirigir las acciones” del cartel “y ocultar recursos ilícitos”.

Esta es la segunda captura importante en las últimas semanas. Apenas el pasado 18 de marzo fue detenido Vicente Zambada Niebla, “El Vicentillo”, hijo de uno de los líderes del cartel de Sinaloa, y se suma al arresto de otros tres capos de esa organización criminal y a otro del cartel de Tijuana durante la administración de Felipe Calderón.

En tanto, la reunión de funcionarios de alto nivel de México y Estados Unidos buscaba fórmulas para frenar el tráfico de armas a través de la frontera común (ver recuadro). La Agencia del Alcohol, el Tabaco, las Armas de Fuego y Explosivos de Estados Unidos registra que 95 por ciento de las armas confiscadas a narcotraficantes mexicanos son de origen estadounidense.

La reunión en Cuernavaca está marcada por los reproches contra Estados Unidos, que recién empieza a aceptar su responsabilidad en la guerra que vive México.

Justo ayer, el subsecretario de Prevención, Vinculación y Derechos Humanos de la Secretaría de Seguridad Pública, Facundo Rosas, aseguró que la disputa por el control de territorio entre los carteles mexicanos surgió el 11 de septiembre de 2001, tras los ataques a las Torres Gemelas de Nueva York.

En ese momento, dijo el funcionario mexicano, Estados Unidos selló las fronteras y eso trastrocó el negocio ilícito de las drogas y hasta los patrones de consumo de los drogadictos estadounidenses que, ante la escasez de cocaína, optaron por las drogas sintéticas. Eso derivó en que grandes cantidades de narcóticos tuvieran que ser vendidas en México.

Al margen de los acuerdos a los que pudieran llegar las delegaciones reunidas en Cuernavaca, el miércoles en Washington el Senado estadounidense avanzó en la intención de aumentar en 550 millones de dólares el proyecto para reforzar la frontera con México.

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La reunión de funcionarios de México y Estados Unidos buscaba fórmulas para frenar el tráfico de armas.
Imagen: EFE
 
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