EL MUNDO › PARA LOS PRESIDENTES, LA REUNION FUE UN EXITO

“Constituye un hito histórico”

El G-20 está listo para “salvar al sistema financiero mundial”, según las palabras de los propios mandatarios que ayer rubricaron el acuerdo en Londres, donde se proponen inyectar en el mercado 5000 millones de dólares de aquí a 2010. Para los presidentes que asistieron al encuentro, las deliberaciones fueron un éxito, algo que se dejó ver en sus discursos. “El G-20 acordó un conjunto imprecedente de medidas atrevidas contra la recesión, que constituyen un giro histórico”, afirmó Barack Obama, presidente de Estados Unidos. Sin embargo, el mandatario norteamericano puso en duda la efectividad de las medidas al señalar que “no hay garantías” sobre el efecto que tendrán. Por su parte, el primer ministro británico, Gordon Brown, disparó: “El consenso de Washington acabó. Un nuevo orden internacional está emergiendo”. Mientras que Nicolas Sarkozy aseveró que lo resuelto es “un refuerzo de la regulación y supervisión de las actividades financieras, que eran prioridad para Alemania y Francia”.

El final de la cumbre del G-20 tuvo cierto aire épico, sobre todo por las declaraciones de los presidentes involucrados. “El paciente ha quedado estabilizado. Ahora le quedan heridas que necesitan curar. Pueden surgir otras emergencias pero el cuidado que se le dedica es bueno”, sostuvo Barack Obama, quien agregó: “Vinimos a escuchar, a aprender, pero también a liderar, y el documento final y las acciones que van a adoptarse reflejan una gama de nuestras prioridades”.

Por su parte, el anfitrión de la cumbre, Gordon Brown, indicó que ayer fue el día en que el mundo se unió para luchar conjuntamente contra la recesión global. “El consenso de Washington está superado. Ha llegado un nuevo consenso”, vaticinó Brown, quien fue el principal aliado de Obama en los reclamos hacia el G-20.

“El acuerdo alcanzado es un compromiso histórico para una crisis excepcional. Las conclusiones a las que llegamos fueron muy buenas, casi históricas”, reflexionó Angela Merkel, canciller alemana. “Superó todo lo que se podía imaginar y logró la reforma más profunda del sistema financiero desde 1945”, acompañó Sarkozy. Mientras que José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del gobierno español, fue más cauto: “El segundo semestre deberá ser el momento donde podremos afirmar, que se ha tocado fondo y que hay perspectivas de una recuperación”.

El optimismo también fue brasileño. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva afirmó que el acuerdo alcanzado “es muy importante para la historia del mundo”. “Por primera vez los países desarrollados y los emergentes se han sentado en torno de una misma mesa con un objetivo común. Es más, ésta es la primera reunión en la que no se nos ha tratado como si no supiéramos nada”, afirmó el mandatario brasileño, quien argumentó que eso se debe a que en la actual situación de crisis “nadie tiene certeza de lo que se debe hacer”. “Ahora ni el FMI lo sabe”, agregó Da Silva.

Luego de que los mandatarios rubricaran el acuerdo final, desde el G-20 emitieron un documento haciendo referencia a los fondos solicitados por México al FMI: “Apoyamos la decisión de buscar un acuerdo de la Línea de Crédito Flexible (del FMI)”, aseveraron desde el G-20 en referencia a los 47.000 millones de dólares solicitados por el gobierno de Felipe Calderón para blindar la economía azteca.

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